17 de diciembre de 2007

La teoría de los ciclos

• Terminé Magisterio (con un gran profesor) y trabajé de maestro tres años.
• Me volví loco con el mac -tal y como aparece en el subtítulo de este blog- y dejé de ser maestro.
• Trabajando como desarrollador de software educativo -(jejeje, entrevista)-, me reencontré con mi profesor. Y fuimos compañeros de trabajo. Y vivimos muchos viajes, muchas horas y mucho entusiasmo.
• Decidí en un mal día cambiar mi mac por un PC. Y el Netscape por el Explorer.
• Lo dejo todo, y me voy a ganar pasta a Ecuality (la mayorrrrr iniciativa mundial de comercio electrónico. Iba a ser mucho más que Amazon, Iba a ser... Quebró en dos años. La burbuja de internet.).
• Luego me pasa lo mismo en Eresmas.

• Mi hermana y mi madre me regalan un MacBookPro (éste con el que escribo, y con el que ahora siempre estoy en clase, siempre encendido).
• Finalmente, decido preguntar si puedo volver a ser maestro. Me dicen que sí.
• Vuelvo a ser maestro.
• Ayer, después de ¿14 años? nos pusimos en contacto por correo electrónico Fernando González Lucini y yo. Mi compañero en Anaya y mi profesor en Magisterio.

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Steve Jobs debería, al menos, felicitarme por Navidad. Como hacía Don Ramón Areces. ¿Era Don Ramón Areces? Sí, ese de El Corte Inglés...

4 comentarios:

Kim dijo...

Ay abuelo, la vida sigue siendo un juego eh...
Disfruta de ella, como sabes hacerlo.

Anónimo dijo...

Adorable y cándida la web de Fernando G.Lucini, casi tanto como tu entrada, curiosa galería de fotos...qué genial saber que has bebido de buen agua verdad?

Mariano Zurdo dijo...

clandestina, y de lo que no es agua...
Steve Jobs no tiene ni idea de la propaganda que le haces, abuelo, si no tendrías un camión lleno de mac gratuitos para toda la vida.
En cuanto a la teoría de los ciclos, alguien dijo, después de haber bebido agua a base de bien, que volver al principio es la mejor manera de terminar. Si hubieras dicho continuar en vez de terminar te hubiera quedado la frase redonda, como el ciclo.
Besitos/azos.

mexileña dijo...

Abuelo, yo conocí a Lucini por ti...y no se me olvida...