Desde hace un tiempo, todos los días voy a tomar un café a un bar del pueblo, cerca del colegio. Siempre he tenido la costumbre de llegar muy pronto a trabajar, ya fuera en la oficina -como he estado haciendo hasta hace menos de un año-, o, como ahora, en el colegio. Al principio de curso no lo hacía, me limitaba a saludar al conserje -que a esa hora tan temprana es el único que anda por allí-, y meterme en mi clase. Pero ya llevo un tiempo aparcando la moto en la puerta del bar, antes de dirigirme al colegio. Tiempo suficiente, para los que os gusten este tipo de detalles, como a mí, para que el camarero te sirva el café cortado sin necesidad de pedirlo. Como muchos días es eso lo único que necesitamos decirnos el camarero y yo, y ya no es necesario -no lo fue desde el tercer día-, normalmente no cruzamos ni una sola palabra, tan sólo digo "Adiós, hasta luego" para volver a coger la moto y empezar el día. Pero hay algo que siempre funciona, quizá de forma mágica para mí, y de forma absolutamente transparente para el resto de personas que entran y salen de allí, incluido el camarero (el camarero que, supongo, es también el dueño del bar). Da igual quien sea -yo, lógicamente, no conozco a nadie-, siempre, al entrar dicen "Buenos días". Pero en voz alta, no se trata únicamente de un saludo al camarero. Se trata de un saludo en general, a todas aquellas personas que nos encontremos allí. He estado analizándolo, no creáis que hablo sin tener datos. No entran siempre los mismos, y no sólo es la Guardia Civil la que dice "Buenos días" en voz alta; lo hace todo el mundo... excepto yo. Cada día intento subir un poco más la voz, pero luego me doy cuenta que me ha salido un "buenos días" que no lo he podido oír ni yo.
Pero no quiero contar esto para que la gente del pueblo, si es que algún día me ve y me reconoce -no lo creo, aún no sé dónde me mandará el Ministerio el curso que viene- me perdone por no saludar. Lo que me llama la atención es dónde cambia la regla. En qué momento, en qué kilómetro de la carretera hacia Madrid, la magia ya no funciona. No estamos tan lejos -para aquellos que no sepan dónde está Cadalso de los Vidrios, dad un paseo por Google Earth. La aplicación más espectacular de todas las que he conocido. Y he conocido muchas-, pero la cosa cambia. No me imagino, ni por lo más remoto, que mañana va alguien, por ejemplo Clandestino, a desayunar al VIPS de Almagro, y dice en voz alta "Buenos días". Y si alguien lo hace, de forma inmediata todo el mundo que esté allí, incluido el camarero, pensará que es otro travesti borracho.
A ver si mañana me sale mejor, lo seguiré intentando.
7 de febrero de 2008
El bar de Cadalso
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16 comentarios:
Hoy soy yo el primero. Acabo de darme cuenta de cómo se llama el bar. Lo pone en el mechero.
Te cuento el caso contrario. Durante el tiempo que estudiaba magisterio en Madrid cogía un bus todas las mañanas. Evidentemente era Madrid y no siempre veía las mismas caras ni al mismo conductor, aunque cogiese el bus a la misma hora, pero algunas sí coincidían.
Al entrar, yo decía cada mañana "Buenos días", ese "buenos días" que tú has observado en Cadalso y que seguro no es exclusivo de nuestro pueblo, y tampoco recibía respuesta más que del conductor de turno que revisaba que llevaba mi abono transporte.
Yo tampoco sé en qué kilómetro se pierde, pero puede que se pierda en unos metros. Y si no, observa ese "buenos días" cada mañana, al entrar en clase. No todos responden. Y en primaria, más o menos, sí, pero en secundaria...
Yo también saludo a los conductores del autobús, en español y en alemán, pero hablando de lo que cuentas yo creo que la diferencia está básicamente en los conceptos pueblo-ciudad como metáfora de comunidad-invidualismo. En los pueblos se forma parte de una comunidad y ser "cerrado" está mal visto, mientras que en una ciudad es al revés.
Mi madre salió huyendo de Ávila porque a pesar de ser ciudad, es un pueblo :) (Perdón a los de Ávila)
Aqui, en Torremolinos, también dicen buenos días en los bares, (mújol, no te preocupes, en un tiempecito no muy largo lograrás decirlo un poco mas alto, a mi me pasó). Sin embargo, ciertamente, en el instituto, la mayor parte de alumn@s no sólo no dice ni hola, sino que pasan físicamente casi por encima de ti si no te apartas tu del camino...pero no voy a generalizar, son much@s, y lamento decir que mas chicos que chicas, pero algun@s se libran. Me pregunto , además, por qué gritan tanto tantísimo en los coles e institutos. No sé cómo el personal docente puede soportar tal griterío, es espanthorrible!!!
Hola! En Austria no sonríen, pero saludar,sí que saludan con voz de tenor o de soprano. Grrusss gott! o Guten Morgen! (o lo que toque) y al irse Schönen Tag! o Schönen abend! y te lo desean en serio. Pero en cualquier establecimiento y con tus compañeros de trabajo. Y las cajeras, y los barrenderos, y las ancianas a las que ayudas a subir al autobús...La gente es supersaludona. No había yo caido. Y en la empresa, yo he conocido compañeros que, siguiendo la tradición, antes de irse, le estrechan la mano a todos los colegas y le desean buenas tardes.
