21 de diciembre de 2007

Hasta el 9 de Enero

Bueno, pues ya ha acabado todo. Hemos bailado todas las clases en el Polideportivo, y ha venido hasta el alcalde. Me he despedido de ellos -y de sus padres y madres-, les he recordado los deberes que deben hacer en vacaciones, y les he pedido que lean más y le den menos a la plei -como si fueran a hacerme caso-.

Y ahora, os escribo mi último artículo de este año. Un año difícil para mí, que ha terminado bien. Además, tengo la sana sensación de haberme merecido estas vacaciones. Ya he comentado que llevo más de 20 años sin vacaciones en Navidad -como muchos de vosotros-, así que tengo ahora una extraña sensación. Una sensación muy agradable. Lo más curioso de todo es que me parece normal. Llegan las vacaciones de Navidad. Como toda la vida. Lo normal.


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Difícil no ponerse cursi en esto. Bueno, que muchas gracias. Y que paséis todos una feliz Navidad.

20 de diciembre de 2007

La fiesta de Navidad

El otro día hicieron la lista en un papel (que tenía que haber escaneado):

Ángel profe (porque hay otro Ángel, que no soy yo...):
- Platos y vasos de plástico.

Los demás (no os pongo la lista entera):
- Cocacola, Trina sin gas, Fanta de naranja y Fanta de limón. Ah, y Cocacola sin cafeína (que se ha quedado sin abrir).
- Panchitos, patatas fritas (de Cenicientos), cortezas, pelotazos (que eran unas bolas como de maíz), pistachos (Karim no sabía lo que eran, pero le han gustado), más cortezas y unas bolsas que contenían unos variados frutos secos... con un cierto aspecto de plástico.

(Tengo que acordarme algún día de hacer un estudio sobre el origen y evolución de las chuches. De las pastillas de leche de burra hasta ahora. No sé si tenéis alguna idea del cambio producido en esta industria.)

Por supuesto, mi mac poniendo música. Como en eso soy previsor -serán los años haciendo demos-, esta mañana he cogido unos pequeños altavoces que tenemos en el aula multimedia.

¿Os dáis cuenta que hago referencias a artículos muy antiguos, para ver si alguien lo pilla? Me hace ilusión pensar que alguien lo hace.

Y -después de ensayar por enésima vez lo de Melendi en el Polideportivo- ha empezado la fiesta.

No hay nada más que contar. Mirad la foto.


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¿Véis allí, en la esquina de la izquierda, en la pared? Son los ejemplares de El Correo de Cadalso. Es que no tenemos marcos.

19 de diciembre de 2007

Hoy hay dos

Hoy hay dos artículos. ¿Qué pasa? Es mi blog, así que hago lo que creo oportuno. Hasta ahora, desde que empezó el curso -y empezó este blog-, sólo he escrito uno al día. Pues eso, que hoy hay dos.

(Además, por el mismo precio.)

Esta mañana, antes de que nos fuéramos a ensayar el baile, les había prometido una cosa. Les había dicho -para futuros maestros: si dices que vas a hacer algo, más vale que lo hagas. A ellos NUNCA se les olvida- que iríamos a la sala de ordenadores, y les enseñaría a manejar el programa que hice hace tiempo.

Cómo he disfrutado. No os hacéis una idea. Con el ordenador "master" encendido (el resto de ordenadores sólo muestran lo que sale en el mío), he empezado a hacer una demo. Y llevo mucho tiempo haciendo demos para adultos. A los tres minutos de la demo -Mariano, Clandestino, Mexileña-, me han pedido que desenchufara el mío. Y se han puesto a hacer historias. Inmediatamente.

Uno de ellos, -os juro que no miento- viendo los dibujos del programa:

- "¡Cómo molaaaaaa! ¡Tenemos el mejor profe del mundo!!"

Me he puesto de pie y, mirándoles, he saludado como saludan los actores de teatro.

El salón de actos

Los días antes de las vacaciones son muy... cansados -a ver si ahora resulta que no voy a saber escribir sin palabrotas-. Ensayando -una vez más- el baile de la fiesta del viernes, le comento a Julio, mi compi de 5ºA:

Tío, tengo un dolor de cabeza del 14. Estoy deseando que se termine la puñetera fiesta.

