5 de noviembre de 2011

El diseño

Mientras continúa el papeleo que es necesario para que te den el dinero del premio (no a ti, lógicamente, sino a la cuenta del colegio), y mientras que nosotros, los profes, hacemos la carta a los Reyes Magos (el otro día paramos porque ya era más del doble de lo que se supone nos van dar...) se me ocurre que podría ya empezar a contar aquí mis impresiones sobre la biografía que Walter Isaacson ha escrito sobre Steve Jobs. Ya llevo una semana con el libro, y para mi desdicha, lo estoy acabando. Pero no importa, en cuanto termine de leerlo, volveré otra vez al principio: lo hago con muchas canciones (sin que nadie me escuche), así que no hay ninguna razón que impida hacerlo con un libro.

La historia de Steve Jobs es, entre otras muchas cosas, historia de un tipo apasionado por el diseño. Es en el diseño donde está el origen de la creación de las obras de arte.

En Anaya éramos Oemes (empresa colaboradora) de una empresa americana: Adobe. La primera vez que vi Photoshop (cuyo nombre de guerra era Seurat), me quedé tan alucinado como la primera vez que vi MacPaint (y eso es decir mucho).

El viernes pasado, todos los niños se llevaron la Edición Especial que ha salido de El Correo de Rozas de Puerto Real. El día que nos hicimos la foto con el cartel, una niña estaba malita, y no salió en la foto (afortunadamente ya está bien). Ache abrió su fantástico IMac, cogió otra foto de grupo, y "puso" a la niña sentada en los escalones, junto a los demás.

- ¿Crees que se nota mucho? -me dijo-.
- No, para nada. Además, ten en cuenta que esto lo hace hasta la Familia Real, así que no hay problema.

Al día siguiente, los niños estaban alucinados viendo en la pizarra a la niña, sentada con los demás.

- ¡Profe! ¡Cómo molaaaaaa! ¿Y eso cómo se hace?

- ¿Que cómo se hace? Con Photoshop.

3 de noviembre de 2011