31 de enero de 2008

Los informáticos

Los de Blogger, por fin, han tenido a bien devolverme las herramientas de edición html que me habían desaparecido del Safari. Hasta ahora, los links, las cursivas, las negritas y las imágenes las he tenido que poner a mano, desempolvando los tags de html de hace años.


(Toma párrafo. ¿Para quién escribiré yo esto?)

Esta semana me saludó al entrar a clase la madre de uno de mis alumnos. Muy simpática -no lo diría aquí si no fuese así- me dijo que estaba muy contenta de que su hijo diese clases de computación en el colegio. Y que le encantaba El Correo de Cadalso. (otra "anónima" me ha comentado hoy que cuándo sale el próximo número, y eso me encanta a mí).

Yo no sé si todos los padres (todas las madres y padres) valoran lo importante que es conocer el manejo básico de un ordenador (o de una computadora, como se dice más acertadamente en Perú). Saber navegar por internet. Saber enviar y recibir correo electrónico. Afortunadamente, el 90% de mi clase tiene ordenador en casa (y videoconsola...). Y creo que la mayoría de los padres sí lo valoran, aunque no todos pueden ayudar a sus hijos en eso.

Cuando, hace muchos años, me dedicaba a hacer demos de los programas que hacíamos en Anaya, teníamos tipificados una serie de perfiles de usuario. Uno de los más comunes era el Homo Novatus. El miedo inicial al ratón. Algunos decían que no se sentían capaces de ponerse a usarlo, "no fuera que se estropeara algo". "Los ordenadores no son para mí", o el consabido "yo no soy de maquinitas". Eran los tiempos del "Fatal Error" que, escrito así, la verdad, daba una impresión fatal (culpa de Bill Gates).

Aunque ya ha llovido (pero poco) desde entonces, no todos hemos tenido oportunidad de acercarnos a ellos, a los ordenadores digo. Ahora, quizá, se da otro fenómeno. El hecho de no saber manejarlos empieza a resultar incómodo: hay mucha gente que sabe (o dice que sabe) usarlos. Yo sigo pensando que hay que atreverse. Sin que te vea nadie. Sin que nadie sepa que estás escribiendo "Google" en Google, para ver qué pasa. La tele es un rollo. Y no hay mucho tiempo entre semana. Y si Fulanito lo sabe (o dice que sabe), yo también. 

Yo admito, y lo he dicho siempre, que lo peor de la informática ha estado siempre ahí, en los que se hacían llamar informáticos. Al principio, era sólo una cuestión de poder. El informático de la empresa era el guardián de las llaves. Pero llegó alguien.... y dijo que de eso nada. Que para ver lo que había dentro del ordenador no se debería escribir eso tan raro. Que tenía que ser... como el escritorio que tienes delante (debajo de tu ordenador. Me refiero al escritorio normal). Y que seguramente, en el suelo (izquierda o derecha, como queráis), tendrías una papelera. Etc, etc.

Ya sé que a pesar de todo, debería ser aún mucho más fácil (eso es lo que siempre me ha apasionado más, el diseño user-friendly), y que no tendría que haber tantas marcas y tantos tipos. (Culpa de Bill Gates). Pero es lo que hay. (Ya me han preguntado cuatro alumnos que les diga "de qué marca es mi ordenador..."). Lo más importante es comprarlo. Lo llevo a casa -mejor que me lo instalen-, y luego yo solo me pongo. Si no soy capaz, no voy a hacer ridículo. Nadie lo va a saber.

No sólo es importante. Es divertido.

29 de enero de 2008

No tengo agua potable

Vamos a ver si lo explico bien, porque no se trata de una reivindicación, ni una queja, ni siquiera un lamentooooo.

No sé a vosotros, pero a mí siempre me ha parecido que, en lo de los horóscopos, es verdad que los piscis somos parecidos. Aunque no sé cómo deben ser los demás signos... Me llamo Mújol, y es un pez... No es que esté muy orgulloso de cómo somos los piscis -a veces, hasta insoportables con nosotros mismos-, pero creo, sincera y honestamente, en que por nacer en una determinada época del año, los seres humanos tenemos un componente genético -la ROM- común. Un elemento común más allá de nuestra propia madre. (Materia más que suficiente para una asignatura de religión).

Cada uno cree en lo que cree (no conozco una máxima mejor), y yo creo en eso.

Os pongo una foto del pantano del Burguillo, que es lo que estoy viendo ahora mismo desde mi ventana (En La Aventura Educativa, una web, les pedía a los niños que nos enviaran por email una foto de lo que veían a través de la ventana. Me acabo de dar cuenta que vuelvo a hacer lo mismo, pero al revés...). No lo hago por presumir, porque la vista es inmensa, pero la casa modesta, sin agua potable.

