27 de noviembre de 2008

Una carta a mano

Ayer, mientras seguía luchando con ellos -que me tienen frito últimamente-, seguía con mis planes y mi intento de escribir letras de canciones en la asignatura de "no-religión". Ya hemos escuchado y escrito en el cuaderno Solo le pido a Dios de Mercedes Sosa, Mediterráneo de J.M. Serrat, El universo sobre mí, de Amaral, Clodomiro el Ñajo, de Carlos Mejía Godoy, Cantares, de Machado/Serrat, Círculos viciosos, de J. Sabina... así que probé con Tu Calorro, de Estopa. Escribieron y cantaron eso de "Tu perfume es el veneno que contamina el aire que tu pelo corta, que me corta hasta el habla y el entendimiento..." y, bueno, no estuvo mal. Al menos estuvimos cantando y leyendo al mismo tiempo.

Esta mañana, en el recreo, he bajado a secretaría a ver si había algo en mi casillero (una convocatoria para algún claustro o algo así), pero me he encontrado con un sobre marrón, de esos de burbujas. Me ha extrañado, porque nunca he recibido nada a mi nombre en el cole; y rápidamente he visto que, además de tener todas las señas correctas, mi nombre, el nombre del cole, la dirección, la provincia... al final, y en mayúsculas, ponía "SPANIEN". Una carta de Rodrigo, escrita a mano, y un CD -que estoy disfrutando en este momento- del grupo Anhela. Me regala el disco, y me envía saludos a mí y a los periodistas de El Correo de Cadalso. Que sepa tol mundo que Rodrigo y yo no nos conocemos, que no nos hemos visto nunca, que únicamente nos leemos. Él en Berlín, y yo en El Tiemblo. Y que detalles así te alegran el día, y te empujan a seguir adelante. Hasta el infinito y más allá.

18 de noviembre de 2008

P y S

Tengo un amigo que, además de tocar el bajo eléctrico y la trompeta, es profesor de autoescuela. La verdad, ahora que lo pienso, la mayoría de mis amigos son profesores de algo: enseñan Música, Inglés, Literatura... y Manolo -así se llama- enseña a los demás a conducir. Es el bajo de la mejor banda de blues de El Tiemblo, la famosa Stiercol Blues Band. Lamentablemente, hace ya mucho tiempo que no nos salen conciertos (recuerdo aquí que soy el manager, si tenéis un garito, enviadme un mail), pero cada vez que quedamos para ensayar, es el mejor plan que uno pueda tener. Yo, que soy el único que no sabe tocar, me limito a escuchar. Soy el único del público. Soy, digámoslo así, el Brian Epstein tembleño. En el último ensayo, hace un par de semanas, donde estuvieron tratando de tocar temas nuevos y ampliar el repertorio, probaron con un arreglo de Killing me softly, de Roberta Flack. Como os podéis imaginar, disfruté como si se tratara de un concierto en directo, de un concierto de verdad. Óscar, nuestra estrella, se puso a tocar, primero la melodía, y más tarde se dió "un par de vueltas" haciendo solos, rasgándome el hígado con su saxofón.

Me pregunté, mientras escuchaba, si conocían la letra de la canción, si conocían la historia que cuenta la canción. Y me quedé pensando que tengo que seguir poniendo canciones en inglés a los niños. Aunque me de la impresión que no sirve para nada.

Pero os contaba lo de Manolo, el profe de autoescuela, porque hace ya meses me pasó algo, y, como tiene que ver con mi trabajo, me apetece contarlo aquí. Estábamos descargando el bajo y el ampli de su coche -de su coche de autoescuela-, y me fijé en un papel amarillo (un post-it) que había en el cristal, en el asiento del copiloto. Ponía "P y S". Durante un segundo, me quedé parado.
- Pe y ese. ¿Y esto qué es?
- Por favor y sonreír.
- ¿Por favor y sonreír? ¿Y qué significa eso?
- Lo tengo puesto para que no se me olvide.

Lo siento pero, alguien que pone "P y S" en su puesto de trabajo, aunque toque mal el bajo -que no es el caso-, tiene que ser, por fuerza, un pedazo de músico. Como lo es él.

13 de noviembre de 2008

Web en construcción

Hace días que no escribo, y hay una razón (bueno, realmente hay dos razones). Por un lado, no me siento nada satisfecho con los resultados de mi trabajo últimamente. No es nada preocupante, conozco esa sensación: la experimenté cuando era joven, en mi primer año de maestro en la escuela pública. Me destinaron, como profesor de Inglés, a un barrio marginal de Madrid llamado Pan Bendito. The Holly Bread. Aquello fue tan duro que siempre he pensado que si lograba salir adelante estaría preparado para cualquier cosa; y lo estoy. Pero algunas historias te siguen dejando a veces sin aliento. "Tienes que intentar no darle tantas vueltas, y dejar descansar tu mente cuando salgas del cole", me decía un compañero el otro día. Y tiene toda la razón.

Además, he recibido un encargo para escribir algo. No es gran cosa, ni trata sobre un tema apasionante, pero he aceptado el reto. Supongo que volveré en unos días por aquí, en cuanto termine el encargo; mientras tanto, si no tenéis a mano nada más que leer, quizá os interese esto. Es el proyecto de Nicholas Negroponte. Un tío que también sería un inmenso honor que se pasara por mi clase.

6 de noviembre de 2008

Lista de invitados

Llevo unos días dándole vueltas. Pero ahora que llevo ya dos años -de nuevo- de maestro, ahora que vuelve a ser otoño, ahora que las niñas y los niños que me encontré el año pasado se convierten, despacio y delante de mis narices, en hombres y mujeres, ahora que cada vez me tomo más en serio que soy maestro de la escuela pública, ahora que me desespero y que tengo momentos de frustración, ahora que tengo que contemplar cómo a un niño marroquí recién llegado lo empujan hacia el colegio sin saber el idioma, ni las costumbres, ahora que vuelvo a casa pensando "tranquilo, lo hago lo mejor que puedo, no se puede hacer más", ahora que hay un Negro en la casa Blanca, ahora que mi país está -una vez más- en crisis, ahora que ha vuelto a perder el Real Madrid, ahora que no consigo que lean los que no quieren, ahora que puedo, porque mi profesión me lo permite, hacer un llamamiento público, ahora, decía, estaría muy bien que si alguien que lea esto conoce a las siguientes personas, les diga que vengan a mi clase, por favor. Están todos invitados.

Eva Amaral, Luz Casal, Joan Manuel Serrat, los hermanos Estopa, Joaquín Sabina, Zinedine Zidane, Juan José Millás, Iñaki Gabilondo, Fernando Savater, Pedro Guerra, José Saramago, Javier Marías, Lluis Llach, Amancio Prada, Alfredo Gómez Cerdá, Diarra, Steve Jobs, Paul Mc Cartney, María Teresa Fernández de la Vega, Paco Ibáñez, Bob Dylan, Nelson Mandela, Gaby Ruiz (el del Numancia), Robinson (que anoche decía que ya no sabía hablar inglés ni español, que por fin tenía un idioma propio...), la gente que aplaudió en el Bernabeu a Del Piero, el motero que me saluda con la mano todos los días, el único votante que he tenido en el concurso de blogs del que nadie sabía que yo también participaba, y, en general, a toda la gente que, como yo, tenemos algunos días, y otros días.

5 de noviembre de 2008

El festival de Navidad (II)

En el patio, durante el recreo:

- ...y, por cierto, con el tema del Gallito, ya sabéis lo que opino. No os obligo a hacer lo que yo propuse, aunque quedaría muy bien, pero si decidís al final hacer otra cosa, tendréis que prepararlo por vuestra cuenta.

- Profe, pero las chicas queremos bailar una canción que se llama Cry me a river.
- ¿Cómo? ¿Cuál?
- Cry me a river. ¿Qué significa?
- No sé. Algo así como "llórame un río".
- Bueno profe, luego la buscas en internet, ¿vale?
- Bueno, la buscaré, pero eso no cambia lo que os digo. Si hacemos lo de "Don't worry, be happy", puede ser genial, y además, participaríamos toda la clase, y eso es muy importante. El año pasado me felicitó alguna profesora por eso, porque habíamos participado todos.
- El año pasado... ¿y qué canción era, que no me acuerdo?
- Me gusta el fútbol, de Melendi.
- ¡Ah, es verdad!. Pero moló más la canción que bailaron las de sexto.
- No tía, la nuestra también moló un montón, acuérdate.
- Bueno, profe, pues nosotras queremos bailar esa.
- Advierto que no contéis conmigo.
- Valeee, pues lo votamos.
- De acuerdo, el viernes tiene que estar decidido. Si sale por mayoría lo que yo he propuesto, lo hacemos todos. Si sale lo vuestro, allá vosotras. Llegará el día, alguien dirá "Y ahora, los de 6ºB..." y saldréis vosotras. Yo no quiero saber nada.

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El Youtube dice que es Cry me a river, de Justin Timberlake. No sé, ¿qué os parece? Con lo bonito que quedaría lo que yo dije...

4 de noviembre de 2008

Del lat. domĭnus, señor.

Bueno, hoy sólo un ratito, he estado corrigiendo exámenes, corrigiendo ortografía en los artículos de El Correo de Cadalso, escribiendo documentación oficial que supongo que nadie leerá... y además hoy hay champions.

Pero quería reproducir aquí un diálogo de ayer en clase:

- Profe, Don Julio se ha enfadado hoy.
- ¿Ah sí? Algo habréis hecho.
- Sí, David, que no quería copiar las cuentas.
- Pues que no me entere yo que os portáis mal con Don Julio. Y con Don Ángel tampoco.
- Jejeje, profe, que Don Ángel no pega.
- ¿Cómo que Don Ángel no pega? Tenemos aproximadamente la misma edad.
- No profe, tú estás más viejo.
- Pues más a mi favor. ¿No deberíais llamarme Don Ángel a mí?
- No, profe, que Don Ángel no pega.

Y así ha quedado la cosa. Espero, si Dios quiere, llegar a merecer ese trato. De momento, no me queda más remedio que conformarme con "Profe".

29 de octubre de 2008

Internet gratis ¡ya!

- Profe
- Sí, dime Pedro.
- Me ha escrito un tío en mi blog con una cerveza.
- ¿Qué dices?
- Pues eso, que me ha escrito. Se llama Mariano Zurdo, y tiene una cerveza en la mano.
- Ah, ya. Es un amigo mío. ¿Te ha gustado lo que ha escrito?
- ¿Y es zurdo de verdad?
- Pues sí. Es zurdo.
- ¿Ese dónde vive? ¿También en Austria?
- No, el que te escribe desde Austria es otro. Mira, aquí está Austria -señalo el mapa-. ¿Ves lo lejos que está? Pues desde aquí te escribe.
- Ya lo sé, se llama Paco Bernal. ¿Es amigo tuyo?
- Bueno, no lo conozco, pero conozco lo que escribe. Se pueden saber muchas cosas de la gente leyendo lo que escribe. Por ejemplo, él tampoco te conoce a ti, pero ha leído tu artículo, y parece que le ha gustado.
- Cómo mola, profe.
- También tenemos lectores que viven en Berlín, aquí, en Alemania.
- Sí, Rodrigo, ¿a que sí?
- Eso es. Por eso es muy importante que lo hagamos bien. Nos leen en todo el mundo.

(hemos aprovechado la última hora de la mañana, y cada uno ha leído en voz alta los comentarios de todos los artículos)

Mientras leían, me he quedado pensando en algo que os voy a contar, pero que no constituye una queja, ni una reivindicación, ni nada por el estilo.