- "Normal, a mí también me duele. Y aún nos queda el jueves -día del ensayo general, con todas las clases- y el viernes. Así que ve preparándote. Todos los años es así."

Y todo, para bailar una canción. Bueno, claro, siempre que sigamos llamando a esto bailar. No sé, si tuviéramos un salón de actos, con su escenario, sería distinto.

- "Claro. Así es como debería ser. Pero no hay otro sitio."

(Los ensayos, y la fiesta, tienen lugar en el Polideportivo. Un sitio genial para practicar deporte con mal tiempo. Pero para eso, para el deporte. La acústica es nefasta -que se lo digan a nuestras gargantas-, y la música apenas se oye. Por eso no podemos preparar lecturas de versos, ni pequeñas obras de teatro, ni nada que no sea bailar.)

(Estoy pensando... ¿os imagináis que gracias a este blog el colegio consiguiera tener un salón de actos?. A mí, que no me conoce casi nadie en el pueblo. Bueno, ni siquiera sé si alguien del pueblo lee esto. De todas formas, este blog no tiene intención de reivindicar nada, así que no se me irá la olla por ahí. Espero.)

Al salir de clase:
Por cierto, Chedor, no me comentas nada. Me tienes abandonado.

(Chedor me ha sonreído y se ha despedido. Hasta mañana.)

18 de diciembre de 2007

La cena de los maestros

Debería decir de las maestras, porque había más mujeres que hombres. ¿De qué estuvimos hablando durante casi toda la cena? De los alumnos. En eso mi cambio de profesión no ha supuesto ninguna novedad; las cenas de trabajo en Navidad son eso, bastante aburridas -y abstemias-. En lugar de hablar de Windows y Mac, hablamos de Diego, Ricardo y Pedro. Y dije palabrotas. Y mis compañeros y compañeras también dijeron palabrotas -pero no las voy a escribir aquí-. Hablamos más de los alumnos que sus propios padres. Estoy seguro. Y eso no recuerdo haberlo aprendido en Magisterio. Y lo que escuché, tampoco:

Una maestra, sentada frente a mí, tutora de 3º:
- "Tengo una niña marroquí que se niega a hacer el baile de la fiesta." -la fiesta esa donde mis alumnos van a bailar lo de Melendi-. "Dice que en Marruecos las niñas no bailan con los niños. Pero creo que he conseguido convencerla."

¿Y cómo lo has conseguido?

- "Le expliqué que aquí no tenemos costumbre de que las niñas vayan siempre con un pañuelo en la cabeza, pero que eso no molesta a nadie. Y que tampoco bailar molesta a nadie."

¿No os he dicho ya que las de los pequeños son supermaestras?

17 de diciembre de 2007

La teoría de los ciclos

• Terminé Magisterio (con un gran profesor) y trabajé de maestro tres años.
• Me volví loco con el mac -tal y como aparece en el subtítulo de este blog- y dejé de ser maestro.
• Trabajando como desarrollador de software educativo -(jejeje, entrevista)-, me reencontré con mi profesor. Y fuimos compañeros de trabajo. Y vivimos muchos viajes, muchas horas y mucho entusiasmo.
• Decidí en un mal día cambiar mi mac por un PC. Y el Netscape por el Explorer.
• Lo dejo todo, y me voy a ganar pasta a Ecuality (la mayorrrrr iniciativa mundial de comercio electrónico. Iba a ser mucho más que Amazon, Iba a ser... Quebró en dos años. La burbuja de internet.).
• Luego me pasa lo mismo en Eresmas.

• Mi hermana y mi madre me regalan un MacBookPro (éste con el que escribo, y con el que ahora siempre estoy en clase, siempre encendido).
• Finalmente, decido preguntar si puedo volver a ser maestro. Me dicen que sí.
• Vuelvo a ser maestro.
• Ayer, después de ¿14 años? nos pusimos en contacto por correo electrónico Fernando González Lucini y yo. Mi compañero en Anaya y mi profesor en Magisterio.