Lo hago porque cada vez que lo miro -lo miro cada 10 minutos- está más bajo. Y creo, también, que sabría responder a la pregunta típica de Magisterio "¿Qué es enseñar?", con muchas respuestas. Pero diría, sin temor a equivocarme, que enseñar es prever el futuro. O intentarlo, al menos. Tenemos muy poca agua. Que no se trata del petróleo. Que estoy hablando del agua. Para que aprendamos todos, ¿no es algo como venido del cielo poder abrir el grifo y beber?

Ni Lengua, ni Cono, ni Mates, ni Reli. El agua.

Carnavales

Nosotros no tenemos fiesta la semana que viene, en Carnaval. Los del pueblo de al lado, sí. Nosotros estamos justo en el límite de la provincia gobernada por -vaya nombre- Esperanza. Los del pueblo de al lado, no. Yo nunca he vivido intensamente el carnaval, siempre he creído que eso era para los gaditanos -cantando canciones con letrillas cómicas y moviendo mucho los brazos-, los canarios y los brasileños.

El otro día tuvimos una reunión todos los de Primaria, para preparar los carnavales. Como no quiero ser el único al que se le deben explicar las cosas, estuve callado, pero no entendía nada. En el cole hay ya una tradición, y la tradición se respeta. Se le pidió a Juanjo que, un año más, escribiera, fotocopiara y repartiera las "consignas". Las consignas son una serie de recomendaciones que se deben seguir para el lunes, martes y miércoles de la semana que viene. El lunes, debemos llevar algo puesto en el cuello (corbatas, pañuelos, pajaritas, etc.). El martes hemos de ir con los pantalones dentro de los calcetines, y el miércoles con algo puesto en la cabeza (yo ya sé lo que me pondré el miércoles...).

Me gustaría poner aquí todo lo que ha escrito Juanjo para este año, pero no le he pedido permiso. El texto, ya repartido a todos los niños del cole (atención, madres), empieza así:

"Cuando llegan estas fechas...
nosotros lo celebramos.
Aunque no haya vacaciones
y aunque diga el calendario
que no es fiesta de guardar
(y sigamos trabajando)
el Carnaval siempre es fiesta
en el cole de Cadalso..."

(Juanjo)

No se me ocurre mejor estrategia para mantener una tradición. Aunque no haya fiesta en Cadalso, y en El Tiemblo sí.

¡Viva el Carnaval!

28 de enero de 2008

Hoy no hay post

(Es fiesta)

Nunca lo he hecho, porque nunca hasta ahora me ha parecido suficientemente interesante. Pero no sólo tiene que ver con mi profesión. Es una de las piezas más geniales que ha tenido la televisión en mucho tiempo. El otro día os hablé de la tele, y de la profesión de periodista. A esta gente, que la vi por primera vez en internet, ya no sé a qué hora lo ponen en la tele, los he vuelto a ver aquí, en internet.

Donde deben estar.

Echad un vistazo a esto:

Muchachada Nui. La educación.

25 de enero de 2008

El día del maestro

(Para los que no hayan podido evitar ver la foto antes de leer esto: Sí, el del centro -de los chichooos-, el más alto, soy yo. El maestro. Ésta es la pinta que llevamos los maestros de la escuela pública en nuestros días. No sé adónde vamos a ir a parar.)

A vosotros no os lo he contado -porque no tiene nada que ver con el tema de este blog, si es que tiene un tema-, pero a mis alumnos sí. Les dije -hace tiempo, es alucinante pensar cómo les funciona la memoria- que me gustaría tener pelo. Que me quedé calvo cuando era muy joven (la lenta agonía comenzó a los 18 años), y que si tuviera pelo, lo llevaría largo. Que me gustan mucho las rastas (conocen la palabra, tranquilos. No saben qué es "autótrofo" pero "rastas" sí). Pero que suponía que sería muy laborioso lavárselo todos los días.

Y que yo creía que me quedé calvo porque siempre he ido en moto a trabajar. Porque, desde los 14 años, hasta ahora, siempre he ido en moto al colegio. Y que el uso del casco durante tanto tiempo me fue dejando calvo. Patético argumento, que se lo digan a Valentino Rossi.

Esta mañana. Aún faltan 15 minutos para que suene el timbre. Normalmente no aparece ningún alumno por el cole hasta menos 10.

La jefa de estudios:
- Venga, Ángel, sal a la fila.

¿Qué? ¿A la fila? Pero si no hay nadie.

(Una vez más, me olvido de que es mi jefa pero no, no tanto, y me acojono -va a ser verdad que no sé escribir sin palabrotas-. Me acuerdo del post del castigo, y temo que haya pasado algo.

Pero... ¿es que pasa algo?

- No! ¡Qué va! ¡Es que estas son cosas de nuestro pueblo!.

(más "preocupado" aún:)

¿Qué cosas?

-Sal a la fila y lo verás. Anda, tranquilo.