Nos leen en todo el mundo... menos en Cadalso. Lamentablemente, tener internet, tener ordenador en casa, no está al alcance de todos. Y no lo está por tres motivos fundamentales:

• Porque hace falta dinero
• Porque hay que saber para qué sirve
• Porque hay que saber usarlo.

El primer problema, el más elemental, lo ha tenido el ser humano desde siempre (unos más y otros menos). El segundo forma parte de las ganas de saber, y el tercero de las ganas de aprender. Tres motivos distintos, pero reales.

Por eso, y porque además lo hacéis gratis, muchas gracias a todos. A los que he mencionado -porque ha surgido así este diálogo en clase-, y a los que no.

28 de octubre de 2008

Los periodistas de El Correo de Cadalso

Como sabéis, las fotos de los periodistas de El Correo de Cadalso -muchas gracias a todos por acudir en mi ayuda con vuestros comentarios- están hechas con la cámara integrada de mi mac. No son fotos de estudio, pero no importa; sirven para ilustrar, como si de columnistas conocidos se tratara, cada uno de sus artículos.

Mi mujer, que forma parte del equipo de maquetación de la versión impresa, ya ha empezado a preparar el primer número de este año (que creo que es el número 7º en total). Aunque ella dice que es divertido, hay que estar al menos un par de horas con el Quark, para que todo tenga el aspecto de un periódico profesional. Pero lo más curioso es que ella, que no conoce en persona a mis alumnos, como tampoco vosotros, se fijó en algo que yo no había notado. Han crecido. Y lo podemos comprobar por las fotos. Estamos estudiando en Cono los cambios en la pubertad, y, curiosamente, sus fotos lo demuestran.

Yo conservo la foto de mi cole, a mis 12 años, aunque lamentablemente no sé nada de aquellos compañeros. A pesar de que, como sabéis, soy un apasionado del mundo digital, hay una razón muy importante para convertir El Correo de Cadalso en un pedazo de papel. Para que exista.

27 de octubre de 2008

Las presentaciones

Hace muchos años, cuando dejé de ser maestro para dedicarme a la informática, la primera empresa que me contrató -y de la que aún conservo la tarjeta de visita-, me nombró "Responsable de software y hardware de presentaciones". Lo ponía en inglés (Desktop Presentations Manager) porque así parecía más profesional. Mi trabajo consistía en hacer demostraciones públicas, parecidas a esas que se ven ahora de los cuchillos y sartenes anti-adherentes, y mostrar cómo la técnica del orador aumentaba en efectividad con aquel software (una vez más, Microsoft no fue el primero. El primer software de presentaciones se llamaba Aldus Persuasion, y sólo existía para mac...).

Era una época que recuerdo con cariño; no existía internet -ni Windows-, pero sí la pasión por los ordenadores. La pasión por Apple. Y me tragué muchísimos SIMOS, y ferias en toda Europa y Estados Unidos, haciendo demos y asistiendo a congresos. Lo curioso es que ahora, mientras que Steve Jobs sigue haciendo lo mismo, mis alumnos comienzan a hacerlo. Preparan -con Luisito, o si pueden, en casa- el resumen de cada lección y lo exponen en clase (lo hacen con Power Point y bajo Windows, claro). Así, y sólo en teoría, aprenden a resumir, a hablar en público y a recordar lo más importante de cara al examen. Por otro lado, los demás -es decir, el público-, escuchan una vez más lo de "la expulsión del óvulo" por una voz que no es la mía.

Pero, para mí, y sin que aparezca reseñado en la maldita Programación General Anual, aprenden a manejar un ordenador. Hacen -como se dijo muchos años después- un curso de ofimática.

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Queridos amigos. No me da ninguna vergüenza decirlo. No sólo estaría bien que hubiera comentarios vuestros en El Correo de Cadalso. Es que los necesito.

24 de octubre de 2008

El interés natural

Esta mañana, aprovechando que estamos terminando la lección -la unidad didáctica- de la reproducción de los seres humanos, hemos estado viendo en clase el fantástico documental En el vientre materno, de National Geographic. Este año, y para no depender de tener que reservar con antelación el aula de proyección, he decidido montarme el sistema de proyección en clase; uso como pantalla un mapa colgado del revés en un gancho de la pizarra, y cojo prestado el videoproyector. Como es habitual, mi mac se da cuenta enseguida de que tiene algo conectado y lo muestra sin más (nada de alt-fn-f5 ni esas cosas...). El documental, si no habéis tenido oportunidad de verlo, merece la pena. Imágenes reales del embrión desarrollándose, semana a semana; un auténtico lujo para un maestro que debe explicar todo el proceso.

La cuestión es que mientras lo veían, se ha producido eso de lo que os he hablado alguna vez, y que raramente sucede: atención 100%. Me parece oportuno comentarlo, porque siempre pienso que quizá alguno de mis lectores piense que mi clase es estupenda, y que soy tan bueno en mi trabajo que consigo siempre que todos atiendan, que todos me escuchen, que todos muestren interés en lo que les cuento... y no es verdad. La realidad del día a día me obliga en muchas ocasiones a interrumpir el discurso, o la lectura, o lo que quiera que estemos haciendo, para recriminar a alguien su falta de interés, para impedir que siga molestando a los demás, o para contestar, durante la explicación de la fecundación del óvulo, preguntas como:

- ... Y el óvulo que ha producido la mujer, si no resulta fecundado se expulsa y....
- Profe.
- Sí, Pedro. Dime.
- ¿Ahora viene el recreo o falta todavía una hora?

Pero hoy National Geographic -un DVD que me ha prestado mi compañero Julio- ha conseguido que todos estuvieran atentos. Han hecho preguntas, y he parado la proyección varias veces, pero eran preguntas que demostraban un interés natural (un interés que raramente consigues). Les parecía curioso, por ejemplo, que el feto pudiera oír la voz de la madre desde el interior.

Cuando eso sucede, y mucho más si sucede durante una proyección, te sientas al final de la clase, apoyas la espalda y los miras. Miras sus caras y disfrutas. Y descansas.

22 de octubre de 2008

El festival de Navidad

Como el año pasado -y supongo que como los años futuros-, me enfrento de nuevo a la Fiesta del Gallito. Se trata de un festival que tiene lugar antes de Navidad, donde participa todo el colegio, y que según parece recibe su nombre debido a la pieza de mazapán que, con forma de gallo, el ayuntamiento regalaba a los niños (de un tiempo a esta parte, y con muy buen criterio, en vez de mazapán se regala un libro).

El problema es que no tenemos salón de actos, por lo que todo tiene lugar en el polideportivo. Un lugar fantástico para hacer deporte, pero cuyas condiciones hacen imposible recitar poesía, cantar, representar pequeñas obras de teatro (a no ser que sean sin diálogo) o cualquier otra actividad que requiera unas mínimas condiciones de sonido. Así que aquí estoy, tratando de que se me ocurra algo. Si debe intervenir toda la clase, y además no se puede recitar ni cantar... lo único que queda es el baile. Y yo no sé bailar. Si no sabes bailar, es difícil enseñar a bailar, o montar un baile.

Además, y con la intención de darle una línea de cohesión a todas las actuaciones, este año se ha decidido elegir un tema común: el mundo del circo. Pero eso me lo pone aún más difícil.

Me he acordado de un video de Bob Dylan, muy conocido, de su canción Subterranean Homesick Blues, donde simplemente él mismo va mostrando a la cámara unos carteles hechos a mano con la letra de la canción. Y se me ha ocurrido, que si consiguiera dieciséis narices de gomaespuma -de esas que usan los payasos-, podríamos hacer lo mismo -en español y en inglés- con una canción que les encanta: Don't worry, be happy, de Bobby MacFerrin.

No sé, os mantendré informados.

21 de octubre de 2008

El tope del tranvía

Tu abuela me lo ha contado
cientos de veces.
La posguerra de Madrid
-Madrid que se resistía-
el hambre, la piel del plátano.
La alegría de vivir,
Glorieta Luca de Tena,
y viajar por cuenta ajena
en el tope del tranvía.

Los Erasmus no hacen cola
ni pagan ningún billete,
ni necesitan abrigo.
Aprenden a hacer amigos,
conocen a Libertad,
dan envidia a su papá
y al resto de sus amigos.

Aprenden a convivir.
A tener autonomía.
Y -como su abuela hacía,
en las calles de Madrid-,
la alegría de vivir
en el tope del tranvía.

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Diego, me encantó el oceanario. Te mandaré fotos.

16 de octubre de 2008

Las canciones

El año pasado -el curso pasado- os contaba que una de las canciones que escuchábamos, mientras hacían los ejercicios para que no se convirtieran en deberes, era el poema Tu risa, de Pablo Neruda, cantado maravillosamente por Olga Manzano y Manuel Picón.

Lo curioso es que aún me piden que les ponga esa canción. Y la cantan. Pero los que me conocéis sabéis perfectamente que soy capaz de ponerme muy pesado con una canción (ya os conté también, que por "canción" yo entiendo simplemente una suma de dos placeres: la música, y la letra. Dos placeres, dos lujos de los que sólo el ser humano dispone; dos puntos brillantes en el espacio exterior cuyo origen está relacionado, quizá, con nuestro verdadero origen). Desde pequeño, -a la edad de mis alumnos- me he acostumbrado a aprenderme las letras (por eso, cuando os digo que soy un profesional del karaoke, debéis creerme). Y, además, así empecé a aprender inglés (no sé si alguna vez he mencionado que soy también el profe de Inglés para el resto del 3º Ciclo). A cada clase, el primer día de curso les cuento siempre lo mismo: yo aprendí inglés con las canciones.

Aún hoy, aunque aquí no puedo demostrarlo, podría escribir íntegramente las cosas que Cat Stevens le contaba a su hijo (Father and son), las cosas que se decían los buenos amigos (Bridge over troubled water, You've got a friend), los poemas de amor (How can I tell you, For Emily whenever I may find her...), o aquella maravillosa -y vieja compañera- melancolía (Kathy's song, American Tune, The Boxer, If I laugh, Wind Up,...). Me veo perfectamente, con aquel cuadernillo de las letras del tamaño de los discos (de los discos de antes, de los vinilos). Lo tenía arrugado y gastado, pero conseguí, a base de diccionario, de preguntar cuando podía a mi profe, y de imaginación, traducir cada verso de aquel papel. Pero mucho antes de aquello, mucho antes que el inglés, estaba "Jardinera, tú que entraste en el jardín del amor, de las flores que tú riegas, dime cuál es la mejor. La mejor es una rosa que se viste de color, del color que le antoja, y verde tiene la hoja. Y verde tiene la hoja.".

O el larguísimo, trágico y tristísimo Romance de Delgadina (lo de la princesa que la encierra su padre...), pasando por (mi favorita, desde siempre) "El trigo entre toas las flores, ha elegido a la amapola, y yo elijo a mi Dolores, Dolores, Lolita, Lola. "

Así que, aunque no sé si se notará -tengo pendiente preguntárselo a la profe de Secundaria- yo este año voy a seguir, al menos una vez a la semana, fotocopiando una canción de verdad.

A mí me funcionó.
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We are the champioooooooons, We are the champioooooooon of the wooooooorld

Don't worry, be happy, Don't worry, be happy, Don't worry, be happy,

I don't like mondays, I don't like mondays,

How many roads must a man walk down
before you call him a man?
The answer, my friend, is blowin' in the wind,
The answer is blowin' in the wind.