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Steve Jobs debería, al menos, felicitarme por Navidad. Como hacía Don Ramón Areces. ¿Era Don Ramón Areces? Sí, ese de El Corte Inglés...

14 de diciembre de 2007

Corucho

Tengo un alumno que se llama igual que yo. El nombre y el primer apellido. Cuando paso lista, y leo su nombre, no puedo evitarlo: es como si me llamara a mí mismo, y él fuera yo a su edad. En su radio de acción -él lo llama el rayo de acción, porque aún no me ha entendido-, siempre hay papeles en el suelo, o una goma, o el lápiz. Su ortografía es... no sé, creativa, única, muy personal. Nefasta. De vez en cuando -muy a menudo- tengo que regañarle porque está canturreando, y molesta a los demás.

Ángeeeel, ya vaaale.
-"Profe, que me sa cabáo el cuaderno."
-Pero bueno, ¿no se te acabó hace poco?
- "Ese era otro. Bueno no, era éste, que ya me sa cabáo otra vez."
-Pero bueno. Eres increíble, Ángel. ¿No te das cuenta de que al único al que se le acaba el cuaderno de toda la clase es a ti?
-"Ya ves."
(Este "ya ves" es muy propio de esta zona. Una zona donde también se dice "Sí, bolo." Equivale a "Pues tienes razón".)
- ¿Y qué explicación encuentras?
- "Pues que el cuaderno es una mierda, me se rompen toas las hojas."

Y es un tío feliz. Es un niño de pueblo, feliz. Yo, como os digo, me llamo como él. Pero nunca fui de pueblo. Soy uno de esos millones de niños nacidos en Madrid, que no tenían pueblo porque sus padres nacieron en Madrid. Así que no se iban al pueblo, ni volvían del pueblo. Ni pueblo, ni bandera, ni comunidad autónoma. Ni siquiera la poesía o la música que amo es de mi pueblo. Son cantantes catalanes, aragoneses, valencianos y también madrileños. Pero nunca escuché a Labordeta cuando era como Ángel. Ni a La Bullonera, ni a Lluis Llach, ni a tantos otros. Yo sólo puedo hablaros de chotis. -Por cierto, exijo que La Bullonera reaccione con lo que le van a hacer a Los Monegros-.

Y, como no soy de pueblo, nunca tuve mote. Sólo he tenido ese privilegio hace tres años. Lo encontré en el pueblo de mi suegro -un maravilloso lugar en el pre-pirineo aragonés llamado Luesia-. Heredé el mote de mi mujer. Los pocos habitantes del pueblo necesitaban saber quién era yo. Y había una forma muy rápida y eficaz de explicarlo. El mote de la casa. Yo soy Trapero.

Ángel es Corucho. Como todos los de Cenicientos.

13 de diciembre de 2007

El libro de estilo

Nunca he escrito un diario, así que no sé cómo se hace. No sé si hay que mantener, desde el principio, una cierta línea temática, de estilo, o de cualquier otra índole. Lo que hago es sentarme todas las tardes, abrir mi mac y esperar un ratito oyendo música a que se me ocurra algo. Siempre se me ocurre, pero no siempre lo cuento bien (contarlo bien es muy difícil). Sólo me he propuesto (lo hago cada día) tratar de que sea algo mínimamente interesante para futuros maestros. Pero no siempre lo es. Hacer que resulte interesante es muy difícil.

Además, tengo muchas dudas en cuanto al estilo. Por ejemplo, a mí siempre me ha parecido que las palabrotas te dan un juego que no te dan otras palabras. Te sirven para enfatizar algo, pero además con cierto toque de humor; al menos a mí me lo parece. Y hay otra cosa, además. Los libros que más me han gustado -Alba, me apasiona leer-, desde siempre son aquellos que van dirigidos a todos los públicos. O mejor dicho, aquellos de los que no sabes si son para niños o para adultos. -El primer día, que aún no ha llegado, que leas El Principito, de Antoine de Saint Exupery, entenderás lo que digo-. Y yo no sé escribir tan bien. Eso es muy difícil.

