El otro día, al salir del cole, y mientras conducía mi vieja moto hasta casa, me pareció ver un hombre en la cuneta. Me dio la impresión de que me hacía señas, así que paré junto a él:
-Buenos días-, me dijo.
-Buenos días-, contesté. -¿Puedo ayudarle en algo?
- No, muchas gracias. Yo sólo estaba mirando al sol. Esta tarde lloverá, y a mis tomates les vendrá muy bien.
Me quedé pensando lo importante que era para aquel agricultor entender de climatología.
Al día siguiente, también al salir del cole, y mientras pasaba por la puerta del taller mecánico que hay al lado, me llamó la atención un señor al que no conocía. Era un hombre joven, muy serio, que llevaba una especie de ordenador de bolsillo (de Palm Top) en la mano, y anotaba cosas sin parar. Pocos días más tarde, otra profe me contó que era el chatarrero. Que llevaba el ordenador de bolsillo para calcular el peso y el precio de cada viaje.
Me quedé pensando lo importante que era para aquel chatarrero saber calcular.
Hablando con mi mujer el otro día, me decía que en el pueblo no había suficientes peluquerías. Que estaban siempre llenas, o que no abrían todos los días. Pregunté en el cole si en Cadalso había más peluquerías, y en seguida me contestaron que sí, que había dos. Una de ellas era una peluquería de una chica joven. No era un local de lujo, pero se notaba nada más entrar que aquella chica había puesto toda su ilusión en hacerlo agradable. Y, según me contaron, lo había conseguido. Era la peluquería más bonita de la zona, limpia, decorada con gusto y bien atendida. Pero, según parece, además, aquella chica era una magnífica peluquera. Era capaz de cortar el pelo adaptándose a los gustos de las 500 señoras a las que atendía. Señoras, jóvenes, niñas, hasta los chicos acudían. Y cuando me cuentan todo eso, me da mucha rabia. Ya sabéis que yo sólo me peino cuando me pongo la peluca que me regalaron un día.
Y me quedé pensando lo importante que era para aquella peluquera conocer bien su profesión, y hacerla digna.
Justo cuando estaba pensando eso, pasó un avión por el pantano. Pensé en el accidente de Barajas, y en todas las pobres familias. Y pensé en los pobres pilotos.
Y me quedé pensando lo importante, y lo duro, que debe ser estudiar esa carrera. Y, sobretodo, las ganas que debes tener para poder conseguirlo. También pensé que si uno quiere algo, pero lo quiere de verdad, acaba consiguiéndolo.
Justo, terminó de pasar el avión, dibujando la estela en el cielo, bajé la vista y... ¡una barca!. Una barca en el medio del pantano en octubre. ¡Qué raro! Cogí mis prismáticos (siempre me da la sensación de que soy un tío importante si uso los prismáticos) y observé con detenimiento. Eran científicos. Estaban analizando la fauna y la flora del pantano. Al frente, sentada en la proa de aquella embarcación, iba una joven. Era la bióloga. La persona encargada de todo aquel estudio.
Y me quedé pensando lo importante que era que existiese gente cuya pasión fuera la biología.
Al día siguiente, justo al salir de casa... ¡las vacas!. No os he contado que vivo en un sitio donde hay vacas sueltas. Enormes, mansas, tranquilas, gigantescas vacas. Yo ya estoy acostumbrado a ir sorteando, como Valentino Rossi, sus gigantescas mierdas. Pero en el fondo no me molestan tanto. Esas mierdas hacen de señal. "Cuidado, Ángel. Hoy se nos ha ocurrido venir por aquí". Son vacas de carne, la famosa ternera de Ávila (lo siento por los vegetarianos). Y cada una lleva en la oreja un piercing gigantesco. Es su ficha, con todos sus datos.
Y me quedé pensando, y dadas las últimas y preocupantes noticias del sector alimentario, lo importante que era, para todos nosotros, que existan buenos veterinarios y veterinarias.
Ese día, al llegar a casa, puse la tele. A mí no me gusta el rugby, pero, como entendido en fútbol, sé perfectamente lo importante que es el Torneo Cinco Naciones. Me llamó la atención, sin embargo, que después de tantos años, no hayan cambiado el nombre. Lo de naciones está anticuado. Los equipos de fútbol (incluidas las selecciones), no representan a ningún país. Lo más increíble es que, en el equipo de Escocia, jugaba por primera vez en la larguísima tradición escocesa, un jugador español, nacido en Rumanía.