14 de octubre de 2008

Las profesiones de mis alumnos

El otro día, al salir del cole, y mientras conducía mi vieja moto hasta casa, me pareció ver un hombre en la cuneta. Me dio la impresión de que me hacía señas, así que paré junto a él:
-Buenos días-, me dijo.
-Buenos días-, contesté. -¿Puedo ayudarle en algo?
- No, muchas gracias. Yo sólo estaba mirando al sol. Esta tarde lloverá, y a mis tomates les vendrá muy bien.

Me quedé pensando lo importante que era para aquel agricultor entender de climatología.

Al día siguiente, también al salir del cole, y mientras pasaba por la puerta del taller mecánico que hay al lado, me llamó la atención un señor al que no conocía. Era un hombre joven, muy serio, que llevaba una especie de ordenador de bolsillo (de Palm Top) en la mano, y anotaba cosas sin parar. Pocos días más tarde, otra profe me contó que era el chatarrero. Que llevaba el ordenador de bolsillo para calcular el peso y el precio de cada viaje.

Me quedé pensando lo importante que era para aquel chatarrero saber calcular.

Hablando con mi mujer el otro día, me decía que en el pueblo no había suficientes peluquerías. Que estaban siempre llenas, o que no abrían todos los días. Pregunté en el cole si en Cadalso había más peluquerías, y en seguida me contestaron que sí, que había dos. Una de ellas era una peluquería de una chica joven. No era un local de lujo, pero se notaba nada más entrar que aquella chica había puesto toda su ilusión en hacerlo agradable. Y, según me contaron, lo había conseguido. Era la peluquería más bonita de la zona, limpia, decorada con gusto y bien atendida. Pero, según parece, además, aquella chica era una magnífica peluquera. Era capaz de cortar el pelo adaptándose a los gustos de las 500 señoras a las que atendía. Señoras, jóvenes, niñas, hasta los chicos acudían. Y cuando me cuentan todo eso, me da mucha rabia. Ya sabéis que yo sólo me peino cuando me pongo la peluca que me regalaron un día.

Y me quedé pensando lo importante que era para aquella peluquera conocer bien su profesión, y hacerla digna.

Justo cuando estaba pensando eso, pasó un avión por el pantano. Pensé en el accidente de Barajas, y en todas las pobres familias. Y pensé en los pobres pilotos.

Y me quedé pensando lo importante, y lo duro, que debe ser estudiar esa carrera. Y, sobretodo, las ganas que debes tener para poder conseguirlo. También pensé que si uno quiere algo, pero lo quiere de verdad, acaba consiguiéndolo.

Justo, terminó de pasar el avión, dibujando la estela en el cielo, bajé la vista y... ¡una barca!. Una barca en el medio del pantano en octubre. ¡Qué raro! Cogí mis prismáticos (siempre me da la sensación de que soy un tío importante si uso los prismáticos) y observé con detenimiento. Eran científicos. Estaban analizando la fauna y la flora del pantano. Al frente, sentada en la proa de aquella embarcación, iba una joven. Era la bióloga. La persona encargada de todo aquel estudio.

Y me quedé pensando lo importante que era que existiese gente cuya pasión fuera la biología.

Al día siguiente, justo al salir de casa... ¡las vacas!. No os he contado que vivo en un sitio donde hay vacas sueltas. Enormes, mansas, tranquilas, gigantescas vacas. Yo ya estoy acostumbrado a ir sorteando, como Valentino Rossi, sus gigantescas mierdas. Pero en el fondo no me molestan tanto. Esas mierdas hacen de señal. "Cuidado, Ángel. Hoy se nos ha ocurrido venir por aquí". Son vacas de carne, la famosa ternera de Ávila (lo siento por los vegetarianos). Y cada una lleva en la oreja un piercing gigantesco. Es su ficha, con todos sus datos.

Y me quedé pensando, y dadas las últimas y preocupantes noticias del sector alimentario, lo importante que era, para todos nosotros, que existan buenos veterinarios y veterinarias.

Ese día, al llegar a casa, puse la tele. A mí no me gusta el rugby, pero, como entendido en fútbol, sé perfectamente lo importante que es el Torneo Cinco Naciones. Me llamó la atención, sin embargo, que después de tantos años, no hayan cambiado el nombre. Lo de naciones está anticuado. Los equipos de fútbol (incluidas las selecciones), no representan a ningún país. Lo más increíble es que, en el equipo de Escocia, jugaba por primera vez en la larguísima tradición escocesa, un jugador español, nacido en Rumanía.

Y me quedé pensando en aquel jugador de rugby. Y, sin darme cuenta, me sentí muy feliz de repente.

Ensimismado en aquel pensamiento, de forma inusitada recordé lo de la transferencia del banco. "Voy a hacerlo ya, porque se me olvidará". Encendí de nuevo el mac, y lo apagué. Nunca me acuerdo que los de CajaMadrid no hacen nada para que su página funcione en mac. Tuve que encender la mierda del pc. Y mientras veía la cuenta, y la cantidad de cargos que tienes y que ni te acuerdas, pensé dos cosas (dos por uno):

- Lo importante que es que la gente que lea esto sepa lo que es un mac, una página, el pc, una Palm, el 84...
- Lo importante que es, para republicanos y demócratas, para los que invierten en bolsa y los que sólo vierten en bolsa, para todos nosotros, conocer de verdad la economía. Ser economista. (Y no me refiero sólo a licenciarse).

Pero llegó el gran día. Champions League. La final. Manolo Lama, Pepe Domingo Castaño, todos. Los del carrusel. Y yo con la tele y la radio a la vez. Real Madrid -faltaría más- contra el Liverpool. El Liverpool del niño... No es Torres. Han pasado ya 15 años, y ahora el niño es un futbolista que empezó jugando al fútbol en Cadalso. Luego, cuando Lama lo entrevistó al final del partido, me recordó a Zidane. Un chaval con un buen cerebro. Un tío que juega maravillosamente al fútbol, y que además sabe hablar contigo. O con un periodista. Un ejemplo, como pocos.

Al día siguiente, disfruté de un amanecer precioso. No habían cambiado la hora aún, por eso era de noche. Arranqué la moto pensando todavía en la increíble vaselina de... aquel jugador. Un ejercicio de ballet, un gesto emocionante, como sólo había sentido aquel día en el Snoopy, con el gol de Zidane.

Justo en la puerta del cole, como todos los días, saludé a la policía, que enseñaba a los pequeños a cruzar la calle, a la profesora de Infantil 4, y a Julio, el coordinador TIC. El informático del cole.

Y me puse, como siempre, a trabajar. Había sonado el timbre.

13 de octubre de 2008

La Peña Muñana

Gracias a la amplia difusión y éxito sin precedentes que ha tenido la publicación en internet de El Correo de Cadalso desde su inicio -cumple ahora un año-, esta localidad de la Comunidad de Madrid, Cadalso de los Vidrios, es ya muy conocida. Aún así, si alguien tiene interés en saber por qué somos de pueblo, pero por qué también de Madrid, os escribo este artículo. Entiendo que, principalmente a los que me leen desde fuera de la Comunidad de Madrid (Bilbao, Viena, Lisboa...) esto les resulte paradójico: o eres de pueblo, o eres de Madrid. La ya eterna expresión "Conocimiento del Medio", bautizada, también eternamente, como "Cono" propone conocer, al menos sucintamente, la geografía de nuestra comunidad. De la comunidad de cada uno.

Desde aquí, desde la Peña Muñana, se ven las torres Kio (lástima que en la foto no se aprecien). Pero sentado aquí, a 802 m. de altitud, con una panorámica que te deja boquiabierto en todas direcciones (me gustaría poder hacer una imagen quicktime vr, una imagen como esta...) y siendo viernes, 11:30 de la mañana, me parece que las torres Kio no es que estén lejos, sino que no existen. Las torres Kio forman parte de los telediarios. Y sólo existen en la tele. Desde aquí no se ve ni el Hipercor, ni el Supercor, ni el Leroy Merlin, ni el Carrefour, ni nada de eso: están más allá, detrás de las montañas.

Desde aquí alcanzamos a ver, en un maravilloso día como el viernes pasado, San Martín de Valdeiglesias, El Tiemblo y, si sabes orientarte bien y tienes buena vista, Cebreros (Comunidad de Castilla y León, por tanto, otro "Cono").



Sentado -durante un segundo que me dejaron hacer la foto- en una mole de granito, de granito de Madrid, (con musgo, el musgo de verdad, el de Plaza Mayor en Navidades...) de dimensiones gigantescas.

9 de octubre de 2008

Luisito

El nombre se lo hemos puesto entre todos. Luisito ha costado 80 Euros en EBay (presupuesto del 3º Ciclo de Primaria); sus días en la oficina han terminado. Se ha venido a nuestra clase, ahora está con nosotros para aprender con nosotros. Se le ve contento, se siente bien tratado; le hemos puesto mesa y silla, como los demás, y mirando a la pizarra, como estamos los demás.
A mí me gustaría saber contar cómo es Luisito como lo hacía un señor que conocí -a la edad de mis alumnos-, que se llamaba Juan Ramón Jiménez cuando hablaba de su burro.

Luisito tiene un Responsable de Informática -un cargo mensual, en el "Comité de Dirección"- que lo enciende y lo apaga cada día. Con Luisito hacemos los powerpoints de cada tema, y luego uno de nosotros lo explica. A Luisito lo hemos vestido con la foto que nos hicimos el año pasado, cuando fuimos a la exposición Madrid es Ciencia. Y todos queremos estar con él; por eso el Responsable de Informática tiene que llevar la cuenta de los que ya han estado con Luisito. Luisito tiene que sentirse como el rey del mundo, porque no hay nadie en la clase, ni niño ni niña, con los que toda la clase quiera jugar. Lo malo es que aún no hemos tenido tiempo para lo mejor: para escribir en El Correo de Cadalso. Tenemos que hacerlo uno a uno, y Luisito no da a basto. Para lo del Correo de Cadalso tenemos que ir al Aula de Informática. Pero a nosotros nos gusta que Luisito sea de la clase. Somos un colegio público. ¡Viva Luisito!

7 de octubre de 2008

Un experimento

En este curso, como ocurrió en el anterior -y supongo que en el siguiente-, debo dar clase a los alumnos que han elegido la opción "No religiosa" para sus clases. No quiero polemizar, sólo aportar una idea que se me ha ocurrido. El año pasado tan sólo tenía a los niños marroquíes, pero este año se han apuntado algunos españoles; lo que ha supuesto para mí más trabajo... y una innegable, absurda e insignificante satisfacción. Por tanto, tenía que pensar algo, tenía que programar algo (programar, no sabéis lo difícil que es ir del mundo del javascript al mundo de los conocimientos-habilidades-destrezas) para esta asignatura durante este curso.

No puedo (no debo) aprovechar para reforzar conocimientos-habilidades-destrezas básicas, así que debe ser algo distinto. Yo lo veo por el lado positivo. Es mi oportunidad. Es la oportunidad de hacer algo por mí mismo; de intentarlo. Supongo que es algo parecido a lo que me llevó a dejar de ser maestro hace más de veinte años. La cuestión es que se me ha ocurrido que durante este curso, dos sesiones a la semana, vamos a hacer disco-fórum. Sí, ¿qué pasa?. El disco-fórum, queridos jóvenes (a los blogueros os hablo) era una cosa que estaba de moda en mis tiempos. Nos juntábamos (donde podíamos) para escuchar a Lluis Lach, a Luis Eduardo Aute, a las Vainica Doble, a Víctor y Diego, a Víctor Manuel (dios mío... planta 14), a Javier Krahe, a la Mandrágora (querido disco), a Carlos Cano (a quien conocí personalmente porque vino a verme a mi clase. A mi clase de Magisterio), a Olga Manzano y Manuel Picón, a Pablo Guerrero, a Luis Pastor (estuve una vez en su casa), a Académica Palanca, a Víctor Jara y Violeta Parra, a los Calchakis, a Pablo Milanés, a Silvio Rodríguez... podría seguir y seguir y llenar páginas.

