8 de abril de 2008

La humildad

humildad.
(Del lat. humilĭtas, -ātis).
1. f. Virtud que consiste en el conocimiento de las propias limitaciones y debilidades y en obrar de acuerdo con este conocimiento.

No soy escritor, pero todas las noches de mi vida me he ido con un libro a la cama.
Rafael Azcona


Hay algunas personas, pocas, cuya vida y obra suponen para todos nosotros una lección de humildad, como el caso del recientemente fallecido guionista. Como hay muy pocos casos así, cuando te los encuentras lo menos que debes hacer es aprender de ellos; si además eres maestro, también deberías mencionarlo a tus alumnos, o al menos animar a la reflexión sobre lo importante que es la humildad, sobre lo difícil que resulta ser humilde. Da la impresión, cada vez más alimentada por la televisión -cada vez más enemiga del maestro-, que es mucho más importante tener la capacidad de convencerse de que uno es muy bueno en algo: tú sí que vales. Y podemos llegar hasta tal punto en esa afirmación, que nuestro egocentrismo sea la única razón de nuestra existencia. Yo valgo mucho, soy el mejor en esto, y no hay nadie que pueda enseñarme nada sobre ello. Vemos y escuchamos casos así todos los días, pero es muy raro escuchar a alguien decir: "No soy muy bueno, pero aprendo rápido." En la empresa privada, en la que he estado tantos años trabajando, te defiendes mejor si eres egocéntrico que si eres humilde. Necesitamos, todos nosotros, que los demás nos reafirmen, alimentar nuestra seguridad en nosotros mismos, sin darnos cuenta que, la verdadera seguridad, viene dada por el conocimiento, cada vez más profundo, de nuestras limitaciones, no de nuestros logros.

A algunos de mis alumnos les sorprende que les diga que nunca se para de aprender. Que lo que uno hace en esta vida, constantemente, es aprender; que después, cuando termine el colegio, se sigue aprendiendo; que sólo paramos de aprender cuando morimos. Y, muy posiblemente, ni siquiera así. Quizá entonces el aprendizaje sea otra cosa, quizá entonces aprendamos, por ejemplo, lo que es el infinito.

Y que es mucho mejor aprender rápido que saberlo todo.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Otra máxima sería: que por muy bueno que se sea en algo ó muy listo, siempre habrá alguien mejor, pues nadie es el ombligo del mundo. Lo que hay que hacer es intentar aprender cuanto más mejor, sea lo que sea.

Anónimo dijo...

Te quiero muchísimo, Angel.

Anónimo dijo...

Y lo bonito que es darse cuenta de que acabas de usar algo que habías aprendido hace poco?

Leer el primer libro solo, escribir la primera frase, esquivar a una vieja mientras montas en bicicleta, modelar la señal del nivel 2p del zinc con el peakfit...

Toni Solano dijo...

Completamente de acuerdo con tus palabras. Siempre repito que cuando uno deja de aprender comienza a morir. En cuanto a la humildad, es algo que choca con esta sociedad competitiva. Les enseñas a los chavales a ser respetuosos y humildes y en cuanto salen a la calle se dan de bruces con la realidad.
Un saludo.

Irreverens dijo...

Dejémoslo en que es imposible saberlo todo porque nadie dispone de tanto tiempo a lo largo de su vida como para estudiarse todas las disciplinas habidas y por haber.

Yo les diría a tus alumnos que nunca pierdan la capacidad de sorprenderse ni la curiosidad por saber un poco más.

En mi caso tengo un ejemplo muy claro. Llevo casi 20 años estudiando y traduciendo el alemán... pues bien, sigo aprendiendo cada día del mundo. Y cada día soy más consciente del poco alemán que sé en realidad.
:)

Besos, maestro.

con Ka dijo...

Una actitud con la que me he encotrado muchas veces es la de 'yo ya no tengo edad'. Muchas personas identifican el aprendizaje con el estudio (escolar, universitario) y piensan que a partir de cierta edad ya no se puede - o no hace falta - aprender nada más.

Creo que así sólo logran limitarse a sí mismos, y no tengo muy claro de si lo hacen por humildad o por exceso de autoestima.

Alba Stark dijo...

Aprender es divertido, siempre que no te obliguen porque a una persona que no conoces le de la gana.
Si tu no quieres aprender y ser un burro, lo eres. no tienes porque estar molestando a los demás. mújol sabe que hablo de una persona en particular, bueno dos, y tambien sabe quien son.

belenmadrid dijo...

me lo aplico personalmente y con las orejas gachas :S

Anónimo dijo...

Como tantas otras veces, has dado en el clavo, amigo.

Yo sí creo, y lo sabes, que algo de vanidad también es buena, y que además, no es para nada incompatible con la humildad.