Y me quedé pensando en aquel jugador de rugby. Y, sin darme cuenta, me sentí muy feliz de repente.
Ensimismado en aquel pensamiento, de forma inusitada recordé lo de la transferencia del banco. "Voy a hacerlo ya, porque se me olvidará". Encendí de nuevo el mac, y lo apagué. Nunca me acuerdo que los de CajaMadrid no hacen nada para que su página funcione en mac. Tuve que encender la mierda del pc. Y mientras veía la cuenta, y la cantidad de cargos que tienes y que ni te acuerdas, pensé dos cosas (dos por uno):
- Lo importante que es que la gente que lea esto sepa lo que es un mac, una página, el pc, una Palm, el 84...
- Lo importante que es, para republicanos y demócratas, para los que invierten en bolsa y los que sólo vierten en bolsa, para todos nosotros, conocer de verdad la economía. Ser economista. (Y no me refiero sólo a licenciarse).
Pero llegó el gran día. Champions League. La final. Manolo Lama, Pepe Domingo Castaño, todos. Los del carrusel. Y yo con la tele y la radio a la vez. Real Madrid -faltaría más- contra el Liverpool. El Liverpool del niño... No es Torres. Han pasado ya 15 años, y ahora el niño es un futbolista que empezó jugando al fútbol en Cadalso. Luego, cuando Lama lo entrevistó al final del partido, me recordó a Zidane. Un chaval con un buen cerebro. Un tío que juega maravillosamente al fútbol, y que además sabe hablar contigo. O con un periodista. Un ejemplo, como pocos.
Al día siguiente, disfruté de un amanecer precioso. No habían cambiado la hora aún, por eso era de noche. Arranqué la moto pensando todavía en la increíble vaselina de... aquel jugador. Un ejercicio de ballet, un gesto emocionante, como sólo había sentido aquel día en el Snoopy, con el gol de Zidane.
Justo en la puerta del cole, como todos los días, saludé a la policía, que enseñaba a los pequeños a cruzar la calle, a la profesora de Infantil 4, y a Julio, el coordinador TIC. El informático del cole.
Y me puse, como siempre, a trabajar. Había sonado el timbre.
14 de octubre de 2008
Las profesiones de mis alumnos
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8 comentarios:
Gute Nacht! Como siempre, es un placer leerte. Es necesario que existan todas esas profesiones, pero lo que es aún más necesario es que la gente que las ejerce, como tú haces indudablemente, se esfuerce en hacer las cosas mejor cada día. Yo, para ser sincero, sólo lo he conseguido cuando me gustaba lo que estaba haciendo (lo cual ha sucedido, gracias a Dios, la mayor parte de las veces). Aunque también he tenido mis baches. Por ejemplo, tengo que reconocer que, en la Universidad, la mediocridad de los profesores que me tocaron -salvo excepciones- me quitó el gusto por el estudio. Hasta entonces yo había sido un estudiante apasionado, curioso, trabajador, preguntón; pero en la universidad...Me tropecé con un muro de hormigón. Por eso es tan importante que quien ejerza su profesión lo haga bien: el entusiasmo se contagia.
Un abrazo
Me ha encantado tu blog de hoy, lo más importante: la variedad y la ilusión por cada trabajo.
Tu eres un tío importante con y sin prismáticos. Porque sabes ver mas allá de lo que se ve a simple vista. Esta entrada tuya es altamente ilusionante y constructiva. Es lo que pasa con la gente que sabe sortear la mierda (de vaca y de no vaca), que sabe ilusionar e ilusionarse sin que ninguna mierda apeste su entusiasmo.
Y lo importante es saber que son todas igual de importantes, y que no se trata sólo de ganar dinero, sino de ilusionarte.. Qué bonito lo cuentas :)
Me ha encantado el post, y es cierto, el conocimiento es muy importante, para todo, y ejercerlo es fundamentaliones, para poder vivir bien.
El torneo cinco naciones ya no se llama así, ahora se llama el siete naciones, puesto que han entrado dos más. Pero creo que lo decias por lo de la palabra naciones, pero es que tres de estas naciones, Gales,Escocia e Inglaterra pertenecen al mismo estado, Reino Unido.
Jeje, no creo que vuelvas a publicar nada parecido, aunque, pensándolo, tal vez sí :)
Mujol, Mujol, eres grande. Y con prismáticos, gigante.
lo mejor del post, el libro para leer, "la isla del tesoro"
pero vamos leyéndolo daban ganas de ponerse a cantar lo de viva la gente
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