28 de mayo de 2012

Escape

Me he escapado.

Ayer por la noche, cuando las voces de ELLOS se apagaron, comencé a trenzar una cuerda usando las largas hojas de los sauces que crecen dentro de nuestra jaula. Después de muchos intentos, y de evitar los empujones de estos seres, conseguí enganchar la cuerda a una farola cercana. Lo demás fue fácil: fui dando saltos hasta la puerta de entrada, donde cada día entran y salen cientos de ELLOS.

Una vez fuera del recinto, me escondí bajo un árbol del aparcamiento. Estaba fuera, por fin. Lo había conseguido. Aparté con cuidado el pelo de mi brazo izquierdo, y pulsé el botón de SOS en mi mando de control. Afortunadamente, aunque aquellos seres tan parecidos a mí me lo habían visto, había logrado conservarlo en mi poder. Aquel mando de control era mi única posibilidad de sobrevivir; sin él, no tardaría ni cinco minutos en ser descubierto por alguno de ELLOS.

Gracias por el traje de invisibilidad que me enviasteis. Con él ya puedo estar tranquilo, y caminar por donde quiera. Nadie en el planeta puede verme, y eso facilita mucho mi trabajo de investigación. Reconozco que estuve a punto de abortar la misión, pero ahora puedo decir, con seguridad, que me siento perfectamente capaz de llevar a cabo el trabajo que me ha sido encomendado. El estudio del comportamiento de la especie más numerosa de este planeta, que conocemos por el nombre de ELLOS, puede seguir su curso.

Para continuar con mi análisis, pensé que lo mejor sería elegir a un grupo y seguirles hacia donde se dirigieran. Aún escondido bajo aquel árbol, vi algo que me llamó la atención: mientras la mayoría de grupos de ELLOS se dirigían hacia la entrada, un pequeño grupo salía del recinto y se disponía a subir a un gran vehículo. Aquella era mi oportunidad; salí despacio de mi escondite, y antes de que las puertas de equipaje de aquel vehículo se cerraran, me acomodé entre las mochilas y los sacos de dormir.

Y aquí estoy aún. El vehículo se ha puesto en marcha hace apenas media hora, y no sé cuánto tiempo durará el viaje, ni sé cuál es nuestro destino. Sólo puedo estar seguro de una cosa: allá donde vaya este pequeño grupo de ELLOS, iré yo.

FIN DE LA TRANSMISIÓN

1 comentario:

aidakhalesi dijo...

La minoría de Ellos,se escapa contigo todas las noches,sube al autobús y desea con todas sus fuerzas ser invisible al resto de los Otros y ser visible para Ellos los menos .