— Sí, ya sé que no os lo creéis, pero es verdad. Nuestros lectores están por todo el mundo, y no lo digo sólo porque nuestra compañera Lariessa -y su madre- nos lean desde Brasil. Tenemos lectores en España, en Alemania, en Austria, en algunos países latinoamericanos... Lo que pasa es que no escriben comentarios; eso no quiere decir que no les guste nuestro periódico. Les gusta mucho, y lo leen. Pero no escriben comentarios.
— Profe tú,... más o menos... ¿cuántas personas crees que leen nuestro periódico?
— No lo sé, sinceramente. Podría investigar un poco, pero... ¿qué más da? A nosotros nos gusta hacerlo, ¿no? Pues eso es lo importante, no la cantidad de comentarios que cada uno tenga. Os pasáis el rato hablando de cuántos comentarios tiene éste o el otro, como si estuviérais en una competición, pero no se trata de eso. Tened en cuenta que la historia está llena de grandes hombres y mujeres cuyo reconocimiento sólo comenzó a existir muchos años después de haber muerto de viejos. El mismo Van Gogh...
— Ya profe, pero ¿a que a ti te mola que te envíen comentarios a tu blog?
2 de febrero de 2012
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4 comentarios:
Por alusiones: aquí el lector de Austria enviando un comentario :-) Yo soy uno de los invisibles.
Gracias, Paco (por cierto, bonita página). A mí me gusta recibir comentarios, pero mis alumnos los necesitan más que yo (y no sólo de sus compañeros y familiares).
Pues claro que mola. Dime el blog de tus alumnos y les escribo, para que vean que hay más gente. :-)
Creo que ya lo he descubierto, lo he leído en el otro post. Dejo un comentario en el periódico con mi verdadera identidad.
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