Pues sí, eso que se hacía, lo de escuchar las letras, aunque parezca antiguo, propio de -como se dice ahora- frikis, es lo que vamos a hacer.

Nota previa para futuros maestros:
Esto no es una programación. Si queréis programaciones, las podéis copiar de cualquier CD-ROM de cualquier editorial (es lo que hacemos todos).


PROCEDIMIENTO:
1º - Recito, lo mejor que puedo (no soy María Asquerino, pero lo intento) la letra de la canción. Ningún problema. Me las sé de memoria. Sí, de memoria. Y reto, desde aquí, a quien no se lo crea.

2º - Escribo en la pizarra, respetando las estrofas y los versos, la letra de la canción. Y la copian. Porque sí, porque lo digo yo. (Y con buena letra). En el cuaderno de Religión (porque no hay otro. No voy a referirme a él como el cuaderno de "no religión").

3º - Escuchamos la canción entera. Si no puedo evitarlo -que nunca puedo, porque soy un profesional del karaoke- yo canto al mismo tiempo y en voz alta, al menos el estribillo.

4º - Pregunto, (a quien creo que ha estado más atento) que nos diga qué cuenta el autor de la canción. Y escucho otras versiones después, haciendo pequeños comentarios sobe cada verso, o sobre lo que creemos que nos está diciendo el autor.

5º - La escuchamos de nuevo, entera. Y yo la canto entera (mi voz, cómo os diría, es... como la de Joan Manuel Serrat...), y algunos empiezan a atreverse con algunos versos. O con el estribillo (el estribillo, qué gran invento).

6º - Leemos, cada uno en su cuaderno, la letra de la canción.

7º - Si nos da tiempo, que nunca nos da, la esuchamos una última vez.

EVALUACIÓN:
Si en la próxima sesión te piden que la pongas otra vez, has aprobado. Pero no vale tenerlo en cuenta al principio. Si al comenzar la canción escuchas -como me pasó a mí el otro día- "profe, esto es una mierda", no debes hacer caso y seguir con lo tuyo. Como si pusieras a Aute en una discoteca. Porque el que pone los discos eres tú. Y no se admiten ni críticas, ni mucho menos sugerencias.

Además es divertido. Como os imagináis, -a muchos no hace falta que os lo diga- ya me hecho una lista de reproducción que se llama "6º B". Una lista de reprroducción que, faltaría más, no voy a desvelar entera.

Eso va a ser uno de los grandes temas este año en mi blog. Mi lista de reproducción para la asignatura "Música, canción y pedagogía". Así se llama. Y el nombre no lo he puesto yo. Lo puso, hace muchos años, mi profesor en Magisterio.

Ya llevamos dos.

El primer día, la asginatura comenzó con la versión de "Sólo le pido a Dios" de Mercedes Sosa.

El segundo día, con la historia de "Clodomiro el Ñajo", de Carlos Mejía Godoy y los de Palacagüina. Una historia de un muchacho que se fue a comprar una libra de clavos y un formón, una libra de clavos y un formón, una libra....

6 de octubre de 2008

El español

Leo en El País que EE UU ya es el segundo país en hispanohablantes, pero -"no se puede confiar la supervivencia del español en su número de hablantes"- dice Elvira Lindo (también en El País).

Ni su supervivencia, ni su estado de ánimo, añadiría yo. Quizá sobreviva, pero no sabemos si estará triste, alicaído, sin ganas, sin lustre, sin brillo y.... ¡ay!, sin esplendor.

2 de octubre de 2008

Para una amiga

Hace mucho tiempo, más de una década, tuve el privilegio de conocer a la mujer que años más tarde ocuparía el cargo de directora general de Radio y Televisión Española (actualmente en un cargo mucho más importante, aún). Por aquel entonces ni ella ni yo hubiéramos creído en lo que nuestros destinos nos tenían preparado. Ella era una prestigiosa profesora universitaria y yo me creía el rey del mundo del software educativo. Durante todos aquellos años no recuerdo ni una sola conversación, de tantas como tuvimos, que tuviera como tema central el papel de la televisión pública. Nos preocupaba, claro que sí, la educación de nuestros hijos -mi hija sigue siendo hoy muy amiga de la suya-, pero lo vivíamos como padres, no como profesionales afectados: ella como directora general y yo, ahora, como maestro de pueblo. Paradójicamente, ahora que nuestros hijos son mayores -esto es, con criterio propio-, el asunto de la televisión pública, el debate de la televisión pública, es un tema primordial en nuestro trabajo -aunque dejó su cargo, su nivel de responsabilidad ahora sigue siendo como de ciencia-ficción-. Como desde que comenzó a salir en los periódicos y en los telediarios casi no la he vuelto a ver (excepto una cena muy divertida, con los guardaespaldas sentados en otra mesa; una cena que algún día os contaré), he decidido escribir este artículo (bueno, esta entrada). A ver si así saca una tarde de sábado de su agenda (comprendo que es dificilísimo) y se viene a casa a tomar café.

Anoche. He terminado mi entrada, preparado las clases de mañana y... hoy hay Champions League. Genial. Me pongo la SER en internet (con mi Mac inalámbrico...) y enciendo el Digital+. No creo que haya en la tele nada más divertido. Es más, admito que casi sólo veo fútbol (bueno, Fiebre Maldini, El día antes, El partido de Primera (el día en cuestión, como mi mujer lo llama), El día después, Informe Robinson, los telediarios (80% noticias deportivas), la Eurocopa, la UEFA, La Liga y la Copa del Rey. Está bien, admito que veo también algunos partidos amistosos, partidos homenaje, entrevistas, programas sobre grandes jugadores... y además luego está el Canal Real Madrid, que está muy bien si quieres ver -una vez más- el gol del otro día. )

Pero justo antes sale Gabilondo (no conozco, quizá por falta de información, un periodista mejor que Don Iñaki en este país) hablando de la guerra del fútbol.

Yo, con unos langostinos del Carrefour que me he comprado para el partido. Mi coca-cola (soy un adicto) y el Mac.


Ella:
- Es lógico. Si quieres ver el fútbol, es lógico que tengas que pagar. A medida que vayan teniendo más clientes, será cada vez más caro. Yo entiendo perfectamente que se quejen las emisoras privadas. O pagas, o te dejas adoctrinar. O pagas, o a TeleMadrid (una cadena que da asco, una cadena del váter).

Yo:
- Pero yo nunca, en toda mi vida, he tenido que pagar por ver la tele. Si a mí me dices, a mis veinte años, que habrá que pagar por ver la tele, me hubiera sonado a ciencia-ficción, a rollo Orwell.

Ella:
- Pues ya te puedes ir acostumbrando. Y no sólo tú.

Me quedo pensando... Me la ha soltado, se larga (a navegar por internet) y me deja "abrazado a una duda, en mitad de la calle y desnudo".

Sí, ya sé. También mis alumnos. Pero yo pagaría, y se supone que lo hago, para que en TVE no se mostrara la idea del éxito sin esfuerzo (poned ejemplos vosotros, cualquier "realiti sou" sirve). Para que en TVE hubiera pasta, pero mucha pasta, para que trabajaran allí los mejores profesionales que hubiera en España. Para que se hicieran buenos programas, y no hablo de programas educativos. Hablo de buenos programas. No entiendo que en literatura se hable de libros (educativos o no), y no sea lo mismo decir "televisión" que "televisión educativa" (es decir, un bodrio que no aguantan ni los menos exigentes). Lo que pasa es que el público infantil no tiene pasta. La pasta (cada vez menos) la tenemos los del fútbol. Y tenemos que pagar por ver el fútbol.

Y me quedo recordando el día -histórico- en que la antigua directora de RTVE se negó a retransmitir la final de, nada más y nada menos, la Copa del Rey. No tenía dinero suficiente. O lo que es lo mismo, los otros tenían más. Los otros. Los del fútbol. O sea, yo.

Un beso, Carmen.

1 de octubre de 2008

Una buena noticia

Tengo una alumna que ha ganado un concurso literario este verano. Como es de las pocas buenas noticias que hasta ahora he tenido en este curso en el cole, quiero que lo sepáis. Me envió durante las vacaciones su cuento por correo electrónico, y pensé, aunque no lo dije, que se merecía ganar el concurso. También pensé que los concursos literarios no sirven de mucho, al menos lo poco que conozco; pero ha ganado mi alumna, y eso me pone muy contento.

-"Cómo mola ver que algunos tiran pa arriba, aunque sean pocos"-, me decía un compañero hoy.

Enhorabuena, Alba. Sigue escribiendo.

30 de septiembre de 2008

Internet y la ortografía

Esta mañana me quejaba a mis alumnos. Estoy bastante decepcionado, indignado, enfadado y frustrado por el resultado de las pruebas iniciales. Ellos saben -porque ya se lo he repetido muchas veces, y aún estamos a principios de curso- que este año harán una prueba. Un examen. Y no lo haré yo. Vendrá una persona encargada de la Delegación de Educación para hacerlo. Y, como esto no cambie mucho, ahora que no me oyen, ni casi me leen, la vamos a cagar. Y ya no sé cómo decirlo. No sé cómo explicar, de forma que lo entiendan, lo importantísimo que es la ortografía. Yo únicamente conozco dos formas de aprender ortografía -quizá si conociera más, los resultados hubieran sido distintos-:
1- Aprender todas las reglas de ortografía.
2 - Leer diariamente al menos durante una hora.

Particularmente, prefiero la segunda opción, pero está claro que la primera también es eficaz. No me importa que sepan por qué lleva tilde, siempre que sepan que lleva tilde. Porque sí. Porque si no lo escribimos con tilde, el cerebro no reconoce esa palabra, simplemente por eso.

Y esta tarde he leído un link que me ha enviado mi mujer. Se trataba de un foro sobre Asturias en internet -hemos disfrutado mucho allí este verano-, donde publicaban, los propios administradores de la web, la siguiente entrada:

Infoweb
Aviso a navegantes: no se aceptarán más comentarios con errores ortográficos y gramaticales. No tenemos tiempo para corregir comentarios, y los correctores ortográficos y gramaticales están ahí para aquellos que tengan dudas.
Una tilde, algún detalle puede pasar, ya que todos somos humanos, pero aquellos comentarios en los que la densidad de errores ortográficos y gramaticales sea considerable, no serán aprobados desde mañana.


Vaya. Internet, mi querido sitio, viene a rescatarme. Mañana mismo leo en clase esta entrada. A ver si así se lo toman en serio.

Es más, opino, a partir de ahora, ¿debería evitarme todo el curro que hago para corregir sus faltas antes de su publicación en El Correo de Cadalso?

Debería hacer aquí una encuesta de esas que trae el blogger...

28 de septiembre de 2008

Quizá alguien me crea

Es domingo. Esta mañana me he ido al pueblo, como todos los domingos, a comprar el periódico y tomar café leyéndolo tranquilamente. Uno de mis mejores momentos de la semana. Como siempre, voy con el Ipod (sea en la moto o en el coche). Y, como casi siempre, por no pensar, le digo al Aleatorio (sí, ese tío que es primo de Ken Burns) que ponga música él. Como casi siempre, si no me gusta la canción que ha elegido, le digo rápidamente que otra... hasta que me gusta a mí. Por eso Aleatorio y yo nos llevamos tan bien. Porque es Aleatorio... hasta que yo lo diga.

