Han cantando bien. Increíble, pero cierto. No han desafinado tanto, ni mucho menos, como todos los días anteriores en clase. El miedo escénico (expresión mítica del Gran Valdano) no ha podido con ellos; más aún, ha servido de acicate.
Uno de ellos, al terminar, caminando conmigo de vuelta al cole (y en busca de la hamburguesa):
- Profe, ¿a que me ha salido hoy mucho mejor?
- Mucho mejor. No sé cómo lo has hecho, pero es verdad.
- Profe, porque ayer me fui en el coche cantándolo sin parar hasta que llegamos a casa, y esta mañana otra vez hasta que hemos llegado al cole.
Así que, oficialmente, ya estoy de vacaciones. Y, no me apetece ahora revisar este blog, pero seguro que por estas fechas, cuando me acuerdo de mi sueldo en Eresmas, Ecuality o Anaya, me da por escribir sobre este tema todos los años -y ya llevo varios años aquí-, sobre lo de ser maestro. Mola estar de vacaciones.
Ayer, mientras iba al cole, escuché en la radio a mi maestro Joan Manuel Serrat dedicar su premio Ojo Crítico a la escuela pública. Y hoy Emilio Lledó, en una agradabilísima charla con mi otro maestro Iñaki Gabilondo (en el Canal Plus, que me cuesta una pasta) ha dicho que hay esperanza para el ser humano mientras la gente que enseña a los demás, además de enseñarlos, los quiera.
Desde que volví de mi larguísima excedencia (cuando dejé de ser maestro no existían aún los ordenadores, ni las comunidades autónomas...), ya va para cinco años, he conocido a más gente como yo, gente a los que nos gusta ser maestro. Algunos de ellos, los interinos. Los que no aprueban las oposiciones, pero te dan clases de cómo se curra, porque llevan un montón de años ya de interinos, y demostrando que el SISTEMA DE LAS OPOSICIONES NO FUNCIONA. De vez en cuando, en el patio, y cuando no nos oyen los alumnos, maldecimos nuestra situación, la hipoteca, la gasolina, etc., pero nos gusta ser maestros. Y, aunque parezca raro, no es por las vacaciones. Si hay algo que nos moleste a los maestros, es que, desde nuestro primer año (en mi caso, allá por los 22), hasta nuestra jubilación (me quedan 16, o más, depende de Rajoy), la gente nos esté constantemente echando en cara nuestras vacaciones. Así que, como no quiero polemizar aquí sobre ese asunto, lo único que pretendo es explicar por qué nos gusta ser maestro. A nosotros, a los que nos gusta ser maestros, nos pasa que:
Nos gusta hablar de nuestros alumnos. Es más, no tenemos otra conversación. Ahora que lo pienso, creo que no sé siquiera de qué equipo es Fernando, con lo que me gusta a mí el fútbol (será colchonero, tiene pinta de perdedor). Nos sentamos, tal día como hoy, al sol en el patio, y vamos disfrutando de nuestro curro, simplemente.
- ¿Has oído lo que se ha pedido Alicia (nombre ficticio) para los Reyes Magos?
- No, ¿qué se ha pedido?
- Espera, verás.
(Fernando llama a Alicia, ella nos mira, sonríe, deja la pala y la arena y se sienta en mi pierna).
- Oye, ¿tú que les vas a pedir a los Reyes Magos?
(me mira, sonríe otra vez y con una pronunciación perfecta para su edad, contesta)
- Yo, lacasitos y croquetas.
- ¡Lacasitos y croquetas! ¿Y las croquetas de qué?
- De pescado.
__________________________________
Dos cosas más: un agradecimiento y una confidencia. Bunbury y yo tenemos el mismo ingeniero de sonido en los directos. Ahí es nada.
22 de diciembre de 2011
¿Te gusta tu curro?
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
No hay nada como un buen director de orquesta,y por supuesto un buen técnico de sonido, sin hablar de esos niños y de la inigualable,cálida y preciosa Alicia y su afán de encontrar el frasco que hace que los demás siempre sonrían.
Bravo este cole,bravo por los profesores y viva los directores. Y como decía una estrofa este cole es de primera nos la dicho el ministerio, y su director de Usera aquí no hay ningún misterio.
No se si sabes que mio mujer es profesora de P.T. en un cole conecratado, ella es una frofesora de las de vocación, antes de sacarse la carrera fue auxiliar en ATAM (asociación de telefónica de atención a
la minusvalía). Ella siempre se queja de que en cualquier conversación, y yo llevo diez años constatándolo, siempre sale lo de las vacaciones. Pero nadie contabiliza las horas y los festivos que los profesores dedicáis a vuestro trabajo fuera de todo horario pagado y contabilizado como tal, todos los años me propongo llevar una contabilidad exhaustiva de este tiempo para ver si al final de las cuentas el saldo sale positivo o no con respecto a las cacareadas vacaciones.
El otro día estuve en una cena con maestros en casa de una compañera de mi mujer y me dio para escribir este post:
http://joako67blog.blogspot.com/2011/12/vello-pubico.html
En el que yo mismo pude describir la preocupación de algunos maestros en determinado tema, y como mi conclusión fue que precisamente son ellos uno de los motores del cambio social.
Feliz año nuevo y todo mi reconocimiento.
Publicar un comentario