Esta mañana hemos ido, como todos los jueves a primera (hora), a la biblioteca del cole, a cambiar o renovar el libro. (Cada uno saca el libro que quiere, y lo devuelve cuando termina. Bueno, no. Cuando termina no. En la mayoría de los casos, cuando se cansan de ver los dibujos...).

En la fila, Alba, con cara de enfadada:
- "Profe, tú dices muchas palabrotas."
- Estooo, pero... en clase no. ¿A que no?
- "No, en clase no. Pero en tu blog sí."

Así que, no sé qué hacer con mi libro de estilo.

12 de diciembre de 2007

El intérprete

Como sabéis, ya quedan pocos días para la fiesta del colegio. Si no lo sabíais, lo sabéis ahora. Mi clase decidió hace tiempo que ellos querían bailar la canción "Me gusta el fútbol", de Melendi. Hoy han estado ensayando el baile. No sé cómo podría describir aquí el baile. Para empezar, no tiene ninguna relación con el ritmo, ni con la música. Sería más, como dice mi mujer, una performance. Se ponen todos en fila, comienzan a hacer gestos al estilo Tricicle, se tumban y se levantan del suelo 14 veces y ya está. Más o menos es eso. Pero se han negado a que ni yo, ni la profesora de Música, les ayudemos. Consideran que lo que han preparado ellos está muy bien. Y lo único que tiene de interesante la performance es que la han preparado ellos solos. Doy fé.

Pero los más pequeños del colegio van a ir disfrazados. Bueno, vestidos de manera especial. Las maestras de los pequeños, las supermaestras, parece que han preparado un pequeño y modesto traje para que vayan todos iguales, y el baile resulte más bonito. ¿Sabéis por qué lo sé? Me he enterado hoy, al salir de clase. Como les acompañamos a la puerta, luego nos quedamos cinco minutos, mientras salen todos, y nosotros comentamos qué tal nos ha ido el día. Y hoy, al salir de clase, yo iba acompañando a Karim, uno de mis alumnos. Una señora evidentemente árabe -quiero decir, vestida como una mujer árabe-, estaba llamando a Karim. No era su madre, porque a su madre ya la conozco. Era otra mujer, que tenía a su lado uno de los pequeños. Y han empezado a hablar en un perfecto árabe. Era un árabe tan perfecto como el francés del otro día del colegio bilingüe. Y Karim, tranquilamente, como si fuera su profesión, ha comenzado amablemente a traducir.

Sólo puedo reproducir aquí lo que decía Karim en español. Yo no sé árabe. Pero si Karim me hiciera caso, sabría lo mucho que le he admirado hoy -que no lo sabe-. Sabría que también podríamos decir:

Admiróse un español,
de ver que en su tierna infancia,
un alumno de mi clase
hace de traductor
del árabe al español.
¿Es que no tiene valor?


- Karim:
"¿Qué hay que hacer con este papel?"
(La señora lleva un papel en la mano, porque lo llevaba el niño pequeño)

- La maestra (mi compañera):
"Es un plano. Un plano para hacer el vestido. Sólo hay que comprar un trozo de tela, y cortarlo como si fuera una camiseta".

- Karim:
(después de una larguísima perorata en su perfecto árabe):
"Vale. ¿Dónde lo puede comprar?"

- Una madre española que estaba al lado:
"Enfrente del ayuntamiento. Vale muy poco."

- Karim:
(sigue hablando en árabe, contesta a la mujer en árabe, la mujer habla en árabe, Karim sigue contestando en árabe y yo sigo alucinando -en español-).
"Vale, que muchas gracias. ¡Adiós, profe! ¡Hasta mañana!"



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Haced el favor de comentarles algo en el periódico. Hay algunos que aún no tienen ni un solo comentario, y me da pena. Gracias.

11 de diciembre de 2007

Los de sexto

Bien. No quería -creo que ni quiero aún- hablar, o sea, escribir, de los de sexto. No me ha apetecido desde que comencé mi segunda etapa del blog (por cierto, segunda y definitiva). Los de sexto es el nombre que reciben unos individuos e individuas en la única clase de 6º de Primaria en nuestro cole. Hoy no os voy a contar por qué reciben, merecidamente, ese nombre por parte de nosotros, los maestros. Que también tenemos derecho a hablar los maestros.

