4 de febrero de 2008

Si lo llego a saber

La descubrí muy pronto. Tenía 10 años -la edad de mis alumnos- y mi padre me compró en Decomisos un casete con el que podías grabar lo que quisieras. Tenía una especie de palanca -un joystick- para ir hacia adelante o hacia atrás en las cintas. Como no tenía tocadiscos, sólo podía grabar lo que estuviera escuchando en el momento. Y grabé de la tele mi primera canción (La mañana, de Albano). Luego, simplemente acercando el aparato al tocadiscos de mi prima Esther (acercándolo a la aguja, en lugar de acercarlo al altavoz), conseguí grabar todas las canciones de los grandes éxitos de Simon y Garfunkel (años después supe que Greatest Hits era eso).

Desde entonces, y hasta siempre, no he podido vivir sin ella. Desde entonces, y hasta siempre, he soñado que era una estrella. No ya una estrella del rock and roll -como soñaba Loquillo-, sino una estrella de la canción, a secas. Y cuando descubrí que además de aquello, había gente que escribía poemas -es decir, que tenían letra, pero letra de verdad- entonces mi pasión se convirtió en imprescindible. Como el oxígeno. Así empecé a interesarme por el inglés. Con Simon y Garfunkel, Cat Stevens, The Beatles... Años más tarde, a los 20, me dio por la canción de autor. Y aún no he parado. La canción de autor, como es un término que a cada uno le suena a una cosa distinta, es difícil aparentemente de definir. Pero a mí me parece fácil: es toda música cuya letra sea de calidad. De la calidad que yo quiera que tenga.

Y me enamoré y conseguí enamorar muchas veces recitando -de memoria, y aún lo hago- letras enteras de canciones. Y soñé que las creaba, que yo las cantaba. Que yo era Lluis Llach, Javier Krahe, Joaquín Sabina, Joan Manuel Serrat, La Bullonera, James Taylor, Richard Cocciante, John Lennon, José Feliciano...

Y caí en la cuenta de lo importante que era recordar que alguien escribió "La estaca" - en catalán, una maravillosa lengua que me encantaría dominar-, o que "en la calle, codo a codo, somos mucho más que dos", o que "cuando tus días se vuelvan grises, me tenderé a tu lado como un puente sobre aguas turbulentas", o que "todo lo que necesitas es amor".

Si lo llego a saber, Óscar, hubiera puesto el interés en estudiar música que pusiste tú. No tocaría ahora como lo haces tú, pero tendría la inmensa satisfacción de haberlo intentado. A mi edad, lo único que puedo hacer es lamentarlo, y prever el futuro. Haré todo lo que pueda para que sepan lo que se pierden.

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Ayer, domingo, salí disfrazado por los bares de El Tiemblo, junto con mis amigos. Son músicos. Han creado una banda, Stiercol Blues Band y el primer saxofonista -y el líder no declarado- es mi profesor de saxofón. Se llama Óscar, y es una estrella.

12 comentarios:

Paco Bernal dijo...

Hola:
Yo también tenía un radiocasette mono, de Sanyo, que mi tío Pepe trajo de Ceuta cuando hizo la mili (ayer por la tarde, vaya).
Yo empecé a cantar (yo sí he estudiado un poco de música) porque mi madre me mandaba a tirar la basura y, como me daba miedo el portal a oscuras, cantaba y así se me pasaba el miedo. Después descubrí que tenía facilidad para aprenderme las letras. Me sé...No sé, muchísimas canciones. También a mí me fueron muy útiles para aprender inglés. Aunque yo no fui tan exquisito y casi cualquier cosa me servía. De Cole Porter a Bananarama, pasando por la copla (aunque con Manolo Escobar no he podido nunca) y ahora aprendo alemán aprendiéndome los grandes éxitos de ayer, de hoy y de siempre...En fin. Sin música no se podría vivir.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Si que suenan bien, si. Parece que El Tiemblo es una Joya en cuanto a músicos: la Banda, La Orquesta, los solistas etc...
¿Que tal te vá con las clases de saxo?
Yo estudiaba frances en el instito con las canciones de la princesa Estefanía de Mónaco, y luego Ingles con Europe, Duran Duran y
A-Ha. Aunque tampoco me sirvieron de mucho. La música si me fué un poco mejor.

Mújol dijo...

Lamentablemente, he cancelado por este año mis clases de música. No puedo con el solfeo, pero, por favor, no se lo digáis a mis alumnos...

Anónimo dijo...

Hay letras de canciones que se tendrían que estudiar en los libros de literatura, de esto ya hemos hablado muchas veces.
Y disfrutas tanto de la música que no creo que hayas desaprovechado nada. Y si así lo sientes, siempre hay tiempo para todos mientras que el reloj no pare.
Besitos/azos.

Irreverens dijo...

Estoy con Mariano. También se necesite a gente como tú, que disfrute de la música y pida ese tipo de cantantes.
:-)

Y ahí "m'has dao":
Si tu l'estires fort per aquí i jo l'estiro fort per allà. Segur que tomba, tomba, tomba, i ens podem alliberaaaaaaaaaaar.

Impresionante. Se me ponen los pelos de punta sólo de pensarlo.

(Es que soy catalana, por si no lo sabías.)
:)

Besos

Carlos Añejo dijo...

¿Y qué saxofón tocas?... o sería mejor decir pretendías tocar, porque ya veo que has abandonado las clases de solfeo.

De todas formas no desesperes. El solfeo no es más que un medio, no un fin.

¡Y chupa bien la caña, leches, que la tienes seca!.

Voy a ver la web de la Stiercol Blues Band. Gran nombre, por cierto.

Carlos Añejo dijo...

Hey, los Stiercol no tienen guitarra. Eso es imperdonable en una blues band.

Quedé aquí mi queja.

Anónimo dijo...

Bonito post. Muy bonito.
Siempre nos quedará París.., digo.., el karaoke.

La gente debería pagar por vernos cantar amiguete.

Anónimo dijo...

Ya lo sabemos. No pasa nada. A cada uno se le da mejor lo que le halla tocado en esta vida. Además, estudia en casa más de lo que estudias y te saldrá mejor. Rendirse ante algo no sirve para nada, solo te sirve para que te desilusiones. Un saludo.

¡SUERTE!

Mújol dijo...

Tocaba el saxo alto. Me lo regaló mi mujer. Y no lo saco del estuche desde el verano pasado. Pero, a no ser que sea absolutamente imprescindible -espero que no- no lo pienso vender.

Anónimo dijo...

Aquí la del tocadiscos...jijiji, es verdad lo de la grabadora pegada a la aguja, hay que ver, qué hacíamos tan buenísimas. Pues yo guardo un magnetófono, que no funciona pero que tiene solera por antiguo, de los de cinta redonda, si, si, impresionante...

Anónimo dijo...

Mariano, me consta que algun@s profes de literatura estudian canciones con sus alumn@s. Escribo canciones y se que, al menos una de ellas, fué comentario de texto en la escuela de arte dramático de Málaga. No me conocían, me enteré por un amigo que estudiaba ahí. Pero me encantó saberlo. Lo que si es lamentable es, como tu dices, que no puedan encontrarse en los libros.