Y esta mañana, por eso os escribo, me ha pasado algo que ya me había ocurrido hace muchos años. Como una de las cosas que más odio es que alguien piense que soy aficionado a los sucesos extraños (ya sabéis, quiromancia, espiritismo y esas movidas), no quería escribirlo, pero acabo de pensar que quizá alguien me crea. Y a mí me viene muy bien pensar que lo mismo tengo suerte y hay alguien que lo hace, por eso lo cuento aquí.

Yo tendría, no sé, no me apetece buscar la fecha en el google, pero la radio de aquel R5 de mi hermana dijo que acababa de morir Jorge Cafrune. Por alguna razón que no viene al caso, en mi familia en aquella época circulaba una cinta de casete, que siempre oíamos. Era el hit parade familar. Y el nº1 de la lista aquellos años era "Virgen India", de Jorge Cafrune y Marito. Es una canción que incorpora un coro de Marito (qué habrá sido de aquel niño) mezclada con aquel acento maravilloso del maestro Cafrune. Y lo que más nos gustaba era cuando aquel niño cantaba "AveMaríaaaaaaaaaaaaaaaa...." encima de la voz del maestro. Pusimos la casete, salió una mez vás (sería Aleatorio...) la canción. Y aquel viejo casete, con los cables de los altavoces pelados, no fue capaz de sonar en estéreo. Por primera vez después de haberla escuchado cientos de veces, escuchamos la canción y no se oía a Cafrune. Sólo se oía a Marito. Y ni a mi hermana ni a mí se nos ha olvidado nunca.

Bien, estaba mañana me ha vuelto a pasar. Si os está pareciendo esto la historia de la chica-de-la-curva, dejad de leer (dejad de leer esto, leed otros blogs). Pero ya os digo que me da igual, lo mismo alguien me cree.

Llovía. Mañana desapacible de otoño, pero tan desapacible. Es otoño. Lo desapacible empieza a ser que el otoño no parezca otoño. Y tengo la suerte de vivir en un sitio donde el otoño sigue siendo la estación de los colores melancólicos. No puedo ir en la moto (prefiero la moto, siempre). Y he ido conduciendo despacio, con el volumen muy alto (un volumen que, admitámoslo, sólo alcanzamos cuando estamos solos) los pocos kilómetros hacia el pueblo. No sabía que se había muerto Paul Newman (he leído los titulares en la puerta del estanco). Se muere mucha gente, tanta gente que ya ni te paras a pensar en ello; pero me he acordado mucho de él. Sin darme cuenta, he vuelto a ver a Henry Gondorf con su sombrero, su traje y su sonrisa. He vuelto a ver, una vez más, la que para mí es la mejor película de toda la historia del cine (y me da igual si para muchos no lo es). Y, la verdad, me ha dado mucha pena.

Al subir al coche, Aleatorio, os lo juro por lo que más quiero, ha puesto una maravillosa pieza llamada "Luther" de Scott Joplin. De la banda sonora de El Golpe. Una pieza que ilustra el entierro de Luther Coleman, el viejo amigo de Johnny Hooker. Un poema musical que te coloca realmente en otra dimensión, si lo escuchas detenidamente.

Y así nos hemos despedido Aleatorio y yo de Paul Newman. Yo, con una lagrimita.

26 de septiembre de 2008

El tiempo, el implacable, el que pasó

Para todos los entusiastas de Apple, los antiguos, los nuevos, los futuros.


18 de septiembre de 2008

Mi IPod y mi moto

Este verano por fin he podido disfrutar de toda mi música (más de 3.000 canciones) mientras recorría Asturias. Estuve pensando cómo instalar el IPod de manera que pudiera escuchar la música tanto por los altavoces como por el circuito interno de auriculares. El problema no estaba en la instalación eléctrica, porque eso se resuelve fácilmente con la típica casete con el cablecito colgando -para propietarios del último modelo de Goldwing, que lleva lector de CD's en vez de casete, no tengo solución-. La cuestión estaba en cómo sujetar firmemente el IPod para que no hubiera peligro de que se soltara en marcha, y además colocarlo en una posición que fuera accesible para apagarlo, encenderlo, o cambiar de canción fácilmente. Y encontré la solución -más bien la solución me encontró a mí- con la funda que uso desde hace tiempo. Es una funda de goma suave, con un anclaje de pinza para abrocharlo a cualquier prenda. Corté la parte superior de la pinza, y pegué con un buen pegamento la pieza restante a la moto, tal como se ve en el vídeo. Cuando no llevo el IPod, sólo se ve la pequeña pinza. Para ponerlo, basta con un gesto rápido: "click" y ya está sujeto, listo para el viaje.

4 de septiembre de 2008

Durante el verano...

He estado pensando que debería seguir con el blog en cuanto se ponga en marcha el curso. En cuanto vuelvan los niños. Al fin y al cabo, no dije que terminaba el blog. Sólo me despedía... hasta hoy.

Y este verano he tenido, después de casi veinte años con un escaso mes, ¡dos meses enteros de vacaciones!. Pero no voy a contar aquí lo que he hecho: han sido muchas cosas. Una de ellas, -la que más me gusta, y la más barata- (mmm quizá me gusta por eso) es navegar por internet. Y eso es lo que he estado haciendo. Sí, podía haberme dedicado, por ejemplo, a darle un toque de diseño al blog (recuerdo con cierta melancolía cuando aprendí los primeros tags de html hace... años). Ahora es mucho más fácil (no podía ser de otra manera, diseñar directamente en html era como pintar con los pies). Pero, como veis, ni lo he tocado. Lo que sí he hecho es afinar más mi página de inicio (yo, con IGoogle, pero no pongo el link, cada uno que elija). Y sigo alucinando con las posibilidades de internet. Y mi emoción -porque me resulta de verdad emocionante- no ha cambiado desde la primera vez que lo vi. Trabajaba en Anaya, una editorial educativa. En cuanto comprendí cómo funcionaba, pensé en términos educativos. Pensé en algo gratis que serviría para algo también gratis, o que debería serlo en todo el mundo: la educación. Y me dediqué a ello durante 15 años. Y pensé en nuestro idioma, en nuestra lengua, y en la cantidad de gente que hablamos español en el mundo. Y en la cantidad de niños que hay en el mundo, que deberían tener acceso gratuito. Como a la educación.

Pero todo aquello que yo soñaba cuando diseñé La Aventura Educativa (lo siento, la web murió por no ser gratuita), ya está hecho. No tiene ese maravilloso diseño de interfaz (la página de inicio era una isla, dibujada por Pablo Espada), ni está localizada en una sola web. Es mucho mejor. Y es gratis. Algunos lo llaman Web 2.0, o Web Social, algún nombre tiene que tener, para distinguirlo de las otras webs, las "no sociales".

Así que, básicamente, lo que he estado haciendo es conocer lo que hacen otras personas. Lo que yo he conseguido aportar a internet, desde aquella primera vez (con Netscape) hasta el momento en que os escribo esto no es comparable con lo que internet me ha ofrecido, y me ofrece. En eso consiste la emoción, en pensar que, en el fondo, los seres humanos somos maravillosos. Personas que escriben, que recopilan, que opinan, que ofrecen, que organizan, que informan, que facilitan, que programan (¡programan!), que aconsejan, que avisan, que muestran, que escuchan, que leen, que hablan, que graban... y que lo hacen gratis. O lo hacen con la fútil intención de ganar dinero en el futuro (o ganar poder, que es lo mismo). O quizá sólo reconocimiento. En cualquier caso, gratis. Me reservaré este año alguna entrada sobre el canon digital, porque sigue siendo un tema sin resolverse (aunque ya sabéis que yo de lo que hablo aquí es de mi clase). Pero, gracias a Dios (o a Steve Jobs, Steve Wozniak, Bill Atkinson, Tim Berners-Lee y a todos vosotros), internet sigue siendo lo que yo había soñado. No me considero tan inocente como para no pensar en el peligro que corre (que ya no es sólo Microsoft...), pero haber "conocido" a tanta gente este verano me ha sentado muy bien. Gente de todas las nacionalidades (principalmente en español, pero también en inglés) con páginas increíbles.

- "Tengo videos didácticos para explicar a los niños el cambio climático".
- "Y yo colecciono citas célebres".
- "Pues yo noticias que los internautas -es decir, nosotros- consideran interesantes".
- "Yo fotos".
- "Yo soy físico".
- "Yo astrónomo".
- "Pues a mí me gusta el cómic".
- "A mí también"
- "Yo vivo en Ecuador, y el otro día estuvo aquí Calamaro".
- "Pues a mí me gusta Luis Aguilé"
- "Yo no he estudiado, pero el otro día edité un artículo de cómo alicatar en la wikipedia".
- "Yo es que soy muy raro, no creo que nadie sea como yo".
- "Pues yo tengo una colección de chistes quetecagas".
- "Me he pasado mucho tiempo haciendo esto, y me hace mucha ilusión que lo uséis"
- "Soy bueno, ¿eh? ¿A que os gusta este programita? Pronto seré famoso".
- "Yo os escribo porque me pagan. Pero al menos a vosotros os sale gratis."
- "Yo estaba con unos amigos, y se nos ocurrió hacer esto. Nos divierte hacerlo. ¡Y además así conocemos gente que también les mola!"
- "A mí me gusta escribir."
- "Sí, a mí también. Pero, ¿sobre qué?
- "Bueno, sobre las cosas que pasan, y que no caben en los telediarios."
- "Claro, para eso debes estar informado."
- "Pero como es mi trabajo, luego en casa me siento y escribo".
- "Pues yo, si quieres que te diga la verdad, más de la mitad de las veces escribo en la oficina. Tengo muchos tiempos muertos".

En definitiva, personas como tú y como yo. Personas a las que les gusta compartir, descubrir y disfrutar.

Gracias, internet.

19 de junio de 2008

Fin

Esta mañana he entrado en clase, he escrito en la pizarra la fecha de hoy (intentando hacer las eles más ortodoxas), y debajo he puesto "¡Último día de clase!". Tengo una sensación extraña, hace tanto tiempo que dejé de ser maestro que ni me acuerdo. Y hoy, un día cualquiera en la oficina durante más de veinte años, es para mí y para mis alumnos el último día del curso. Afortunadamente (para mí, no sé si también para ellos), la ley establece que seguiré siendo su tutor el curso que viene, el último año de la Educación Primaria. Me alegro de que sean ellos, porque son los mejores. Hay algunos que son mejores que otros, pero todos, en conjunto, junto conmigo, somos los de 5ºB, la mejor clase del mundo (del mundo de 5ºB). Sólo espero que el año que viene pueda corregir todos los errores que he cometido este año, debido principalmente a la falta de experiencia, y que los de 6ºB sigamos sintiéndonos importantes. Al fin y al cabo, y dado que el edificio de Secundaria está separado, seremos los más mayores del cole. Ojalá también los más responsables.

Como ya es costumbre, hemos dado un par de horas de clase, y luego hemos jugado al fútbol hasta la hora de la entrega de notas. Una vez más, las madres esperando en la puerta, y yo dentro de clase, haciéndolas pasar una a una, al estilo ambulatorio. Me hubiera gustado tener más tiempo para hablar con ellas, y quizá debería haber organizado primero una reunión general, para luego pasar a las entrevistas individuales. Esas y otras muchas cosas son las que deberé corregir el año que viene.