(Veo que sonríe, y me tranquilizo. Los niños están dejándome un regalo sobre la mesa. Y pegando un cartel en la pizarra que dice "Felicidades". Hace tiempo que cuando entraba en clase, me decían que esperara un poquito, que tenían que "hablar de algo...". Entro y están todos "escondidos" detrás de la puerta.)

Todos:
¡¡¡¡FELICIDADES!!!!!!

(Palabras de agradecimiento, bla, bla, bla, y veo que no hay un paquete. Hay cuatro paquetes muy bien envueltos. Quiero decir, envueltos por un adulto. No voy a decir aquí lo que me han regalado. Eso queda entre ellos y yo. Los de la clase.)

Pero, claro, me he puesto la peluca. Y, una vez bien colocada, me he apartado de los ojos el pelo, en un gesto que he visto millones de veces. Millones.

Sí, ¿perdonáis? Es que, de verdad, con estos pelos...

Y se han partido de risa, claro.

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Madres y padres: muchas gracias. Con un sólo regalo hubiera sido más que suficiente.

24 de enero de 2008

¿Cuántos comentarios?

Llevo pensando hace días hablaros de algo, pero no sé cómo contarlo exactamente. (Básicamente, esa es la diferencia entre un escritor y yo). Pero creo que hoy lo voy a intentar. El artículo de ayer, y los comentarios que ha tenido, me hacen pensar que debo contarlo de una vez. No pasa nada por contarlo.

Desde que empecé a escribir este blog me he preguntado siempre quien leerá esto. Además de los amigos, que espero siempre que lo lean, ¿quién leerá esto?. A mí me gustaría que el que lo leyera, pasara un buen rato. No sé, que su lectura produjera algún tipo de emoción, aunque no importe si debe ser emocionante. Por otra parte, al poco tiempo de volver al cole, y de seguir cada día escribiendo, pensé que quizá fuera algo útil -además- para futuros maestros. Claro, son dos cosas muy difíciles, emocionar y ser útil -algo parecido, se me ocurre, a Capello con el cerebro de Zidane-.

Y, aunque me lo repite siempre mi mujer, no puedo parar de pensar que si mi artículo no genera comentarios, no emociona a nadie, ni es útil para nadie. Tengo un video -que no os voy a enseñar- que sí es emocionante. He cogido el mac, y he grabado con su cámara a mis alumnos cantando All we are saying is give peace a chance. Un gran documento gráfico.

Si para que haya más comentarios, tengo que seguir contando cosas que, aunque auténticas, no producen emoción, ni son útiles, prefiero que nadie me comente nada. Voy a seguir escribiendo, con comentarios o no, hasta el último día del curso. Luego ya veré qué hago con todo esto. Lo mismo, nada.

No sé si lo he contado bien.

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El otro día escribí un comentario como Anónimo. En mi propio blog.

Acaba de leer esto mi mujer y me ha dicho "Otra vez con lo mismo, ¿pero qué mas da?, tú escribe..."

23 de enero de 2008

Mi clase, castigada

Sí, esta mañana toda la clase se ha quedado sin recreo, pero no he sido yo quien ha impuesto el castigo. Yo estaba dando inglés en la clase de al lado, en 6º (los de sexto...)

El asunto ha sido así:

(espero contarlo bien, porque me consta que hay madres y padres de alumnos que leen mi blog, y también mis compañeros de trabajo)

Al comenzar la mañana, ya he contado que salimos al patio a buscarlos, donde se supone que hacen fila (y también os he contado que lo de la fila no lo han visto ni en pintura). He salido, junto con otra compañera, y he entrado en clase con los de sexto. Hoy tenía dos horas seguidas con ellos -I don't like wednesdays-. Cuando he terminado, he entrado en mi clase, y me he enterado de lo que había pasado. Según parece, la profesora que tenía clase con los míos no ha podido acudir. Un grupo -sólo diré un grupo, aunque mentiría si dijera que no sé quiénes- quería salir a avisarme de que estaban solos. Otro grupo -también mentiría si dijera que no sé quienes- ha convencido a todos de que no dijeran nada. Se han organizado para no hacer ruido, y así no llamar la atención de ningún profesor. Lo más paradójico, al menos para mí, es que no han estado alborotando. Unos se han puesto a terminar los deberes, y otros a charlar, pero teniendo cuidado de no elevar el tono de voz para no ser descubiertos. La jefa de estudios, junto con la directora, han decidido imponerles a todos el castigo: todos sin recreo.

Y hay varias cosas ciertas.

La primera, que no me he opuesto al castigo. No lo he hecho porque, después de pasar tantos años en la empresa privada, creo que mi cerebro está tan acostumbrado a acatar las decisiones que ni siquiera es capaz de reflexionar un momento ante una situación así. Y no lo he hecho porque, tratándose de una infracción leve -aunque no quiero ni imaginarme qué hubiera ocurrido si hay un accidente-, la pena impuesta no era exagerada (los espabilados han aprovechado el tiempo para hacer los deberes). Pero no cuento esto para justificarme. Lo cuento para...lo cuento porque hace tiempo que me dije a mí mismo que contaría aquí lo que me pasara en el cole. Y esto es lo que me ha pasado hoy.

