La primera vez que vi cómo funcionaba me impresionó. Seguía siendo protocolo internet, pero por encima de las consideraciones técnicas, en aquel sistema "peer to peer" había algo más. Era todo un nuevo planteamiento filosófico. Si una de las principales bases del crecimiento hasta entonces de internet era la idea de compartir, aquel sistema lo planteaba de forma definitiva. Y recuerdo cómo por entonces -Ecuality ya se iba a la mierda, y todos lo sabíamos-, las reacciones de la gente que lo veía por primera vez eran bien distintas.
La ventana principal del programa se dividía en dos (luego, después de Naspter, vivieron muchos más), una parte mostraba lo que estabas copiando y otra lo que te estaban copiando.
Por primera vez en internet, aquellos apasionados de cierto tipo de música podían encontrar fácilmente lo que buscaban, y compartirlo con otros usuarios desconocidos, pero unidos por el mismo interés. Pero digo que las reacciones eran distintas porque recuerdo gente que, al poco tiempo de disfrutar del programa -y de un ancho de banda quetecagas que teníamos-, cerraba su ventana cuando veía que algún usuario copiaba alguna de las canciones que tenía (y que él a su vez había copiado).
Otros intentamos valorar lo que iba a suponer esa forma de funcionar, tanto en el ámbito empresarial como, y eso es lo que a mí más me interesa, en el filosófico. En el comercial, preguntadle a Steve Jobs, y el IPod. En el filosófico, Napster creó una herramienta que es en sí misma internet en estado puro. Una herramienta para compartir, y disfrutar haciéndolo.
18 de enero de 2007
La filosofía Napster
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1 comentario:
A mi me gusta eso que dices sobre los blogs, con las reglas claras, limpias, sin trampa ni cartón.
Internet es un poco lo mismo, compartir ideas en un concepto global.
Aquí uno entra y lee lo que quiere, y cuando le gusta lo dice, como hago yo ahora.
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