En cuanto a este diario, quiero decir varias cosas. En primer lugar, y aunque no era esa mi intención, contaros aquí lo que me ha ido sucediendo en clase ha supuesto para mí un ejercicio de autoanálisis muy importante. Ya os he comentado en alguna ocasión que mi propósito, ya que volvía a la docencia, era intentar escribir algo que fuera útil para futuros maestros; algo que estuviera basado en la realidad del aula del curso 2007-08, y no en la teoría de adquisición de conocimientos, habilidades y destrezas. Como era de esperar, he tenido muchas más dificultades de las que me he atrevido a contar aquí, pero un diario de un maestro de pueblo no puede pretender ser otra cosa. Los conflictos familiares, la falta de cariño y atención en algunos casos, la impotencia, el desánimo, son cosas que los futuros maestros deben ver y sentir por sí mismos. Por otra parte, no tengo la experiencia ni los conocimientos para dar consejos a nadie, y mucho menos en materia educativa.

Pero hay algo que sí me atrevo a recomendar, porque me ha funcionado a mí, y también a mis alumnos: escribiros. Dirigirme a vosotros como si os conociera a todos, como si internet (al menos el internet hispanohablante) fuera un grupo de gente leyendo sin parar todo lo que escribo: justo lo contrario de lo que se siente al escribir el primer post: ¿lo leerá alguien?. En el fondo, contar cada tarde lo que me ha pasado en clase ha sido contármelo a mí. Por eso os agradezco a todos, con mucho cariño, haberme leído. Y... sí, sólo hay una cosa mejor que leer: ¡escribir!.

Un abrazo, de los grandes.

18 de junio de 2008

Miércoles

Los miércoles, ya lo he comentado, tengo dos horas seguidas de inglés con los de sexto. Hoy era mi último día con ellos, y ayer les comenté que veríamos una película en versión original subtitulada. La mayoría de ellos -por no decir todos- no habían visto nunca una película así. He elegido Big Fish, de Tim Burton. Con mi mac y el videoproyector se ve muy bien.

Durante el recreo, lo comenté a los compañeros:

- Mañana les voy a poner una peli a los de sexto. Es mi último día con ellos.
Una compañera:
- ¿Ah sí? ¿Y qué peli les vas a poner?
- Big Fish, de Tim Burton ¿la conoces?
- No, no he oído hablar de ella. ¿De qué va?
- Es una fábula preciosa, sobre la capacidad de imaginar.
- Oye, pues yo tengo hora libre, ¿puedo ir?
- ¡Claro! Pero ten en cuenta que es versión original, como si fueras a los Alphaville, ¡pero gratis!

17 de junio de 2008

El cine documental

Gracias a mi hija, acabo de ver una película de cine documental llamada Ser y tener (Être et avoir), del director Nicolas Philibert. La historia de una pequeña escuela unitaria, en un pueblo perdido de la Landa francesa. La historia de un maestro, Georges López, y una serie de niños de distintas edades, desde los 4 hasta los 10 años. Supongo que será una película obligada en todas las escuelas de Magisterio (si no es así, por favor, futuros maestros, conseguid como sea esta peli. Es un curso de cómo hacer las cosas bien).

En una época como la que vivimos, con una programación en televisión que constituye una lista completa de todo lo que los niños no deberían ver -ni tampoco los adultos-, un documental así te pone de buen humor. Pensar que maestros así existen, que escuelas así existen, es pensar también que no todo está perdido. Por eso me encanta el cine documental, porque no es ficción.

Un maestro genial, y un director de cine genial. Yo no sé si lo conseguiré... pero tú tienes todo el tiempo del mundo para conseguirlo.

16 de junio de 2008

El último lunes

Parece mentira, pero hoy ha sido el último lunes del curso. Después de pensarlo mucho, he decidido por fin el libro que leerán -mejor, el libro que les he pedido que lean- durante las vacaciones. Se trata de "El gran gigante bonachón", de mi escritor favorito, Roald Dahl. Lo leí hace años -ahora lo estoy leyendo de nuevo en inglés-, y me parece una de las mejores obras que se han escrito para niños. Como tenía una edición muy vieja, y lo vi en una estantería de una preciosa librería de Madrid que abrió sus puertas el viernes, me lo compré otra vez. Espero que mis alumnos disfruten, porque a mí me parece sencillamente genial. Se trata de un escritor que tiene una capacidad poco común: sabe colocarse perfectamente para describir el universo desde la perspectiva de un niño. Cuando, en sus múltiples entrevistas en radio y televisión -era un auténtico experto en chocolatinas- alguien le preguntó cómo se hacía eso de escribir, él contestó lo siguiente: (traduzco de su página web)

"Escribir es como dar un larguísimo paseo a través de valles, montañas y cosas; y así obtienes una vista preliminar de lo que ves y lo escribes. Entonces sigues caminando un poco más lejos, quizá hacia la cima de una colina, y desde allí observas algo más, y así sigues escribiendo sobre lo que ves, día tras día, contemplando diferentes vistas del mismo paisaje. La montaña más alta del paseo es obviamente el final del libro, porque debe ser la mejor vista de todas, cuando todo se une y puedes mirar atrás y contemplar cómo todo lo que has visto antes encaja. Pero es un proceso muy, muy, muy largo."

Es una lástima que su web esté únicamente en inglés, porque merece la pena detenerse un poquito y conocer más cosas sobre este maravilloso escritor.

Ojalá mis alumnos piensen, después de leerlo, lo mismo que yo, porque no conozco una forma mejor de animar a la lectura. (Los padres y las madres también lo pueden leer, y animar a sus hijos...)

12 de junio de 2008

Inspiración

(Del lat. inspiratĭo, -ōnis).
3. f. Efecto de sentir el escritor, el orador o el artista el singular y eficaz estímulo que le hace producir espontáneamente y como sin esfuerzo.

Hoy estaban inspirados. Creo que los conozco ya tan bien, que soy capaz de detectar por sus caras si están entendiendo algo de lo que explicamos, o si, por el contrario, su cuerpo está en clase, pero su mente no. Hoy, nuestro libro de Lengua hablaba sobre Ramón Gómez de la Serna, y su afición a jugar con el lenguaje (las greguerías). Me he detenido un poco en este asunto, y hemos leído algunos juegos de palabras de D. Ramón sobre el abecedario: "La A es la tienda de campaña del alfabeto", decía él.

Uno de ellos:
- Y la i es la única letra que fuma.

Otro:
- Y la o es el reloj del alfabeto.

Otro:
- Y la h es la silla del alfabeto.

Otro:
- y la u es el columpio del alfabeto.

Cuando me siguen de esta manera, me da mucha satisfacción, pero no sucede muy a menudo...

9 de junio de 2008

A veces ocurre

Hace pocos años, un pequeño grupo de gente coincidió en una lamentable oficina. Situada en el sótano de un bonito edificio del centro de Madrid, apenas veíamos la luz durante todo el día. Lo llamábamos "el zulo". El nombre no sólo venía dado por su oscura ubicación, sino, principalmente, porque la actividad que cada uno de nosotros llevábamos a cabo allí poco o nada tenía que ver con una editorial; y a todos en aquel grupo nos gustaban mucho los libros. Como nuestro descontento crecía cada día, decidimos juntarnos para charlar al salir, y así soñar colectivamente que el mundo era distinto, que nuestro trabajo era distinto. Para nosotros, era como jugar a estar en el Café Gijón -no estábamos muy lejos-, y poco a poco fuimos reconociendo que sí, que escribíamos, pero que, excepto uno de ellos, los demás no habíamos publicado nada, y seguíamos soñando con hacerlo. Soñábamos con salir del zulo, y poder dedicar nuestros esfuerzos a una actividad que nos llenara, un trabajo en el que pudiéramos poner pasión y entusiasmo. Y cuando, bien por las cervezas, o por la falta de argumentos, llegábamos a un túnel sin salida en la conversación, decíamos "volver al principio es la mejor forma de terminar".

Aunque os parezca raro, el grupo del que hablo está formado por diseñadores, escritores, expertos en el negocio de distribución y marketing... incluso hay uno que es experto en poner títulos a las obras. Y, mucho más raro todavía, están a punto de ver cumplido su sueño. Han creado una librería que es una editorial que es una librería. Han vuelto al principio, porque es la mejor forma de empezar.

En los tiempos en los que vivimos, que pasen cosas así resulta emocionante. Mis mejores deseos para el Zurdo, Mexileña y Clandestino. Muchos lectores, muchos libros, mucha felicidad. ¡Salud!

6 de junio de 2008

Horas de vuelo

Esta mañana, durante el recreo, he estado hablando con una compañera sobre el año que viene. Le decía que tengo tantas cosas que corregir -cosas que no han funcionado como deberían- para el año que viene, que debería hacer una lista. No hay que ser muy listo para darte cuenta de lo que deberías mejorar; y desde hace tiempo voy al cole pensando "el año que viene haré esto, el año que viene haré esto otro, etc". Mi compañera, que tiene mucha más experiencia que yo -bueno, todos mis compañeros tienen más experiencia que yo, incluso los más cercanos tienen la misma edad que yo, pero con el triple de experiencia docente- me decía que ella hace lo mismo; pero que todos los años hace lo mismo. Y que, en ciertos aspectos, a pesar de ese espíritu crítico -o, si lo preferís al estilo de Rouco, propósito de enmienda-, eso no evita que ciertos errores se repitan.

Aún así:
• No quiero usar el maldito pegamento de barra, si tenemos que pegar algo, pediré a las madres que compren a los niños otro tipo de pegamento... ¡que sirva para algo!
• No quiero llegar al final de curso con el agua al cuello, y tener que darme prisa por terminar el temario
• No quiero cuadernos con las hojas troqueladas, listas para ser arrancadas. Quiero cuadernos de tapas duras, cuanto más fuertes, mejor.
• Quiero tiempo suficiente para hacer la lista de libros de lectura. Nunca más se me ocurrirá recomendar un libro de lectura a través de un catálogo.
• Quiero un día fijo para el aula de ordenadores. No quiero tener que estar pendiente de reservarla... y ver que he llegado tarde.
• Quiero un sacapuntas de manivela, un sacapuntas profesional. No quiero perder el tiempo miserablemente sacando punta... y ver cómo el lápiz mengua inútilmente.
• Quiero mejorar mi caligrafía en la pizarra. Debo mejorarla. Incluso cambiar de letra. Debo hacer la "g", la "z" y la "l" al estilo de mi-mamá-me-mima.
• No quiero quedarme sin batería en el mac, pero no quiero llevarme el cable (no me cabe en la cartera). Pero un cable adicional cuesta 50 euros. Steve Jobs debería regalarme uno. O Esperanza.
• Quiero poder imprimir en color de vez en cuando. Aunque sólo sea de vez en cuando.
• Quiero plantearme muy seriamente la expresión plástica. Para empezar, no tendré libro de Expresión Plástica. No me ha gustado; sacaré de internet montón de cosas chulas para construir, dibujar, pintar, modelar... Mis alumnos no son tan patosos como yo (al menos algunos).
• Quiero convencer a mis alumnos de que no es suficiente con las horas de clase...

En fin, como dice mi madre, el año que viene tendré más horas de vuelo.

5 de junio de 2008

El jamón serrano

Supongo que habré metido la pata en varias ocasiones durante este curso -no sólo lo supongo, estoy convencido-, pero una de las mayores fue hace tiempo. No os lo he contado hasta ahora, pero esta mañana, leyendo sobre la Edad Media en clase de Cono, lo he recordado.