Entre el grupo de alumnos que querían avisarme, el castigo les ha parecido un acto injusto. Y lo ha sido. Sólo se me ha ocurrido decirles que la próxima vez no se dejen llevar por las opiniones de otros. Que si tienen un criterio propio -y lo tenían- lo mantengan. Pero me temo que esta experiencia, la de sentirse tratados de forma injusta, por una decisión de grupo, no será la última vez que la sientan.

No sé si era la mejor forma de aprenderlo. Hay cosas que se aprenden. Otras se enseñan.

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Perdón, estoy pensando... voy a imprimir esto, y mañana lo leo en clase.
NO TENGO CONEXIÓN A INTERNET. ¡Y LO NECESITO PARA TRABAJAR!

22 de enero de 2008

El día internacional de la paz

Hace unos días tuvimos un claustro para hablar, entre otros temas, del día internacional de la paz. La directora nos pidió que fuéramos pensando en hacer algo. Yo, que soy de mente limitada, cuando pienso en hacer algo por la paz, pienso en John Lennon. Ya sé que podría pensar en otras muchas personas, pero siempre pienso en él. Pienso en él más a menudo de lo que soy capaz de explicar, así que esta mañana me he visto a mí mismo hablando de la vida de dos personas. Una, porque venía en el guión, otra, porque no me han dado guión.

...y escribió este poema, Nanas de la Cebolla, en la cárcel, sin poder ver a su hijo. Lo único que sabía es que sólo tenían cebollas para comer... Ya os he contado muchas veces que leer poesía es distinto que leer prosa. Debemos tratar de sentir en cada verso lo que el poeta quiso decir....

...... y el general Franco declara concluida la guerra. Miguel intenta escaparse a Portugal, pero se lo impide la policía y es condenado a la pena de muerte...

Uno de ellos:
¿El General Franco?

(Paro de leer -una biografía que he sacado de internet, me preparo las clases...-. Lo miro, espero que diga algo, y como no dice nada pregunto:

Sí, el general Franco. ¿Por qué lo preguntas? ¿Sabes quién era?

- No, pero me suena. ¿Quién era?

Un dictador que hubo en España. ¿Sabéis lo que es un dictador?

Espero... y veo que nadie lo sabe, no hay respuestas coherentes...

Otro de ellos:
- Sí, uno de Presin cach, ja,ja,ja.

Los demás:
- Ja,ja,ja, Presin cach, profe, ha dicho presin cach, regáñale, claro a él no y a mí sí, ¿no?, Etc, etc....

Un dictador es alguien que piensa que sólo él tiene la razón. Que él manda porque lo dice él. (que es el que manda)

Y por su culpa murieron o tuvieron que escapar de España muchos magníficos poetas, como fue Miguel Hernández.

(Saco el itunes, y busco... cebolla... y ahí está.. Escuchamos la versión de Serrat con un silencio y una atención tan inauditas -al menos en mi clase- que empiezo a pensar que sienten esa infinita tristeza. Suena el timbre -justo a tiempo, jejeje,( y sin reloj)- y me voy a... ya lo deberíais saber... a 5ºA a dar inglés.

Vuelvo después. Y vuelvo a abrir el mac. Las stikies: recordar lo del mono de trabajo para muñeco de carnaval, recordar lo del mural de la paz...)

A ver, antes de que se me olvide. Vamos a hacer un mural para el Día Internacional de la Paz. Mirad, es éste (giro mi mac, para que vean un diseño que he preparado... con el mac. Hay una cita de Lennon y un dibujo de su cara, con tres rasgos. Perfecto para dibujar y colorear).

John Lennon era músico. Y cuando era muy joven, formó un grupo...

(Vale. Lo admito. Sé que no debería ser así. Soy capaz de contar la biografía de John Lennon a mis alumnos sin leer nada. Y la de Miguel Hernández prefiero tenerla preparada. ¿Quién es perfecto?)

...y la gente joven se pasaba la noche entera protestando, todos cantando "Todo lo que decimos es dad una oportunidad a la paz....

Y escribo en el itunes... "peace".

Nos hemos puesto a cantarla. Estábamos en clase de inglés. No nos ha salido mal, pero mañana la pongo otra vez.

OOOL, UI ARSEEEEE IIIIN, IS GUIF PIS A CHANS

21 de enero de 2008

El intérprete (II)

Hace unos días os hablé de que me sentía orgulloso de tener en mi clase a un alumno que me hacía de intérprete con las madres árabes -también tienen padres, pero no aparecen por el colegio, como los españoles-. Contaba en aquella (mira por dónde, voy a poner aquí un link, aunque lo tenga que hacer a mano) ocasión que me ayudaba con otros alumnos.