De Madrid...No sé. Aquí tenemos fama de amables pero eso es que no nos conocen. Madrid es una ciudad muy dura y muy poco cariñosa. Quizá sea eso de que el "Buenos días" marca la pertenencia a la comunidad...Y en Madrid eso se ha perdido.
Schönen abend noch und bis morgen
(Buena tarde-noche y hasta mañana)
Un momentoooo: L@s madrileñ@s de pura cepa somos gente acogedora, amable y muchas mas cosas buenas. Otra cosa es que Madrid ahora...bueno, bueno, no me hagais hablar...Pero no me toquéis Madrid, porque no conozco una ciudad mejor, y conozco varias, eh??
Hola Esther! No creo que sea una cuestión de ser madrileño de pura cepa ni de fuera, lo que pasa es que yo, ahora que comparo, cuando bajo a Madrid lo noto todo muy crispado. La gente está muy tensa y, en general, echo de menos cierta urbanidad. Aunque también es verdad que aquí a veces se pasan de protocolarios, que dan unas ganas de gritar que uno es satánico y de Carabanchel que no veas.
Besos aus Wien
Pues yo soy de ciudad mediana (Terrassa: 200.000 habitantes) y mi madre siempre me insistía de pequeña que debía saludar al llegar/entrar en un sitio y al irme/salir.
Y lo sigo haciendo. Tanto si me contestan como si no.
En Vigo, donde vivo desde hace poco más de un año, me encuentro de todo...
No sé a qué se debe. Quizás sea sólo cuestión de costumbre.
Atrás queda mi pasado de montañero senderista. Una de las cosas que me gustaban, es que en la montaña todo el mundo se saluda. No es un saludo del tipo "habrá que saludarse porque no hay nadie más a cien kilómetros a la redonda", sino más bien de "qué gusto da compartir esta afición".
Yo saludo al subir al autobús y al entrar en muchas tiendas: costumbre mamada de mi señora madre.
Besitos/azos.
Ay, Mariano Zurdo, qué razón tienes.
A mí también me encanta ese saludo montañeroooo. ¡Y cuánto lo echo de menos!
En Inglaterra los senderistas dicen: ¡Cheerio!
Es que me hacía mucha gracia. Da muy buen rollo.
:)
Recuerdo una excursión a las islas frisonas. Ibamos caminando por uno de los diques. Era tempranito.
Cuando nos cruzábamos con lugareños decíamos "Guten Morgen", y ellos nos contestaban "Moin Moin" (dialecto del norte de Alemania).
Nuestra conversación esa mañana fue.
Nosotros: "Guten Morgen"
Ellos 1: "Moin Moin"
Nosotros: "Guten Morgen"
Ellos 2: "Moin Moin"
Nosotros decididos ya a integrarnos en la cultura frisona: "Moin Moin"
Ellos 3: "Gruss Gott"...
vaya, eran bávaros!!
Y el saludo montañero es espectácular. Aún recuerdo la primera vez que subí al Almanzor. Allí arriba había una cruz con un cajoncito. Lo abrí y encontré una foto de un tipo que decía: Si eres aventurera llámame, y daba el número (fijo, por aquel entonces no había móvil)
Es cierto que la vida en los pueblos es más tranquila, pero lo del saludo va mas con la edad, cuantos mas años mas saludos. Cuando voy con mi madre (tiene 60 años) va saludando y parandose con todo el mundo, sobre todo para interesarse por la salud de los demas, pero todo esto se vá perdiendo; yo solo saludo a los que conozco y reconozco que siempre con prisas,y la mayoria de los niños, ahora no saludan ni cuando van a casa de sus amigos, ni cuando llegan a su casa, ni siquiera se saludan cuando se vén por el pueblo aunque vayan a la misma clase.
¿CÓMO SE LLAMA EL BAR?
Gracias por decirlo... sí lo dices...
Ya me estoy descargando en Lphant la canción: The sounds of silece
Ya he escrito otro cuento en: EL RINCÓN DE LOS CUENTOS (ricondeloscuentos.blogspot.com)
Hola Paco, a eso mas o menos me refería en los puntos suspensivos.Madrid está crispado, pero eso es actualmente, no antes. O sea, que nos hemos entendido. Saludos.
Yo desayunaba en el de Miguel Ángel, no en el de Almagro. Lamentablemente ya no lo hago. Tengo que recuperar las buenas costumbres.
Y yo también creo (y lo he creido siempre) que Madrid no es una ciudad amable, aunque sí es apasionante. Y soy de madrid de pura cepa, gato gato.
Lo del mechero y el bar no lo pillo Ángel. Lo siento, acabo de leer tu correo, es lunes y demasiado temprano para pensar. Es demasiado temprano para todo. Bueno, para casi todo.
Muy bien, me da igual lo que penseis. Madrid SI es una ciudad amable y muchas mas cosas. Es mi punto de vista y no lo impongo. Respeto a quienes pensais lo contrario, pero no voy a cambiar de opinión. Saludos de una madrileña, también ciudadana del mundo.
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