Estábamos estudiando las dietas saludables, los hábitos de alimentación, etc. Entonces, en un ataque de entusiasmo, me puse a hablar del jamón. Del jamón serrano, del bueno. Porque uno puede ir al Carrefour, o a cualquier otro sitio, y comprar jamón normal, que es más barato. Pero cuando, al menos una vez, uno prueba jamón del bueno, el jamón ibérico, que se llama así porque su origen pertenece a la Península Ibérica, ya no lo olvida nunca. Un bocadillo de jamón ibérico, con unas rodajas de tomate y un poco de aceite de oliva, o, si se prefiere, con el tomate restregado en el pan, es una experiencia maravillosa. Debemos aprender a valorar los alimentos, y saber que, aunque en España tenemos muchos, y muy buenos, para mí no hay nada como el jamón serrano. Ya os digo, un poco de jamón serrano...

(Y así creo que estuve un buen rato. Los amigos que me conocen saben que soy el campeón de España de meteduras de pata; además, en clase no había nadie que me diera una patadita bajo la mesa, o una mirada de esas de "déjalo ya, por ahí no sigas". )

El caso es que en clase tengo alumnos que no comen jamón. Ni jamón, ni ningún producto derivado del cerdo.

Y esta mañana...

- Luis, sigue leyendo tú.

- ... en el siglo VII, había surgido en Arabia una nueva religión llamada islam, cuyos seguidores recibieron el nombre de musulmanes...

Uno de ellos:
- Profe, ¿y el dios de los del islam es el mismo que el nuestro?

Otro de ellos:
- Noooo, ¿no te das cuenta que ellos no comen cerdo y nosotros sí?

- Eso es algo muy personal. Podéis preguntárselo a vuestra profesora de religión. Es más, es una pregunta muy interesante. Yo sólo os puedo dar mi opinión personal. Yo creo que lo importante es aprender a respetar a todo el mundo, independientemente de la religión que tengan.

- Sí, profe, pero ¿es el mismo dios, o es otro?

4 de junio de 2008

El número final de El Correo de Cadalso

Esta tarde me contaba mi hija por teléfono que tiene que hacer un documental para la televisión de la UNED sobre la llamada web social. A mí no me molesta ese nombre -podría ser ese como cualquier otro-; simplemente me parece la evolución lógica del mayor fenómeno de comunicación que el ser humano ha tenido desde la invención de la imprenta. No creo que debamos distinguir distintos caminos por los que internet haya transcurrido desde sus inicios. Cuando, hace ya muchos años, descubrí por primera vez internet -fui un privilegiado-, supe desde el principio que sería una herramienta genial para los niños. Había dejado la docencia hacía ya muchos años, pero eso no me impidió darme cuenta: justo al contrario, pude dedicarme con todo el entusiasmo y la dedicación a construir una web dirigida a niños y niñas de todo el planeta: niños y niñas hispanohablantes.
La web social, o la web 2.0, o simplemente internet, ha dado voz a muchos de nosotros, que de ninguna otra manera hubiéramos podido compartir. En aquella editorial en la que trabajé decíamos que aprender es compartir, que aprender es participar, que aprender es descubrir. Si tuviera que explicar a alguien qué es internet, no se me ocurre una idea mejor: compartir, participar, descubrir.

Cuando en este curso entré por primera con mis alumnos al aula de ordenadores, con el propósito de hacer el primer número de El Correo de Cadalso, ya os conté el caos que se creó. Usuarios y contraseñas incorrectas, fallos de conexión, "profe que me sa ido to lo que he escrito", etc, etc.

Esta mañana hemos ido para redactar el último número del periódico de este curso. Cada uno se ha sentado en un ordenador, y nadie me ha preguntado nada (excepto millones de dudas ortográficas). Han escrito su artículo, y se han despedido de todos vosotros, queridos lectores, hasta el año que viene.
En materia de educación, internet no es un lujo, es una necesidad.

Echad un vistazo, por favor. Son niños y niñas que comparten sus experiencias con el mundo. Seamos optimistas, y pensemos que el mundo estará encantado de compartirlas con ellos.

2 de junio de 2008

Ya estamos en junio

Ya estamos en junio. Esta mañana, como hago siempre -bueno, casi siempre, a veces se me olvida-, he escrito en la pizarra la fecha de hoy antes de que llegaran. Parece mentira, y no sólo porque no para de llover y más parece octubre, sino porque me quedan muchas cosas por contar, muchas cosas que explicar, muchas cosas que aprender.

Aun así, aquellos días de octubre, cuando aquí mismo reproducía sus diálogos, hablando de leer, quedan ya muy lejos. Ellos han cambiado, y yo también. Espero que hayan aprendido algo de Cono, algo de Lengua, algo de Inglés, ... pero lo que realmente me gustaría es que de verdad supieran que solo hay una cosa mejor que leer.

29 de mayo de 2008

Los toros, desde el autocar

Tres horas ininterrumpidas en autocar, de un extremo de la Comunidad de Madrid al otro, para ver unos cuantos toros que tenían -disculpad mi ignorancia en tauromaquia-, el mismo aspecto que los que hay a cinco kilómetros del cole (y no me refiero a los Toros de Guisando, aunque podría): negros y con cuernos. Nunca me había encontrado perdido en un autocar lleno de niños, por caminos rurales alrededor de la Sierra Norte. Es la primera vez que hago motocross con un autocar, siguiendo a un coche que según parecía era de los que nos iban a enseñar unos toros, pero que tampoco sabían muy bien dónde estaban. Mientras tanto, contesta mil veces a la pregunta de "Profe, ¿cuándo llegamos?" con "No lo sé, no sé ni cuándo llegamos, ni dónde vamos, ni qué vamos a hacer cuando lleguemos, si es que llegamos a algún sitio".

Bocadillo -muy rico, por cierto-, paseo en un remolque agrícola (excepto unos pocos que no cabíamos y hemos ido en un jeep), y vuelta al cole. Dos horas más de autocar.

La próxima vez, que vengan a ponernos un video. Tenemos un videoproyector estupendo.

(Aunque quizá me lo tenga merecido por estar en contra del toreo).

28 de mayo de 2008

Los toros y la dehesa

Hace días que el Ayuntamiento nos invitó a visitar una dehesa -parece ser que es propiedad del conocido torero El Juli-, y allí iremos mañana. Reconocí, delante de mis alumnos, mi opinión contraria a la llamada fiesta nacional, pero también dije que, aunque personalmente estaba en contra, respetaba absolutamente a aquellos que creen que es una tradición a conservar. Dije que yo también consideraba que las tradiciones están para conservarlas, y que las costumbres permanezcan gracias al respeto que se tiene por ellas de una generación a la siguiente. Aun así, mis alumnos conocen mi postura. Creo que fui suficientemente claro y sincero en mi exposición.

Sólo espero que mañana no veamos sufrir a ningún animal, sino disfrutar de un magnífico día de campo (ojalá no llueva), y contemplar la simple maravilla de toros y caballos corriendo en una dehesa. Ya os contaré.

- Profe, ¿y qué es una dehesa?

- Antes de decírtelo, ¿sabes cómo se escribe? Te lo digo porque ya sabes que eres el campeón de España de las faltas de ortografía sin hache. Si no sabes cómo se escribe, no lo puedes buscar en tu diccionario. ¿Ves lo importante que es la ortografía?

(En el aula de ordenadores, escribió deesa, e inmediatamente el dios Google le dijo "quizás quiso decir dehesa"...)

27 de mayo de 2008

Los deberes

Perdonad, llego un poco tarde. Estaba:

• Preparando el examen de Inglés que mañana tienen los de sexto
• Corrigiendo el examen de Cono de esta mañana
• Editando el video resumen que entregaré a mis alumnos al final del curso
• Diseñando, con Illustrator, este título para hacer un marco (mañana tenemos Expresión Plástica).

Por supuesto, un título personal y absolutamente intransferible.

26 de mayo de 2008

Las personas grandes

"Las personas grandes nunca comprenden nada por sí solas y es muy aburrido para los niños tener que darles una y otra vez explicaciones.... A lo largo de mi vida he tenido multitud de contactos con multitud de gente seria. Viví mucho con personas grandes. Las he conocido muy de cerca; pero esto no ha mejorado demasiado mi opinión sobre ellas."
Antoine de Saint Exupéry


Yo no he tenido, lamentablemente, la experiencia del autor pilotando aviones, conociendo otras culturas y otros países. Sí he tenido la oportunidad de viajar, aunque no tanto como hubiese querido. El otro día, hablando con alguien que conocía algo mi pasado, se sorprendió mucho al ver que estaba trabajando de maestro, en un pequeño pueblo al límite de la Comunidad. -¿Y cómo es que has terminado así?-, me preguntó. Aunque no quise dar explicaciones -no era el momento-, la verdad es que la pregunta no estaba tan mal formulada. He terminado así porque empecé así. Y así quiero seguir. Nunca más renovaré mi curriculum, nunca más tendré que preocuparme por defender mi puesto de trabajo con datos de ventas. Como mi querido Antoine de Saint Exupéry, yo también he pasado mucho tiempo con las personas grandes, y las he conocido muy de cerca; y tampoco eso ha mejorado la opinión que tenía sobre ellas. Quiero seguir en mi clase, porque, definitivamente, he encontrado mi sitio.

Si entre todas las personas grandes que he conocido, hay alguna que quiera venir a verme, estaré encantado de hacerle pasar a mi clase. Allí les esperamos, mis alumnos y yo.

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(Así que, hija, si una vez más el programa de la tele se termina porque cae el share, no te preocupes. Fíjate a qué edad he encontrado mi sitio yo).

22 de mayo de 2008

El futuro de El Correo de Cadalso

- Vamos, aprovechad el tiempo, que mañana tenemos el examen de Lengua.

- Profe, y si el año que viene no nos das tú clase, ¿qué pasará con El Correo de Cadalso?

- Ahora no es el momento de hablar de eso, ponte a estudiar.

- Pues nada, que el periódico se terminará.

- Nooo, porque el año que viene también nos dará claseeee.

- ¿Y tú qué sabes?

- Pues sí, sí que lo sé.

- Ya, lista, pues a lo mejor no. A lo mejor el periódico lo hacen los que estén en quinto, como nosotros ahora.

- Pues nooo, porque lo haremos nosotros en sexto, listooo.

- De eso nada, profe. El Correo de Cadalso lo hacemos nosotros. ¿A que sí? ¿A que te vas a quedar en el cole y lo seguiremos haciendo?

- Bueno, de momento, ya podéis ir pensando en vuestro próximo artículo. Posiblemente será el último número de este año, así que tiene que ser espectacular.

- Profe, yo lo voy a hacer sobre el viaje a la Virgen de Fátima que hice con mis padres.

- Pues yo, de cómo son las bodas en Galicia.

- Pues yo de cuando fuimos a la piscina.

- Y yo de que mi primo se va a Pekín, a las olimpiadas.

- Profe, yo sobre lo que te conté.

- Bueno, vale. Que cada uno lo vaya pensando. Pero ahora aprovechad el tiempo.

21 de mayo de 2008

Mural

20 de mayo de 2008

El castellano

chico, ca.
(Del lat. ciccum, cosa de poquísimo valor).
1. adj. pequeño (‖ que tiene poco tamaño).

Esa es la primera acepción en el diccionario de la RAE. Por eso mis alumnos, con muy buen criterio, y por la zona en la que viven, la utilizan constantemente, sin dudarlo:

- Profe, el cuadro de los verbos, ¿así, o más chico?