La conversación, en aquel momento, fue así:

(El momento de repartir las notas, justo antes de las vacaciones de Navidad. Yo dentro de la clase, y saliendo de vez en cuando para recibir a la siguiente madre. Más o menos como una consulta en un ambulatorio, pero sin médico.)

Karim, ven aquí. Ayúdame. Dile a la madre de Oualid que debe leer todo esto en las vacaciones. Y hacer más cuentas, con restas y sumas "llevando". (Supongo que sabéis lo que son sumas y restas llevando,¿no?. Hummm...) Dile que no trabaja nada, y que debe poner más interés. Si no hace nada no terminará de aprender a leer.

Karim (en su perfecto árabe, habla con la mujer). La mujer asiente, me sonríe, y me dice "gracias".

Yo asiento, sonrío, y digo:

De nada. Feliz Navidad.

(Inmediatamente me doy cuenta de que -una vez más- he metido la pata. Ellos no celebran la navidad.)

Me voy a casa contento, deseando contaros que tengo un intérprete en clase, y que estoy muy orgulloso de él. Y os lo cuento.

Hoy me ha pasado esto:

... así que, como véis, mentir no conduce a nada. Sólo a complicarse la vida tontamente, porque la mentira se hará cada vez más gorda, como una enorme bola de nieve. ¿Sabéis a qué le llamamos "efecto bola de nieve"...?

Karim:
- Profe.

¿Qué pasa, Karim? ¿Me estás escuchando?

- Sí, profe, es que yo te mentí.

¿Que me mentiste? ¿Cuándo?

- ¿Te acuerdas el otro día, cuando me pediste que dijera a la madre de Oualid que no trabajaba?

Sí, ¿por?

(Mirándome con una sonrisa enorme, con el mismo sentimiento de culpa que tendría una bacteria)

- Le dije que todo iba bien.

¿Y por qué hiciste eso? ¿Por qué me engañaste?

- Porque así Oualid podría jugar. Si le decía eso, lo iban a castigar sin salir.

En fin. Oualid, aquí tienes un amigo. Y aquí a un maestro que se las da de listo, y -como casi siempre- se las dan todas en el mismo carrillo.

¿Vosotros fuistes así de crueles con vuestros maestros y maestras? Yo sí.

16 de enero de 2008

Se ofrece programa de televisión

No voy aquí a debatir sobre la programación en televisión -en todas las televisiones, e incluyo de manera manifiesta y lamentable a la de pago-. No voy a lamentarme porque sólo juegan al Presin cach en la plei, porque sólo juegan al Presin cach en el patio, porque sólo juegan al Presin cach cuando salgo de clase, porque los pocos que juegan a los cromos... lo hacen con la colección de Presin Cach -una serie de fotos de tíos como salidos de las revistas de culturismo-erótico. Sí, amigos, de los cuadernos Rubio a Presin Cach. De los cromos de Puskas, Di Stefano y Gento -tengo un par de ellos firmados- a los cromos éstos. Pero no voy, como digo, a lamentarme. Tampoco voy a sacar el tema aquí de que la gente dice que ve los documentales de la dos, y miente; están viendo la mierda esa incalificable. Yo sí veo los documentales de la dos, pero sólo por una cosa: lo demás no lo quiero ver. Ni un segundo. Y como no quiero debatir, o limitarme a decir que la tele es una mierda, que perjudica mi trabajo, que me lo pone muy difícil sin necesidad, lo que voy a hacer es ofrecerme. Aquí, en mi blog, que es gratis.

SE OFRECE UN PROGRAMA DE TELEVISIÓN

- Precio:
Mi suedo, el actual. El de funcionario del Ministerio de Educación con 1 trienio.

- Público Objetivo:
Niños de entre 7 y 12 años. Mayores entre 65 y 90 años. Dos franjas. ¿A que empieza a interesar? Eh?. Dos franjas de edad... al mismo tiempo.

- Contenidos:

1 Pequeñas piezas sobre funciones básicas del ordenador. Cómo encender, apagar, reiniciar. Fundamentos básicos del sistema operativo. Si quieren saber de qué sistema operativo, es que no saben de sistemas operativos, así que eso déjenmelo a mí. Yo sería el director del programa. Y, si quieren, por el mismo precio, el presentador. No será tan difícil. Lo mismo que hago en clase, pero todos callados.

2 Internet. Cómo funciona. Pero cómo funciona de verdad. Explicándolo bien. Como me lo explicaban a mí aquellos oradores americanos y finlandeses de los primeros congresos. Hablando, por ejemplo, de cómo todos los trocitos se ponen en fila... y salen disparados por la mejor ruta (sin mencionar que eso es el TCP/IP). Manejo básico del navegador. (Me serviría el de Unix).

