20 de diciembre de 2011

Cantar

Tengo problemas con lo de la Marimorena. No hay un solo niño que no desafine. Ni uno. Sólo lo hacía bien una de las niñas, y ahora también desafina ella (supongo que por contagio). Y no sé qué hacer, reconozco que no tengo estrategias ni metodología para conseguir que canten razonablemente bien algo tan conocido, tan interiorizado como lo de la Marimorena. ¿O acaso soy yo el que está en las nubes, y resulta que hace ya varias generaciones de hogares donde ya no se cantan villancicos?
Yo sé cantar. He cantado siempre, desde que era muy pequeño. Cantaba en la capilla del colegio, el fantástico blues de "Perdona a tu pueblo, Señor", y en primavera el éxito mundial de "Venid y vamos todos." También me aprendí estrofas de "La vida sigue igual", de "Corazón contento", de "Eres tú", de "Asturias si yo pudieraaaaa", "Las cuatro y diez", "Metro del lunes", "La mala reputación", "Un burdo rumor"... Toda la vida me la he pasado cantando y aprendiendo canciones de memoria. Recuerdo letras de Aute que ahora mismo no recordaría ni él. Y todo gracias a la música (por eso mis alumnos conocen la canción de "Clodomiro el Ñajo"). Pero, además de repetir hasta el infinito cada verso, de usar la flauta dulce, de ponerles más versiones... soy incapaz de enseñarles a cantar. Y me molesta mucho reconocerlo, porque es algo así como si un fontanero reconociera no saber roscar una tuerca. Se supone que los maestros sabemos -o deberíamos saber- enseñar a cantar y a bailar. Curiosamente, el villancico en inglés, Happy Christmas, the war is over, lo cantan razonablemente bien; pero porque lo cantan por encima de la voz de John Lennon; y claro, cantar a capella es otra cosa.

"Cantemos como quien respira", decía mi antiguo profesor en Magisterio. Y cuánta razón tenía.

2 comentarios:

oscar dijo...

Propongo crear un "fondo musical" que facilite y estimule la entonación de cada niño. Dicho acompañamiento estaría formado por el resto de sus compañeros tocando zambombas y botellas de Anís del Mono.

Paco dijo...

Hola! Creo que la gente, en general, canta muchísimo menos que antes. En Austria, por ejemplo, la gente no canta casi nada. De hecho, a mí, que tengo mucha costumbre de canturrear mientras hago lo que sea, la gente me mira raro.
Creo, en cualquier caso, que no deberías sentirte culpable, no todos los fontaneros saben arreglarlo todo. Yo creo que podría funcionar crearles a los chavales una "cultura cantarina" o sea, crearles la necesidad de hacer lo que tú y yo hacemos: aprenderse las canciones que les gustan para llevarlas con ellos a todas partes.
Cuando yo era pequeño también se aprendían poesías de memoria ¿Sigue siendo así?
Saludos, y ánimo