(Yo, como soy de Usera, diría "pequeño" en lugar de "chico", pero no me gusta tanto.)

16 de mayo de 2008

La banda sonora original de 5ºB

Andaba esta mañana pensando, mientras hacían los ejercicios, que antes de que termine el curso haré un video -con IMovie, claro- con las fotos y secuencias de video que he ido grabando desde el principio... allá por el mes de septiembre. Supongo que a los padres les gustará verlo, pero no lo haré por ellos: lo haré por mis alumnos. Con un poco de suerte, pasarán unos pocos años, y les gustará verse leyendo, bailando, o en alguna de las excursiones que hemos hecho. Pensaba en eso, cuando Rosa me ha preguntado:

- Profe, si estamos callados pones la de Mediterráneo, ¿vale?

Al escribir "Mediterráneo" en el ITunes, han salido más de cuatro versiones de la canción, además de la original. Mientras terminaban los ejercicios para que no se convirtieran en... deberes, he pensado en la música que le pondré al video. Aún no lo he decidido -como es de las cosas que más me gusta hacer, lo decidiré cuando lo haga-, pero se me ha ocurrido pensar en todas las canciones que hemos escuchado, y en aquellas que, por un motivo u otro, aún recuerdan, y aún me piden.

Esta es la lista Top Ten de 5ºB:

- Nanas de la cebolla, de Miguel Hernández/Joan Manuel Serrat
- Tu risa, de Pablo Neruda/Olga Manzano y Manuel Picón
- Give peace a chance, de John Lennon
- El tractor amarillo, de Zapato Veloz
- Mediterráneo, de Joan Manuel Serrat
- El chiki-chiki, de Rodolfo Chiquilicuatre
- Oh Fortuna, fragmento de Carmina Burana de Carl Orff
- The Sounds of Silence, de Simon & Garfunkel (aunque aún no he logrado convencerles de que no es la de misa)
- Sinfonía nº9: Oda a la alegría, de Beethoven
- Palabras para Julia, de José Agustín Goytisolo/Paco Ibáñez (pero ya os conté que algunos prefieren la versión de Los Suaves)

Como el que tiene el ordenador soy yo, el que pone música soy yo también, que para eso soy el maestro. Algunos, pocos, me han traído algún día un disco (Pignoise y Tokyo Hotel), y los hemos puesto también. Lamentablemente, no han entrado en el Top Ten... pero aún no ha terminado el curso.

15 de mayo de 2008

Un link

Aunque aún hace frío -y mucho más si vas en moto-, estaba deseando enseñarles mi nueva camiseta; así que me la he puesto debajo de la camisa. Cuando la he enseñado en clase, Pedro me ha preguntado:

- Profe, ¿y por qué llamaste a tu blog "Mújoles de la encañizá"? ¿Qué significa eso?

Hemos estado haciendo unos ejercicios de Inglés, y he prometido que antes de que nos fuéramos a casa lo explicaría.

Aunque cuando inicié este blog aún no había vuelto al cole, cada vez estoy más convencido de que elegí el nombre correcto. Ellos son también mújoles de la encañizá. Como yo.

Esta fue la razón de elegir el título.

14 de mayo de 2008

Hoy, a la piscina

El plan era dar clase hasta las 11:15, y marcharnos luego en autocar al pueblo de al lado, que tiene una magnífica piscina cubierta municipal. Y así lo hemos hecho. Claro, una vez más, los niños decían que nos íbamos de excursión (entienden, por definición, que cualquier actividad extraescolar, requiera o no transporte público, es una "excursión"). Hemos llegado en 10 minutos, y los hemos repartido en dos filas: niños a los vestuarios masculinos, y niñas a los femeninos. Como lo habíamos previsto, nos ha acompañado la profesora de Religión, por si necesitábamos alguna ayuda en el vestuario de las niñas -los tres tutores del 3º ciclo somos hombres-. Allí nos han recibido dos monitores, que se han encargado de ellos, proponiendo una serie de juegos en el agua que les han parecido muy divertidos -no hay nada como jugar en el agua-. Como yo no sabía que la instalación contaba con dos piscinas, y que además no iba a hacer falta mi participación para controlar a los niños, no me he llevado el bañador, y me he arrepentido muchísimo. Manuel, tutor de 6º, ha estado todo el rato disfrutando del jacuzzi, tumbado relajadamente mientras los demás mirábamos con envidia desde la grada. A pesar de que es un pueblo muy cercano, no conocía esas estupendas instalaciones.

Al entrar, y con el propósito de ayudar en lo que pudiera, me he metido en el vestuario de los niños. He recordado, inmediatamente, la sensación que tuve a su edad, cuando me vi oblidado a desnudarme por primera vez delante de mis compañeros. En aquel colegio nos duchábamos siempre que teníamos clase de Educación Física, y siempre delante de todos los compañeros. Aquí no ha sido así: cada uno ha ido entrando en las duchas, y allí se ha podido cambiar tranquilamente. Lo curioso es que, una vez han salido todos y todas, con los gorros de baño puestos, no los reconocía desde la grada. Estoy acostumbrado a verlos todos los días, pero no en bañador y con el gorro de baño. No ha sido sólo un ejercicio físico en el agua; ha servido también para acostumbrarnos a vernos en bañador, unos más delgados, otros más gorditos. Lástima que algunos niños no hayan querido venir. No estamos en este mundo para ser gordos o flacos, sino para ser felices.

13 de mayo de 2008

La genista

genista.
(Del lat. genista).
1. f. retama.

1. f. Mata de la familia de las Papilionáceas, de dos a cuatro metros de altura, con muchas verdascas o ramas delgadas, largas, flexibles, de color verde ceniciento y algo angulosas, hojas muy escasas, pequeñas, lanceoladas, flores amarillas en racimos laterales y fruto de vaina globosa con una sola semilla negruzca. Es común en España y apreciada para combustible de los hornos de pan.

El otro día les contaba a mis alumnos que con estas últimas lluvias, el campo está precioso, lleno de flores amarillas y blancas de la genista. Gracias a esta época del año, y a la espectacular explosión floral de esta planta, ahora ya saben a qué me refería.

Las palabras "genista" y "parca" fueron las primeras palabras que yo busqué deliberadamente en un diccionario, porque necesitaba conocer su significado. En clase, gracias a haberlo repetido muchas veces, cada vez que leemos una palabra cuyo significado nos es ajeno, lo buscamos en nuestros diccionarios. Hay veces que, además de consultar la palabra en cuestión, algunos continúan echando un vistazo al diccionario, buscando palabras "prohibidas", y mostrando luego con satisfacción a sus compañeros el resultado. Creen que no los veo, o que no me doy cuenta, pero no saben que me doy cuenta, y que los veo. Y tampoco saben que yo hacía lo mismo a su edad. En los libros de texto no vienen esas palabras, pero en los diccionarios, aunque sean diccionarios escolares, sí. Y, a esa edad, resulta divertido comprobarlo.

Leo a Javier Marías esta semana -nuevo integrante de la Real Academia Española- sobre el estado de la lengua en España. En su artículo, reflexiona sobre la "marabunta de anglicismos innecesarios que padecemos", pero concluye que "no somos nadie para quitarle a nuestra lengua un término", ni siquiera la RAE.

Yo recuerdo las palabras "genista" y "parca" por la misma razón que muchos de vosotros habréis adivinado. Aquella canción, que escuché por primera vez a los 15 años, era tan perfecta, que no podía consentir que no todo encajara. No podía permitirme no saber qué quiso decir el poeta cuando escribió:

Ay... si un día para mi mal
viene a buscarme la parca,
empujad al mar mi barca
con un levante otoñal
y dejad que el temporal
desguace sus alas blancas.

Y a mí enterradme sin duelo
entre la playa y el cielo,
en la ladera de un monte,
más alto que el horizonte,
quiero tener buena vista.
Mi cuerpo será camino,
le daré verde a los pinos
y amarillo a la genista...


En mi caso, ya que sale el tema, en el Mar Menor. El hijo bastardo del Mediterráneo.

12 de mayo de 2008

Las camisetas

De todos los años que llevo trabajando, me he pasado más de la mitad vestido con corbata. Excepto cuando empecé, a los veinte, en los pocos años que estuve de maestro, el resto del tiempo he ido a la oficina así. En el primer viaje de trabajo que hice a Estados Unidos, -a un congreso en el que participaba Steve Jobs, mi gran ídolo-, compré en la tienda de Disney una corbata que llevaba dibujos de Mickey Mouse, estampados de forma muy sutil. Desde entonces, y por una inocente superstición, comencé a coleccionar corbatas de Mickey Mouse, llegando a tener unas 60, que iba poniéndome cada día. Me hacía el nudo de la corbata en el espejo, de forma totalmente automática. Ahora, si tengo que hacerle el nudo a alguien -a mi hijo, por ejemplo- no soy capaz de enseñarle cómo hacerlo. Sólo puedo hacérmelo a mí, y además necesito un espejo.

Pero este año voy a trabajar en vaqueros. No me pongo los que tengo más desgastados, pero voy encantado con mis vaqueros, es una más de las ventajas de ser maestro. Además, dentro de poco, en cuanto terminen estas últimas y agradecidas lluvias, habrá que sacar las camisetas del armario; podré ponerme todas las que me gustan: la de Montesa, la del periódico ruso con la portada de Yuri Gagarin, la de la Stiercol Blues Band, la de la tira de velcro con letras que puedo quitar y poner, la de Honda Goldwing, etc, etc.

El viernes estuve en Madrid, y me regalé esta que véis en la foto. Estoy deseando ponérmela para que la vean mis alumnos.

8 de mayo de 2008

El detector

- Profe ¿puedo ir al baño?

Una pregunta muy frecuente, algunas veces demasiado frecuente. Además, está comprobado empíricamente que si permites que alguien vaya, inmediatamente se producirá la reacción siguiente:

- Profe ¿y yo?

La cuestión está, queridos futuros maestros, en saber si la pregunta es sincera, porque tienen necesidad real de ir, o simplememente pretenden darse una vuelta, y volver a clase lo más despacio que puedan. Hace tiempo una compañera de 1º curso me contó que un día, ante esta pregunta, y teniendo en cuenta que era alguien que la hacía con demasiada frecuencia, se negó diciendo algo así como:

- No, ya está bien de ir al baño.
- Profe, es que me meo.
- Ya, pues no vas a ir, así que tú verás, como no lo hagas en la papelera...

Y, según parece, aquel niño lo hizo. Se bajó la cremallera del pantalón y lo hizo en la papelera.

Así que desde hace tiempo, casi desde principio de curso, yo utilizo un procedimiento infalible para saber si de verdad quieren ir al baño. Cuando lo usé por primera vez -simplemente se me ocurrió en aquel momento-, no pensé ni por un segundo que fuera a funcionar; pero lo cierto es que funciona, al menos a mí. Si algún alumno me lo pregunta (sólo lo hago en mi clase, con los de sexto no funciona), cruzo su dedo índice con el mío. Entonces, con los dedos así cruzados, cierro un momento los ojos, luego los abro y miro los suyos fijamente. Después, decido: si de verdad tienen ganas de ir, van.

Funciona tan bien, que algunos de ellos me lo piden y se someten voluntariamente al detector, ofreciéndome su dedo para la prueba. Hoy, por ejemplo, uno de ellos me lo ha pedido. El detector me ha indicado claramente que no era una necesidad real, y me he negado. Él, sonriendo abiertamente, ha vuelto a su silla y me ha preguntado:

- Profe, ¿cómo lo sabes?

Adjunto aquí la foto del detector. Una maravilla de la técnica.