3 Experiencias
Documentales y conexión en vivo -vía internet-, de cualquier experiencia significativa que esté teniendo lugar. Y hay muchos ejemplos. Y tenemos una lengua maravillosa para viajar por internet a maravillosos y lejanos países, que ni sabemos dónde están, pero podemos hablar con ellos. Del Kun Agüero, o de lo que queramos.

4 Haciendo los deberes
Sí, eso. 20 minutos de programa para ayudar a hacer los deberes. Chat, foro, lista de enlaces de sitios de consulta, lista de enlaces de ocio, consulta a un profe, etc, etc.

Y muchas más cosas que, ya me comprenderán ustedes perfectamente, me reservo. Tonto, lo que se dice extremadamente tonto, no soy.

Si están interesados, escríbanme un comentario en esta entrada. Me pondré en contacto con ustedes. Además, si aceptan, aquí va lo mejor de todo: lo tengo hecho. Todo el programa. Pero se me perdió para siempre. Se llamaba La Aventura Educativa, y era una web.

¿Os imagináis -a vosotros os digo, que el anuncio ya ha terminado- que me llamara alguien? Lo volvería a hacer desde el principio. Y además, encantado.

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Hija, tienes que aguantar en Globomedia. Ya sé que te explotan. Sé a qué hora llegas a tu casa. Y sé que cada vez que el programa pierde audiencia, el programa se acaba y te despiden. Te despiden. Sé que no tenéis sindicato, ni casi comité de empresa. Y sé que -lo peor de todo, con mucho- no te gusta el trabajo que haces. Pero sé también que no reniegas de tu profesión. La de periodista. Y sé el daño que la televisión está haciendo a tu profesión (y también a la mía). Ojalá algún día te dejen trabajar en algo en lo que creas. Ojalá tengas oportunidad algún día de sentir eso. Aunque, como te conozco, sé que te volverías loca. Como yo.

15 de enero de 2008

Un invento de mi madre

Estas navidades le he regalado a mi madre mi blog impreso. Todo, desde la primera entrada hasta la última, antes de las vacaciones. Le gustó mucho -lo leyó entero de una sentada- pero me dijo algo que me sorprendió. Me dijo que le gustaba aún más la primera parte, la de antes de volver a trabajar como maestro. Me sorprendió porque pensé que justo esa parte era la que le resultaría más aburrida, y que entendería pocas cosas de lo que yo comentaba. De hecho, aunque me tomé la molestia de imprimirlo todo, estuve a punto de darle sólo a partir de volver de maestro. Pero uno nunca sabe lo que piensan los demás sobre lo que escribes. Aunque sea tu propia madre.

Tengo un alumno que es un auténtico desastre. Ya os he hablado de él -aunque sin mencionar su nombre real, como hago siempre-. El día que no se le olvida el libro, se le olvida el cuaderno. O el lápiz. O el saca. O la goma. Tiene mote, y se llama igual que yo...

Cuando era pequeño, -me llamo Mújol, no Abuelo Cebolleta-, mi madre estaba desesperada. Yo era más pequeño que mi alumno, pero igual de desastre. Además, en aquellos años de tardoposguerra -Grupo Escolar General Moscardó, Usera-, el presupuesto para material escolar era muy reducido (aunque a mí nunca me faltó nada). Pero mi madre tenía que comprarme un lápiz prácticamente cada día: se me perdía. Salía de clase sin el lápiz, y en la mayoría de las ocasiones sin la cartera. Entonces, en un momento brillante, como muchos de los que ha tenido en su vida, inventó algo. Me cosió una goma elástica -de esas que antes llevaban los calzoncillos y las faldas- al lápiz, con una muesca que hizo con una navaja. Y cosió otra goma a la goma, a la de borrar. Los extremos de ambas gomas los cosió a su vez a cada bolsillo del babi. Yo sólo tenía que coger el lápiz, que iba colgando, y escribir. Y si necesitaba la goma, ahí la tenía siempre, delante de mí. Luego, sin darme cuenta, abría la mano, pero nunca Newton pudo conmigo, gracias a aquel invento. La fuerza de la gravedad, una auténtica molestia, no me afectaba, gracias a mi madre. El lápiz y la goma no se caían.

No cuento esto para que mi alumno lo haga -es demasiado mayor para eso-. Sólo lo cuento para ver si a mi madre le gusta más este artículo. Aunque no pudo estudiar, es una auténtica profesional de la lectura.

