Con la concentración ya terminada,
y el recuerdo aún reciente de Lucera,
Morgana, La Goldwing y la carretera
Ribera Sacra de Orense y empanada,
te dedico a ti estas líneas, colorado,
mahou, saxo con jazz, ración de oreja
si ha de haber Dios, que te proteja,
y que los niños se den por enterados
que la música se estudia, se trabaja,
que sin esfuerzo no existe recompensa
que la pasión es sólo una ventaja.
Que no lo digo yo, que es lo que piensa,
un profe de música de estatura baja,
una estrella del jazz, de luz inmensa.
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