(Como un día os cuente, por ejemplo, la necesidad física que tengo al terminar las clases de decir en alto: gilipollas, es que eres un gi li po llas. Mecagoen tó lo que semenea, etc, etc. Lo siento, pero lo echo de menos. En mi curro, que está muy bien, no te dejan decir palabrotas.)

Bueno, a lo que voy. El día que "te toca" con los de sexto vas apañado. Primero, lo saben todos tus compañeros, porque ya te has encargado tú de repetirlo lamentándote: Buenooo, me toca con los de sexto.

Pues los miércoles tengo dos horas. ¿No querías té?. Sólo les doy el Inglés, thanks God. Y los miércoles, como la sesión es de dos horas, siempre les traigo una canción. Una canción de verdad, que elijo cuidadosamente, que lo hago, y os lo digo de verdad, con todo el cariño que le tengo a mi profesión. ¡Y no me hacen ni puto casooooo!

Por fin, el otro día, volviendo del recreo, y entre un ruido de fondoooooo de mil pares de coj...

(Encima, es que aquí tampoco debería. Alba, una alumna mía, me dice que lee siempre mi diario).

Uno de los de sexto:
-Profe, ¿sabes que el otro día salió en la tele el de la canción?
-¿Como el de la canción? No te entiendo.
- Sí, profe, el tío ese que le mataron. El que se imaginaba que no había guerras ni religiones.

¡Toma!. Punto para el menda. ¿Qué pasa? No, no están aprendiendo una mierda de inglés. Y no tengo miedo de que nadie me despida. Así que hago lo que me sale de.... O sea, lo que puedo.

10 de diciembre de 2007

El juego de la botella

Estaba totalmente convencido de que ese juego había desaparecido, se había perdido en el tiempo. Y el otro día, hablando con mis alumnos, me enteré de que aún sigue vigente. Los niños y las niñas siguen jugando al juego de la botella, con las mismas reglas, a saber:
• Sentados en corro, se hace girar una botella en el suelo, hasta que quede apuntando a alguien
• El niño o niña al que la botella esté señalando, debe elegir entre dar un beso, o quitarse una prenda.

Me lo ha contado Pedro. Los lunes, antes de ponernos con las tareas cotidianas, siempre pregunto qué han hecho el fin de semana (aprovecho para corregir infinidad de errores en el lenguaje oral).

- "Y luego nos vinimos a la cabaña, a jugar a la botella".

- Nos fuimos, no nos vinimos.

- "Bueno, pues eso. Nos fuimos."

- Bueno, ¿y qué tal? ¿besaste a alguna chica?

- "Buah, profe, casi me quedo desnudo del tó. ¡Cualquiera besa a la Mónica!"

- Mónica, no la Mónica.

-"Bueno, eso, pero yo no la besé. ¡Menudo ajco!"

¿Te da asco besar a las chicas?

(risas de todos, todos intervienen en la conversación al mismo tiempo, nadie respeta el turno de palabra, en fin... lo de siempre)

-"Pues claro, profe. Ej que eso es un ajco. ¡Yo prefiero las prendas, aunque tenga que quedarme en calzoncillos!"

Yo no lo recuerdo muy bien. Recuerdo que jugábamos, incluso recuerdo que algunas veces los chicos preferíamos el fútbol al juego de la botella, pero no recuerdo que me diera asco. En fin, fue hace tanto tiempo...

5 de diciembre de 2007

Mi entrevista

El otro día estuvo en mi casa un amigo. Sí, un amigo. Se llama Carlos, pero todo el mundo -y digo todo el mundo- lo conoce por Clandestino -lo que resulta una buena paradoja-.
Vino junto con Clandestina para pasar el fin de semana. Así que Clandestino, Clandestina, Chafardera y Mújol pasamos un fin de semana de risas y vino.

Clandestino:
Tío, me encanta tu blog. Es casi tan interesante como el mío.