14 de enero de 2008

Más sobre la teoría de los ciclos

Como sabéis, -lo sabéis porque leéis este blog- este año he vuelto al colegio después de un largo paréntesis. Un período de unos veinte años, encerrados entre mis primeros años de maestro y el actual. Aunque no lo dejé del todo; me gusta pensar que lo dejé porque quería una clase más grande, con más alumnos, y con más medios. Y cuando ya estaba trabajando en ello, llegó internet, y me volví más loco aún. Diseñé y dirigí una web para niños y niñas hispanohablantes (La Aventura Educativa, 1º Premio de la Asociación de Internautas del año, 2.000). Se me ocurrió decir que debería ser gratis. A un tal Pep Vallés (no me da la gana ponerle el link) se le ocurrió pedirle a Telefónica muchos millones por su página. Y se los dieron.
De acuerdo, yo voy de Steve Jobs y el Vallés ése de Bill Gates. Sólo que Steve Jobs es rico, y yo no. Además -lo más importante-, es que Steve Jobs es un genio. Y yo no.

Ahora he vuelto. Y tengo intención de seguir así, hasta que se me permita. Pero no lo hago, y os hablo muy sinceramente, porque no me haya quedado más remedio. De acuerdo que últimamente andaba más desmotivado. Terminé en una mierda de empresa dedicada a copiar y vender libros para sacarse el carné -carné, Mariano- de conducir. Allí creé un programa para profesores de autoescuelas. Y cuando ya no me necesitaban para más cosas, me despidieron. Y me hicieron un inmenso favor. No lo saben, -y me da igual, claro-, pero me hicieron un inmenso favor. Y los amigos que me conocen lo saben. (Lo saben y me leen, porque son mis amigos). Estoy muy contento de volver, a pesar de que recuerdo muchas veces aquellos años en Anaya, con American Express -como Sabina- y asistiendo a congresos en Europa y Estados Unidos. La escuela, -lamentablemente- no ha cambiado tanto. Y lo digo porque ya fui funcionario.

Bueno, al parecer, dado que se me ha permitido volver, quizá debería decir que técnicamente, siempre he sido funcionario. Desde que terminé Magisterio.

Aún tengo que prepararme las clases todos los días, pero.. en fin... cada vez las preparo menos. Pero porque ya he cogido ritmo, no porque no me guste currar. Mi clase es complicada, pero nunca olvidaré -en toda mi vida- mi primer destino en el Pan Bendito. Yo fui a hacer una sustitución, una baja por crisis de ansiedad . Y el director me miró, y me dijo:

- Una última cosa, Ángel. Déjame que te guarde ese bolígrafo que llevas, luego al salir te lo doy.

Temía que los alumnos me lo robaran. Como yo soy de inglés, en vez de llamarlo Pan Bendito, siempre me gustó llamarlo Holly Bread. Así se debería llamar la estación (de metro, porque ahora tiene metro. Fijaos si soy mayor).

Estuve un año allí. Y un compañero que se llamaba Miguel Ángel y yo curramos como nunca. Y conseguimos que aquel grupo de niños y niñas del barrio más terrible de Madrid fuera haciendo un karaoke de Jesucristo Superstar por otros colegios. Una gira de los niños más desarrapados.

Así que, Diego -ahora que no me lees- no vas a poder conmigo. Quizá no lo consiga contigo, pero no te olvides, quizá lo consiga con tus hijos. Así de cabrones somos los maestros.


Este fin de semana, he estado con mi hijo. Estudia el cuarto año de Físicas, en la Universidad Complutense. Es universitario. Y sabe mucho más que yo de todo (no estoy traumatizado, porque ya me pasó con mi hija). Y el otro día, en clase, me pasó esto:

¡Educación Física! ¡¡Estoy harto de decirlo!! NO SE DICE "TENEMOS FÍSICA", SE DICE " E - DU - CA - CIÓN FÍSICA!!!"

Una de ellas:
- Valeee, profeee, qué pesao. Pues es como Cono, que no decimos siempre Conocimiento del Medio.

Otra de ellas -su amiguita...:-
- Es verdad, profe. Y Mates, que no decimos Matemáticas.

Pero no es lo mismo. Física es otra cosa. Es una ciencia. Mi hijo está estudiando la carrera de Física en la universidad.

Otro de ellos:
- ¿Y ahí qué se estudia, profe?

En fin. Después de una breve explicación, he acabado pensando que sería un sueño para mí que algún día mi hijo viniera a explicarles qué se estudia en Física. Porque yo sólo he visto unos apuntes así en la peli esa del tío que se volvió loco. Sí, esa de -bueno ahora no me acuerdo, ¿no os digo que soy mayor?-

Se lo he comentado a mi hijo, y me ha dicho que por qué no. Que algún día.

¿Más sobre la teoría de los ciclos?

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Este artículo está dedicado a todos aquellos que me llamáis Abuelo Cebolleta. Me llamo Mújol. MÚ - JOL. Es un pez.

