23 de marzo de 2010

Animación a la lectura (individualizada)

Juan Antonio, el cuento de Lawrence de Arabia (que se pronuncia Laurens de Arabia) que tratas de leer tiene palabras muy difíciles. Vamos a ver si esto te interesa más.

Había una vez...

-Primero lee el título.
- Profe ¿qué es individualizada, o lo que sea eso?
- Quiere decir para una sola persona. Sigue leyendo.

Había una vez, en un pueblecito muy lejano, un niño que se llamaba Pedro. Sí, como el del comedor, pero pequeño. Pedro el del comedor es un adulto, y este otro Pedro del que te hablo era un niño. Hay muchas personas en el mundo que se llaman Pedro, o que se llaman Juan Antonio, como tú. Pues bien, te decía que en ese pueblo tan lejano donde vivía Pedro, había también un colegio, y una plaza donde por las tardes Pedro jugaba con los demás niños. Era un pueblo muy parecido a Rozas de Puerto Real... excepto en una cosa.


-¿Profe, qué es excepto?
- Excepto quiere decir menos. Muy parecido a Rozas menos en una cosa.

Pues eso, que había una cosa que era diferente. Muy diferente. ¿Sabes el qué? ¿Te acuerdas de que te he dicho que era un pueblecito que estaba muy lejos? ¿No? Vuelve a leer desde el principio y busca donde pone pueblecito muy lejano, y luego sigue leyendo aquí. Te espero. Haz una marca con el lápiz.

¿Ya? Te decía que era un pueblecito lejano porque estaba tan lejos, tan lejos, que estaba en otro planeta, más allá de la Vía Láctea.

-Profe, ¿qué es Vía Láctea?
- La Vía Láctea es el grupo de planetas al que pertenece la Tierra, junto con otros planetas.

Para que te hagas una idea de lo lejos que estaba aquel pueblo, se tardaban tres meses en llegar. A ver, ahora estamos en primavera, ¿no?. Pues si nos vamos ahora al pueblo de Pedro, llegaríamos en septiembre, cuando empieza el cole otra vez, y también el otoño. Así de lejos estaba. En el espacio sideral.

-Profe, ¿qué es espacio sideral?
- El espacio sideral es todo lo que nos rodea. Todo lo que rodea a todos los planetas, a todas las estrellas. Y es infinito (pero eso no lo entenderás nunca).
- Profe, ¿qué es infinito?
- Infinito es que no se acaba. Como cuanto te pones a contar números.

Un día, sus padres decidieron ir a la Tierra de vacaciones. Con el google earth en el ordenador, vieron el planeta Tierra, cerraron los ojos, pincharon con el ratón en la pantalla y les salió... ¿a que no sabes qué pueblo les salió? ¡Cazalegas! ¿Que no te lo crees? ¿Y eso qué más da? Sigue leyendo.

Pusieron todo el equipaje en su nave espacial (marca Citroen Space, o sea, Citroen Espacio) y todo el maletero lleno de comida y bebida para los tres meses. Su madre llevaba:

- 124 bocadillos de tortilla de patata
- 40 litros de sopa. Imagínate, cuarenta botellas de coca-cola de las grandes, pero de sopa.
- 90 barras de pan
- 7 botes de garbanzos
- 7 botes de lentejas
- 10 kg de macarrones
- 300 litros de agua
- 30 tubos de pasta de dientes
- 90 rollos de papel higiénico

- Profe, ¿qué es higiénico?
- El del váter, el papel del váter.

Bueno, que se llevaban muchas cosas, vamos. Menos mal que Pedro llevaba la plei (que se escribe en inglés Play), y muchísimos cuentos. Así no se aburría tanto durante el viaje. Ir en coche por el espacio sideral, bueno, ir en nave por el espacio sideral no es lo mismo que ir en coche por Cazalegas, o por Cadalso o por Cenicientos. Es mucho más aburrido. Pedro miraba por la ventanilla, pero siempre era de noche y sólo se veían estrellas. Como lo que ves tú cuando miras al cielo por la noche. Pues así tres meses.

Cuando por fin llegaron a Cazalegas, Pedro estaba deseando ver el pueblo, y la plaza, y jugar con los otros niños al pilla-pilla. De repente, su padre dijo:

- ¿Pero qué día es hoy?
- Jueves, ¿por qué lo quieres saber?, - dijo su madre.
- ¡Madre mía!, ¡métete en el coche, rápido! ¡Pedro, al coche, vamos!
- Papá, ¿qué pasa?, - preguntó Pedro.
- Que nos vamos a casa, venga que tenemos prisa. -contestó su padre.
- Acabo de darme cuenta de que tardaremos otros tres meses en volver a casa. ¡Y Pedro tiene que volver al colegio!


FIN


- Profe, ¿y eso puede ser verdad?

22 de marzo de 2010

El padre de mi compi

El padre de mi compañero Fernando, "el maestro de los medianos", me ha regalado un CD lleno de canciones (que nadie se chive a la SGAE). Yo sabía poco de él; lo que me ha había contado Fernando; que era un profesional -y, por tanto, un apasionado- de la jardinería, que le habían gustado las canciones que yo había elegido para el Festival de Navidad, y que es... muy poco mayor que yo. Sí, es difícil admitirlo, pero su hijo casi podía ser mi hijo. Yo tengo una hija poco más joven que él.

Después de clase, y desde hace una semana, me siento tranquilamente en casa a comprobar, canción por canción, si ya la tengo o no. En caso negativo, copio, y, lo más importante, etiqueto meticulosamente cada una. Es mi Biblioteca de Itunes, algo de lo que ya os he hablado en varias ocasiones. Es, como os diría, como ir paseando por un rastro de discos de vinilo (la última vez que vi uno fue hace muchos años en Londres) en el que puedes ir tranquilamente escuchando cada tema, o cortar la canción y elegir otra.

Pero sobre todo, es compartir. En eso consiste Internet -que ha servido para que él y yo compartamos, aunque él habrá tenido que pagar por el canon del CD virgen-. Es como escribir una carta, o un email, a alguien a quien no conoces personalmente, pero que intuyes, quizá por la edad, que si le gusta la música, le gustará la misma música. Le gustarán las mismas canciones. Recordará, a través de las canciones, aquellos momentos en la playa, con el Comediscos, o aquel vinilo de un tío abriendo una nevera, que se llamaba Nilson, y que cantaba Without you. Sentirá lo mismo que sientes tú, y por eso quieres que lo tenga. Porque crees, honesta y sinceramente, que eso no se puede perder. Se lo das a alguien que sabes que lo valora, y lo disfruta. Por eso lo copias. ¿Que no tienes a Jarcha? ¿Y esa otra versión de L'estaca? ¡Renato Carosone! ¡Pero qué mayores que somos!

Yo sigo pensando lo mismo. Y tengo una responsabilidad, como maestro. Pero no veo el delito por ninguna parte. Lo que hacemos es compartir. Lo mejor que puede hacer el ser humano.

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Jaime, te cambio mi Biblioteca de Itunes, o las canciones que me pidas y yo tenga, por los títulos del disco "Lo mejor del Soul". O una fotocopia de la portada. Ah, y gracias por el disco.