Clandestina:
Yo lo leo todos los días. Y el de Clandestino, no.

(Si alguno de los aludidos piensa que falto a la verdad, que lo diga)

Mújol:
Carlos, ¿te acuerdas de que comentabas en El Correo de Cadalso que sería una buena idea que mis alumnos me hicieran una entrevista?

Clandestino:
Claro que me acuerdo. Estoy siempre lleno de buenas ideas.

Mújol:
Pues ya me la han hecho. Muchas gracias por haberlo comentado.

Nota:
Podéis leer la entrevista y muchas cosas más. Ya está a la venta. A la venta gratuitamente.
El Correo de Cadalso

4 de diciembre de 2007

Deporte divertido

Hoy hemos ido en autocar al polideportivo de Pinto (a una hora y media del pueblo). Teníamos que participar en el programa Deporte Divertido. Una historia que se ha montado Telemadrid con los coles y el deporte. Pero no estaba la tele. La tele sólo está en las semifinales (a las que, como España en fútbol, nunca llegaremos).

Cuando hemos llegado al enorme polideportivo, me he dado cuenta de que para muchos niños es el edificio más grande en el que han estado. Cuando hemos entrado, había ya muchos coles participando; cada colegio identificado con chalecos de color: amarillo, rojo y verde (a nosotros no ha tocado el rojo). No había que estar callados, como el otro día en el teatro. Es más, lo suyo era entrar ya gritando y animando a nuestro colegio. Pues no, se han sentado, y se han callado todos. Pero todos. Es más, los tres profes que íbamos nos hemos mirado a la cara, para ver si cada uno estaba viendo lo mismo que el otro. Estaban, no puedo decirlo de otra manera, acojonados. No sé si habéis visto el programa de la tele alguna vez, se trata de saltar unas vallitas, encestar en una canasta, lanzar una jabalina (de gomaespuma), etc. Poco a poco, han empezado a admitir que tenían que bajar, y tratar de hacer las pruebas lo mejor posible. Algunos niños (más niñas que niños, lo siento) han dicho que no lo hacían, que no querían hacer el ridículo delante de tanta gente, aunque afortunadamente hemos podido convencerles a todos. Y muchos de ellos eran -por supuesto- los mejores en Educación Física de cada clase. Pero, amigo mío, jugar en primera es otra cosa, como diría mi admirado Manolo Lama.

Al final no hemos quedado tan mal. Hemos ganado al otro equipo en Comba chicas, Jabalina chicos y chicas y en...

¿Queréis saber los resultados? ¿Queréis leer una auténtica crónica escrita por un periodista deportivo especializado? ¿A que no adivináis dónde saldrá publicada en breve?. ¡En El Correo de Cadalso.!

Sí, gracias por adivinarlo.

3 de diciembre de 2007

Entrevista a la cocinera

Hay una cosa que no he contado aún, y que sucede a diario en clase. Entre las nueve y las nueve y cuarto -la verdad es que sucede cuando ya he conseguido, después de cierto esfuerzo, que se callen y se sienten-la cocinera del colegio entra en clase. Bueno, no entra, se queda en la puerta, sin llegar a entrar. Luego, sin decir nada, algunos niños y niñas levantan la mano:

-"Chorizo".
-"Queso".
-"Salchichón".
-"Yo también chorizo."
-"Yo también queso."

Eugenia -así se llama-, apunta una serie de cruces en un papel que lleva en la mano y se va. Antes de que se vaya, yo mismo le recuerdo:

Y el mío, de chorizo también.

Todos los niños conocen a Uge -así la llaman-. Desde los de infantil, hasta los mayores de 6º. Uge debe llevar haciendo bocadillos en el cole... buff, no sé...

No lo sé. ¿A vosotros os gustaría saberlo? ¿Cómo ve el colegio Uge? ¿Qué pensará Uge de cada niño? ¿Conoce Uge de verdad a todos los niños del cole?

Uge está siendo entrevistada por dos reporteras de.. jejeje, El Correo de Cadalso.

Próximamente en sus pantallas.

Cómo me mola hacer esto.