10 de enero de 2008

La importancia de los medios

Esta mañana, mientras conducía mi moto hacia el colegio, iba pensando en los temas que podría proponer para el próximo número de El Correo de Cadalso. Iba pensando que deberían ser temas que provocaran el interés no sólo de mis alumnos, sino de sus padres, familiares o de cualquier otra persona que viva en el pueblo; por algo a nuestro periódico le pusimos ese nombre. Si analizamos lo que han escrito hasta ahora, el artículo que más comentarios obtuvo -con diferencia- fue aquel que titularon "Injusticias", y que hablaba sobre la situación de la desaparición de los columpios en el patio de recreo. Aunque todos los demás artículos son también muy interesantes -siempre decimos en clase que es el mejor periódico del mundo-, está claro que si consigo dar con temas de ámbito local, el interés será mayor, y atraerá a otros colectivos: otros alumnos y profesores del cole, familiares y... quizá... tal vez... hasta consiga que las autoridades tengan interés en esta publicación. Cualquier político con un mínimo de sentido común sabe lo importante que es la prensa...

Al terminar las clases, le he preguntado a Ana, la profesora de música (una compañera a la que agradezco desde aquí su interés en colaborar) si sería posible que el alcalde viniera a nuestra clase, y poder entrevistarle para El Correo de Cadalso. Aunque lo he preguntado sin ninguna esperanza, Ana ha bajado inmediatamente a dirección, y le ha llamado por teléfono.

-Ana:
Ángel, he hablado con el alcalde. Me ha dicho que sí, que le llames el lunes y quedáis para la semana que viene.

Pero... ¿hablas en serio?

-Ana:
Pues claro. Le he explicado el tema, y sólo me ha preguntado la edad de los niños. Me ha dicho que le llames, y que tan sólo tienes que quedar el día que os venga bien.

Ahora, tengo que preparar la entrevista. Sí, son mis alumnos los que redactarán las preguntas, pero... les echaré una mano, ¿no?

9 de enero de 2008

El corroncho

Durante las cortas vacaciones he estado tratando de conseguir un aro para jugar (en Aragón, la palabra correcta es corroncho). Se trata de un juguete muy antiguo, muy difícil de ver hoy en día, a no ser que tengas la oportunidad de asistir a alguna jornada de juegos infantiles tradicionales. Aunque los he visto -y creo que sabría cómo manejarlos-, no he tenido tiempo de conseguir uno. El herrero del pueblo donde pasé mis vacaciones no tuvo tiempo de construirlo, aunque me hablaron de una tienda en Zaragoza donde quizá los vendan. Como sabéis, Zaragoza me pilla muy lejos, y he pensado que quizá se produzca el milagro de que alguno de vosotros me pueda ayudar a conseguirlo -por un precio razonable, claro-. La idea es intentarlo en el recreo. Ya os he comentado que el patio está sobre una pequeña ladera, por lo que es muy difícil practicar deportes que requieran un suelo llano, como el fútbol, el baloncesto, el voleibol, etc. Afortunadamente, algunos niños aún juegan a las canicas y a los cromos, y algunas niñas a la comba; por eso pensé que un aro sería perfecto. Un juguete barato, divertido, y con el que haces ejercicio. "Para nosotros, un corroncho era como ir en coche", me contaba uno de los viejos de Luesia.

Incluso Renoir, que no era de por aquí, también los conoció.

8 de enero de 2008

Mi cartera

Dije que volvería el 9 de enero. Pues no. Vuelvo hoy, ya ha habido cole.

No tenían ganas de verme, ni mucho menos de volver al colegio. Yo sí. Yo tenía ganas de verles, y de volver a escribiros.

Según lo que hemos estado comentando hoy, y aunque el gordo de rojo cada año gane más posiciones, sus Majestades los Reyes Magos siguen ganando. Pero por poco.

Les dije que durante las vacaciones escribieran un diario. Me preguntaron que cómo se hacía eso. Hoy los he recogido. Todos empiezan todos los días con "Me he levantado, me he vestido y he desayunado". Todos.

Les dije que leyeran y usaran menos tiempo la plei. Todos han pedido -y conseguido- juegos nuevos para la plei (PlaySation2, 3, PSP, Wii, Nintendo DS, etc. Al menos no hay ninguna de Microsoft, jejeje). En el 90% de los casos, juegos estupendos para desarrollar las capacidades, habilidades y destrezas de disparar, dar puñetazos, patadas, o conducir vehículos a toda velocidad. El juego que les regalé yo -y que no sirve para desarrollar ningunas de esas cosas-, aunque les ha gustado, lo han usado poco. "Es que, claro, mola mucho más la plei, profe".

Me han preguntado a mí lo que me habían echado los reyes. Y les he enseñado mi cartera nueva. Tenía muchas ganas de estrenarla. Me cabe el mac perfectamente, como hecho a la medida. Y además, huecos para los libros, los exámenes, el boli rojo, el boli azul y el portaminas. Y otro hueco exacto para CD's. Y además con un broche automático, muy cómodo para los cambios de clase. Me encanta.